miércoles, 15 de mayo de 2013

LA VIDA DE LA IGLESIA - G. Klainerman




Miraremos el desarrollo de la maduración de la Iglesia en el transcurso de la carta de Hechos de los Apóstoles, esto es, en sus primeros 30 años de vida.

1-El germen y los inicios de la Iglesia.
  • ¿Quiénes formaban el germen de la Iglesia?
Relato:
Cuando Jesús fue arrestado la mayoría de sus discípulos, incluido los apóstoles, le abandonaron. Muy pocos quedaron alrededor suyo.
Luego que Jesús muere crucificado, los discípulos aunque en aquella oscura hora le habían abandonado, igualmente seguían relacionados entre ellos y estaban tristes y confundidos por lo que había pasado (Mr 16.10).
Cuando se les dio la noticia de la resurrección, el grupo seguia relacionado aunque se encotraban , conmocionados desorientados e incrédulos (Mr 16.11).
Resucitado Jesús comenzó a aparecer vivo de entre los muertos a los suyos y finalmente se les apareció a los once estando ellos todos juntos y los reprendió por su incredulidad (Mr 16.14).
Jesús se les manifestó durante cuarenta días y fue ahí donde les dio la Gran Comisión (Mt 28.18-20) y durante esos cuarenta días les continuó hablando acerca del Reino de Dios (Hch 1.3).
Antes de la ascensión, los discípulos estaban juntos (Hch 1.4) y El Señor les mandó que no saliesen de Jerusalén hasta no recibir la promesa del Padre que era el Espíritu Santo.
Ellos obedecieron esto y se quedaron juntos en Jerusalén esperando la promesa del Padre (Hch 1.12-14).

Conclusión:
Podemos ver que en todo el período en que Jesús estuvo en la tierra o sea, antes de la ascensión a los cielos, los discípulos estaban reunidos en un tiempo entorno de la “persona encarnada de Jesús”, en otro tiempo entorno de “su recuerdo” cuando Jesús estaba muerto y luego entorno a su “persona resucitada”.
Jesús les mantenía unidos. Así había sido mientras El vivía entre ellos y así fue después de su muerte y resurrección.

Los discípulos así habían aprendido y se habían acostumbrado, a estar juntos.

Vimos también que después que Jesús ascendió a los cielos y les fue quitado, los discípulos seguían juntos.
Mientras esperaban en oración la promesa del Padre el grupo era de aproximadamente 120 personas (Hch 1.15) y estaban juntos.
Es muy importante destacar el fuerte relacionamiento que había entre los discípulos. No podemos dejar de ver que en aquel “germen inicial” de lo que sería la Gloriosa Iglesia de Jesucristo las “relaciones fuertes”(*) era una característica distintiva.
(*) Entiéndase por relaciones fuertes un compañerismo profundo, interdependencia, identidad, comunión y amor no fingido. Relaciones fuertes “son las relaciones que se dan en el seno de una verdadera familia”.


Relato:
Llegó el día de pentecostés (50 días después de la pascua), una de las tres festividades donde los judíos concurrían a Jerusalén desde todas partes.
Habían pasado varios días desde que Jesús había ascendido a los cielos (entre 7 y 10 días) y los discípulos estaban todos juntos y unánimes (Hch 2.1).

Ese día de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba y fueron todos llenos del Espíritu Santo (Hch 2.4).
Ellos estaban sentados, reunidos esperando que pase lo que su Maestro les dijo que iba a pasar. No sabían como iba a suceder pero estaban juntos, reunidos unánimes esperándolo.
En esa misma hora y ante el “escándalo” Pedro lleno del Espíritu Santo predica el primer mensaje y como tres mil personas se añadieron aquel día a la “floreciente Iglesia”.

Había sucedido algo que nunca antes había sucedido. Durante el ministerio público de su Maestro Pedro nunca había visto esto, que miles de judíos compungidos de corazón se pusiesen bajo la autoridad de Jesús nunca había sucedido.
Cosas mayores”, “cosas que ningún ojo habían visto” estaban sucediendo en Jerusalén y los discípulos no solo eran testigos sino protagonistas de lo que pasaba. Todo esto porque ahora el Espíritu Santo estaba con ellos y en ellos.

