lunes, 23 de septiembre de 2013

El hecho de Cristo 4) Fue ungido con el Espíritu para hacer la obra.


                     
 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. (Mateo 3:16)

 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. (Lucas 4:13-14)


 1- El poder de Jesús sobre la creación
      
  Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. (Marcos 4:39)

   Hasta ahora hemos estado hablando sobre el despojarse del Verbo. “Siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios… tomando forma de hombre”. Pero después de su bautismo y de ser tentado por el enemigo, lo vemos volver en el poder del Espíritu para comenzar su ministerio terrenal, la obra que el Padre le había dado que hiciese. No sólo calmó tempestades y alimentó con poco a la multitud en dos ocasiones: también se nos describen dos pescas milagrosas y una provisión sobrenatural para pagar un impuesto. En otra oportunidad, vemos a Jesús caminando sobre el mar. Uno de los rasgos de su ministerio entre los hombres fue el poder sobre todo lo creado.



Jesucristo produjo tremendos milagros y señales
porque el Espíritu de Dios estaba sobre Él.



 2- El poder de Jesús sobre la enfermedad y los demonios.
                                
 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.(Mateo 12:28) (Hechos 10:38)

 Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. (Hechos 10:38)

    Jesús comienza su ministerio citando al profeta Isaías, y afirmando El Espíritu del Señor está sobre mí… Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos” (Lucas 4:18). También declara que esta profecía se ha cumplido en Él.  Gran parte de su obra en esta Tierra tuvo que ver con sanar enfermedades y echar fuera los demonios que oprimían a muchos. Y el motor de todo su accionar milagroso fue su compasión, su gran amor por el ser humano. Este amor no ha cambiado. El Señor, el Eterno Dios hecho hombre, se sigue compadeciendo de los hombres y  mujeres de hoy que sufren, víctimas de la enfermedad y de los espíritus malignos.

3- El poder de Jesús para hacer discípulos.

  Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. (Juan 17:12)

…Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra,  por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…(Mateo 28:18-19)

     Nuestro hermano Jorge Himitian nos dice (en “El ministerio didáctico de la Iglesia”): “Jesús era maestro. Su ministerio básico fue la enseñanza. El enseñar fue la obra más trascendente de su ministerio terrenal, sin tomar en cuenta aquí su obra redentora. Los enfermos que sanó se murieron, los muertos que resucitó se volvieron a morir, etc. El fruto que se perpetuó de sus tres años de ministerio público fue la enseñanza impartida a sus doce discípulos. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mt. 24:35)”.Jesucristo no es solo nuestro modelo de vida: ¡también es nuestro modelo de obra!







Jesús es nuestro modelo de obra.
Hagamos discípulos como Él.
























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