viernes, 27 de septiembre de 2013

El Hecho de Cristo 6) Fue justificado en el Espíritu



E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: 
Dios fue manifestado en carne, 
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
                                              (1ª Tim. 3:16)

  Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 
                                       (Efesios 4:8-9)

  Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 
 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados…
                                                                                                            (1 Pedro 3:18-19)

1- El conflicto legal
      Luego que Jesús murió, descendió al Hades, al lugar de los muertos. Y allí hubo un conflicto judicial. El juicio existió, porque en 1ª Timoteo Pablo dice que fue “justificado en el Espíritu”. El que justificaba en aquella época era un juez que, cuando veía que el acusado era inocente, tomaba el martillo y declaraba: “justificado”. Cristo fue justificado en espíritu. Significa que fue justificado cuando estaba en el Hades, en las regiones inferiores de la Tierra. Allí venció la batalla con su justicia. ¿Por qué fue justificado?

       Él había muerto porque tenía pecado, sin pecado no se puede morir. Pero fue el Juez a averiguar delante de Satanás, y los pecados no eran de él. Podríamos imaginar  a Satanás asustado y temblando: “Mira, yo lo maté porque él estaba lleno de pecado.” Y el Juez responde: “Tráeme el libro de la vida, analicemos sus hechos, veamos dónde están sus pecados”.  Me imagino que el Juez después de mirar toda la vida de Jesús, dijo: “No, Satanás, no encontré nada”. Y el adversario de Dios replica: “Pero yo estoy seguro, yo lo maté… Tú me diste poder sobre la muerte… Él estaba lleno de pecados, y yo creo que…”
   El juez dice: “No, dime ¿dónde está el pecado?”. Y Dios le muestra el libro. “No hay ninguno”, concluye. ¡Fue justificado! Satanás cometió un error, pues permitió la muerte de un justo.


2- Jesús tiene ahora la llave de la muerte

  Y  el Juez ahora tiene poder para decir: “Satanás, ¿te acuerdas del poder que yo te di sobre la muerte? Hay una llave, tienes que buscarla y dársela a Jesús. Él va a poseer la llave de la muerte. No tienes derecho legal de poseer la llave. Yo, el Juez, tengo ahora la autoridad para declarar que la llave ya no es más tuya. Es de Él” (Apoc. 1:17-18). Ahora Jesucristo puede tener la llave en su mano, por su justicia, por su santidad. No porque es Dios. Sin levantar la mano, como un Cordero, venció a Satanás y resucitó.

Jesús fue declarado justo.
Él ahora tiene potestad sobre la muerte

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