Todo había cambiado. Jesús ya no estaba entre ellos, ahora les tocaba a los apóstoles tomar las decisiones. Había ahora una multitud que comenzaba a vivir como discípulos de Jesús y todo eso necesitaba un marco ¿Qué hicieron entonces? ¿Cómo hicieron entonces?
(Hch 2.41-27) Nos responde estas preguntas. La “primitiva Iglesia” continuó con esta misma característica que habían tenido los discípulos desde el principio: “Estar todos juntos”.

A pesar de los cambios convulsionantes no hubo cambio de estrategia entre los discípulos. Ellos siguieron estando todos juntos.

Sobre este punto es que debemos poner la atención. Hay una naturalidad con que se van dando las relaciones en la formación y “evolución” de la Iglesia.

Esta naturalidad nace de la relación que les había inculcado
Jesús estando entre ellos
.
Cuando Jesús vivía, estaba con sus discípulos, compartían todo, compartían la vida juntos.
Jesús con sus seguidores más cercanos estaban siempre juntos. Compartían con sencillez todas las cosas, el Maestro les enseñaba constantemente con sus palabras y con su ejemplo. Tenían favor con el pueblo y públicamente el Reino de Dios era manifestado.

Ahora que Jesús no estaba ¿que harían sus discípulos? ¿Qué estrategia usarían para seguir adelante? Naturalmente la misma que su Maestro.

La fuerza de las relaciones en la Iglesia tiene su modelo en la relación que Jesús tenía con sus discípulos.

Resumen:
  1. Antes de la ascensión.
    • Mientras Jesús estaba con ellos estaban todos juntos.
      • La “Santa Cena” fue una figura de la intimidad de la relación entre Jesús y los suyos y es un ícono, una figura de las relaciones en la Iglesia.
    • Cuando Jesús murió siguieron en contacto.
    • Con Jesús resucitado hecho presente, ellos ya habían vuelto a estar juntos.

  1. Después de la ascensión.
    • Esperando la promesa del Padre estaban todos Juntos.

  1. Después de Pentecostés
    • La Iglesia primitiva mantenía esa fuerte unidad y estaban todos juntos.

¿Por qué fue esto así? No fue porque Jesús se los pidió específicamente y tampoco fue como resultado de una estrategia pensada. Fue resultado de los que ellos habían aprendido y vivido desde el principio. Fue algo que se dio con naturalidad alrrededor de la gloriosa persona de Jesus y que luego el enfatiza como mandamiento a sus doce que se hace extensivo a todos los que en el futuro se añadirian.


Nota: No se pueden forzar este tipo de relación en la Iglesia. No se puede lograr esto planteando una estrategia. Esto es algo que si bien se debe buscar, debemos dar espacio y tiempo para que las relaciones se desarrollan naturalmente. Esto es algo que se aprende con la experiencia.

Es necesario para que se de esto, un profundo y verdadero AMOR hacia Dios y hacia su pueblo.

La Iglesia en el transcurso de la historia, en el devenir del tiempo, ha perdido esto. Si esperamos que la Iglesia con el tiempo vaya volviendo a este “modelo de unidad” debemos proponernos vivir entre nosotros de esta manera para que “la masa empiece a leudar”. Debemos proveer ejemplo.

2-“Una Ciudad sobre un monte”. Una Iglesia ya establecida.

(Hch 2.42-47) nos muestra el modelo de la Iglesia que vive experiencias que se desprenden del modelo de relaciones que había planteado Jesús.

Hch 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Hch 2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
Hch 2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
Hch 2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
Hch 2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
Hch 2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

  • (vs.42) Había perseverancia en:
    • La doctrina de los apóstoles (enseñanza de Jesús).
    • Comunión unos con otros (experimentado con Jesús).
    • Partimiento del pan (instituido y mandado por Jesús).
    • Oraciones (experimentado con Jesús).

