lunes, 27 de mayo de 2013

¿QUÉ ES UN “MOVIMIENTO”? - Ruben Dri


                                                 

Jesús fue el precursor de un movimiento espiritual, por tanto es importante volver a refrescar algunas consideraciones acerca de lo que es un movimiento, o por lo menos acercarnos lo más posible a ello.

        Por principio o por esencia no se puede definir un movimiento. No se puede hacer porque definir algo es delimitarlo, y el movimiento se lleva por delante todo límite, desborda todo tipo de institucionalización.

        El movimiento es semejante a un río que corre con fuerza, que rompe todos los diques y contenciones. Su lógica también es como un río en el cual no es posible introducirse dos veces en las mismas aguas, porque fluye constantemente.

        El movimiento es como la savia del árbol, como el impulso vital, la savia no aguanta estructuras. El árbol intenta aprisionarla mediante troncos, ramas, hojas; pero es inútil, la savia sigue su camino, quiere más y por eso el árbol se ve obligado a hacer nuevas ramas, nuevas hojas.

        El movimiento es el pulso vital, es el signo de vida, que surge al margen de las instituciones establecidas y frecuentemente en contraposición con ellas. El movimiento, por el solo hecho de serlo, mantiene comportamientos no habituales durante su desarrollo.

        El pulso vital o la corriente que conforma el núcleo del movimiento está formado por la conjunción de los principios que lo impulsan, que lo motorizan.

        El movimiento es alérgico a todo tipo de estructuras rígidas porque éstas siempre implican poner límites, poner freno al impulso vital, o sea, a la esencia del movimiento. Si se pretende institucionalizar todo el movimiento, éste desaparece, se congela.

        La institución no debe atrapar al movimiento, sino solo debe servir para encauzarlo, colaborando para cumplir los objetivos del mismo. La institución debe subordinarse al movimiento para que éste siga en su cauce poderoso.

        No  cualquier institución sirve, sino solo aquella o aquellas que responden a los principios que dieron origen al movimiento.

        Muchos movimientos mueren porque son traicionados por las instituciones que deberían haberlo encarnado. El movimiento se construye y gira alrededor de grandes ejes, que son sus premisas, sus principios, los que expresan sus más altas metas, intenciones y propósitos.

        Los movimientos surgen en un proceso de lenta gestación alrededor de sus ejes, y este proceso, en un determinado momento encuentra la manera de expresarse, de salir a la luz y emprender su trayectoria.

        Los movimientos se constituyen en protagonistas de grandes cambios, así como la aurora que de repente ilumina el firmamento y amanece.

        Para que un movimiento mantenga su vitalidad es necesario que la institución no lo asfixie. La institución debe ser instrumento del movimiento o de la vida, pero siempre existe el peligro de que el instrumento suplante al movimiento. Pero en la medida que éste mantenga su vitalidad desbordará a la institución por todas partes.



Nota: Al referirnos a “institución” damos a entender toda actividad u organización normada, reglada, que existe por encima, más allá de, independientemente del ser humano. Legalización. Convertir algo en institución.


          Ruben Dri - presbítero católico.

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