Es decir, no hicieron “nada nuevo”. No es que se sentaron a pensar una estrategia o a pedir una revelación especial de que hacer. Lo que hicieron fue seguir adelante con un modelo.


La Iglesia Primitiva continuó adelante con el modelo de relaciones
enseñado por Jesús.

  • (vs.43) Maravillas eran hechas por los apóstoles (enviados de parte de Dios como autoridades y modelos). Con autoridad delegada por parte del Señor y al igual que El, los apóstoles hacían maravillas para confirmar la presencia del Reino de Dios.

  • (vs.44-45) Al igual que cuando estaban con su Maestro, ellos estaban juntos, tenían en común todas las cosas y al igual que los discípulos cuando caminaban con Jesús (Mt 19.27) los hermanos renunciaban a todo.
  • (vs.46) Cada día estaban juntos en lugares públicos (templo) donde podían reflejar la luz de Cristo.
También cada día se encontraban en lugares íntimos (casas),
donde partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
Todo esto lo hacían como antes lo habían hecho con el Maestro.

  • (vs. 47) Este estilo de vida (comunión profunda en lo público y en lo privado, alabanza constante y favor con el pueblo, etc.) hacía que naturalmente la gente se acercara para ser parte de todo eso.
No se forzaba a nadie, sino que el Señor añadía cada día los que habían de ser salvos.

Todo esto no era resultado de una estrategia. Era una respuesta natural al modelo que habían aprendido de Jesús, haciéndolo bajo la unción del Espíritu Santo.

Notas:
* Los dos puntos de reunión fuertes que se nombran hasta aquí son El Templo y Las Casas.

TEMPLO
Los judíos cristianos, que eran mayoría en ese momento, todavía oraban en el templo manteniendo la tradición (Hch 3.1).
El templo era el centro religioso y por eso la Iglesia se reunía allí no para tener sus “reuniones íntimas” (compartir el pan, orar, etc) sino para manifestar el poder del Reino de Dios y así extender el Reino de Dios (Hch 5.12). Había también, todos los días, en ese lugar predicación y enseñanza acerca de Jesucristo (Hch 5.42).
O sea, las reuniones en el Templo tenían como fin la “extensión” y no la “edificación”.
Estas manifestaciones de poder que menciona (Hch 4.33 / Hch 5.12) y la predicación y enseñanza que nombra (Hch 5.42) ocurria principalmente por mano de los apóstoles.
CASAS
Tenían relaciones cotidianas (comían juntos) como vimos en (Hch 2.46) y también se congregaban para realizar las cuatro practicas nombradas en (Hch 2.42).

* Tenían todo en común

(Hch 2.45 / Hch 4.32..34-35) Esta es una expresión muy fuerte de la unidad y relación que había en la Iglesia.
* La Gran Comisión todavía no era comprendida cabalmente.
La Iglesia estaba solamente en Jerusalén. Faltaba que se extendiera a Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra (Hch 1.8).
Venían de las otras ciudades (Hch 5.16) pero la voluntad de Dios era que la Iglesia vaya a las otras ciudades.

  • La no extensión a otras ciudades, la falta de conciencia del sacerdocio de todos los santos y el gran número de convertidos comenzó a complicar la convivencia (Hch 6.1) .
  • Estas profundas relaciones que había en la Iglesia primitiva eran voluntad de Dios pero no era la “completa” voluntad de Dios.
Dios quería y quiere que de esa unidad surja una extensión de su Reino hasta los confines de la tierra para que “este evangelio sea predicado a toda criatura”.
Había un gran numero de discípulos (Hch 5.14 / 6.1 / 6.7) y la situación no era fácil de gobernar.
Al depender todo de los apóstoles y al no salir la Iglesia hacia las naciones la situación estaba “empastándose”. Pero Dios usó esta situación para levantar nuevos hombres de Dios que ayudaran a los apóstoles.
En una primera lectura, estos hombres, los diáconos, ayudaban a servir las mesas (admistrar la ayuda a los hermanos) para que así los apóstoles pudieran seguir con la “oración” y el “ministerio de la palabra” (Hch 6.2-4).
Si bien fue así, también sucedió que algunos de estos hombres fueron pioneros en expresar el “sacerdocio de todos los santos” pues sin ser parte del grupo apostólico realizaron la obra de los apóstoles (Hch 6.8-10).
Esto sucedió porque era la voluntad de Dios que la Iglesia toda cumpla la Gran Comisión y no tan solo los apóstoles los que lo hagan.
Esteban era una expresión, un ejemplo de que Dios no solo usaría a los apóstoles sino que El quería usar a todo su Pueblo para extender el Reino de Dios.

3-Forzados a un cambio.

El testimonio de Estaban era evidente y el mensaje era claro: “No solo los apóstoles serán usados por mí, dice el Señor”.
Aún más, Dios usaría a Esteban para precipitar esta verdad y su martirio traería como consecuencia que esa verdad rápidamente se convirtiera en una realidad.

La muerte de Esteban trajo persecución sobre la Iglesia y obligó a que los discípulos se esparcieran (Hch 8.1).

Hasta aquí, la Iglesia expresaba la voluntad de Dios como familia:
  • Estaban juntos unánimes en las casas y en público.
  • Muchos creían y se añadían a la Iglesia.
  • Había enseñanza y manifestaciones de poder.
  • Había ayuda hacia la gente y tenían todo en común.

Sin embargo la Iglesia no cumplía su labor misionera a través de todos los discípulos hacia los demás lugares.
El potencial estaba pero no se manifestaba. La dispersión favoreció que ese potencial se expresara (Hch 8.4).
Los discípulos comenzaron a predicar el evangelio por todos los lugares y nuevas comunidades comenzaron a surgir.
Podemos ver a Felipe en Samaria (Hch 8.5-8) y en las ciudades desde Azoto hasta Cesarea (Hch 8.40). A Pedro y Juan en otras poblaciones (Hch 8.25). Saulo hallo discípulos en Damasco (Hch 9.10).
Hubo una dispersión de los discípulos y como resultado una dispersión del evangelio.

Las cosas, otra vez habían cambiado:
  • Estaban surgiendo nuevas comunidades y con eso “nuevas actividades apostólicas”, por ejemplo: supervisar esas comunidades (Hch 8.14).
  • La Iglesia en Jerusalén ya no se reunía libremente en lo público pues era asolada por Saulo (Hch 8.3).
Para Saulo la situación estaba bastante controlada en Jerusalén y ahora quería salir a controlarla en otros lugares (Hch 9.1-2).

Aunque la situación había cambiado para la Iglesia, una cosa se mantenía:
Dondequiera que surgían nuevas comunidades, las relaciones entre discípulos eran estrechas.
Esto no se mantuvo como resultado de una estrategia sino que naturalmente y como resultado de la experiencia en Jerusalén, las comunidades mantenían relaciones estrechas entre sus miembros.

Los discípulos habían seguido a Jesús mientras este hacia la obra. Iban juntos a todos lados y entraban en las casas para compartir y enseñar la verdad.
Así, luego los apóstoles habían hecho lo propio en Jerusalén y esta “estrategia” continuaba.

Ej: Simón el mago estaba siempre con Felipe (Hch 8.13). Saulo cuando se convirtió entro en la casa de uno que se llama Judas y estuvo 3 días hasta que llegó Ananías (Hch 9.11).
Saulo estaba con los discípulos de Damasco (Hch 8.19) (Seguramente en las casas).
Vemos luego a Pedro en la casa de Simon el curtidor y luego en la casa de Cornelio.
El patrón de relaciones continuó.

DEBEMOS SER UNA COMUNIDAD QUE VIVE BAJO FUERTES RELACIONES Y QUE BUSCA EXTENDER EL REINO DE DIOS EN DISTINTAS CIUDADES PROCURANDO QUE SE ESTABLEZCAN EN CADA UNA DE ELLAS COMUNIDADES QUE VIVAN BAJO FUERTES RELACIONES.

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