viernes, 7 de septiembre de 2012

Santidad y vida piadosa - V. Farias - 1ra. Parte




PRIMERA PARTE

Traducción de predicación: “Santidad y Vida Piadosa”, Evangevaldo Farias, Mayo 2011.

SANTIDAD Y VIDA PIADOSA
Oración:
¡Aleluya! gracias a Dios. Señor rogamos que nos visites hoy, que nos envuelvas con tu santidad. Tu palabra dice Señor, que no hay hombre que no peque, es por tu gracia, por la sangre bendita de Jesús que nos acercamos a ti Jesús, con confianza, en plena certidumbre de fe.
Nadie de nosotros se puede acercar a ti si no es por la sangre de Jesús. Nos diste el Cordero Bendito, Señor, y el es la propiciación por nuestros pecados. El fue ofrenda por nuestros pecados y no solo por nuestros pecados Señor, sino también por los pecados del mundo entero, y hoy está sentado a tu derecha y vive para interceder por nosotros. Es por Jesús que nos movemos cada día y nos reunimos aquí hoy para tu Gloria Señor Dios… En el Nombre de Jesús. Aleluya!

Desarrollo:
Amados, vamos a compartir algo hoy sobre santificación y la vida piadosa. Les pido que abran las escrituras en 2da Corintios 6.16-18 y sigamos hasta el capitulo 7, vs.1. Dice así, “Habitaré y andaré entre ellos”, segunda parte del versículo 16, “y seré su Dios y ellos serán mi pueblo, por tanto salid de en medio de ellos y apartaos dice el Señor y no toquéis lo inmundo y yo os recibiré. Así que amados puesto que tenemos tales promesas limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
El Espíritu Santo nos apela a que perfeccionemos la santidad, o sea nuestra santidad debe ser creciente, es dinámica  y debe se perfeccionada. Vamos a conversar un poco sobre esto hoy.
En los últimos años he hecho un ejercicio conciente para librarme de algunos vicios que yo los llamo vicios de iglesia, vicios teológicos que tienen que ver con la interpretación de las escrituras. Lo que estoy buscando es desarrollar una disposición mental para leer las escrituras y ver lo que esta escrito sin ninguna presuposición teológica en mi cabeza. El tiempo que estuvimos en África del norte o  en el norte de África, nos ayudo, estábamos compartiendo de la palabra con Tami, una joven que conoció al Señor y hacia solo 15 días que ella se había enterado que existía la Biblia en su idioma, porque ella pensaba que no existía en su idioma.
Al principio no le hablábamos con la Biblia porque no sabíamos cual era su disposición de corazón. Hay muchas historias de la Biblia como un libro prohibido. Pero cuando tomamos confianza de que ella tenía la actitud correcta y tenia un deseo genuino de conocer al Señor, le compartíamos la Escritura y le mostramos una Biblia en Árabe, que allá la llaman el libro santo  (así llaman los árabes la Biblia) y ella estaba encantada, y comenzamos a leer,  y ella pedía: “por favor lee de nuevo” y leíamos el pasaje y ella volvía a decir: “lee de nuevo”, todo era muy nuevo para ella. Pero lo que mas me maravillaba y muchas veces tenia que tener cuidado de no llorar, era que ella bebía de la palabra, ella se encantaba con la palabra. Su mente estaba virgen respecto de cualquier premisa teológica. Lo que estaba escrito era simplemente lo que estaba escrito y ella lo recibía tal cual. Y cuando le hablamos que Dios nos ama a tal punto que nos envío a su Hijo para vivir  como hombre, para identificarse con la fragilidad humana, sentir nuestras limitaciones y dificultades que tenemos en la carne, y el papá de ella tenia una dificultad muy grande y ella oro con simplicidad diciendo “Señor en tu libro dice que  socorres a las personas, así que por favor socorre a mi papá, porque tu libro lo dice, que tu lo haces”.
Y a veces, nuestro preconocimiento, conocimiento de las lecturas que hacemos, interfiere con nuestra simplicidad para recibir la palabra del Señor. El Señor Jesús dice “que debemos ser perfectos como nuestro Padre que esta en los cielos es perfecto”. Cuando leemos esta palabra en MT 6.48 ¿recibimos la palabra tal como esta escrita, como esta ahí? ¿Creemos lo que Jesús dice es exactamente esto, ser perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto, o en nuestra cabeza ya tenemos los filtros necesarios para decir que no es exactamente esto lo que Dios quería decir, lo que Jesús quería decir? Hermanos si creemos que esto es lo que Jesús estaba diciendo, que es lo que nos quiso decir, que el espera que seamos perfectos como es perfecto Dios, el Padre que esta en los cielos. Si creemos así, con esta simplicidad, entonces precisamos rever nuestros caminos (para ser coherentes con este llamado).
En Heb 12.14  hay una advertencia muy grave, la palabra del Señor dice: “seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie vera el Señor”.
Yo me quede pensando ¿creemos  en esta palabra? Y usé otro aspecto de la enseñanza bíblica para comparar algo que realmente creemos y practicamos con mucha coherencia que es la cuestión del recasamiento.
Nosotros creemos que el casamiento es único y todos los recasados están viviendo en una situación de adulterio, esa es nuestra fe y es nuestra práctica. No es solo nuestra enseñanza, sino nuestra práctica. Y muchos de nosotros tuvieron situaciones dramáticas, relacionadas con esta situación del recasamiento, como pastores y como familias hemos vividos las dos cosas. Algunos de nosotros tuvimos que pagar un precio muy alto porque creemos que todo recasamiento es una relación adultera y no nos importan las consecuencias de esto. Hemos visto venir gente que era recasada y se separó y vinieron solos, porque creemos que es así.
Pero amados, nosotros, esta situación la manejamos con tanta definición porque creemos que esta es su voluntad en su palabra, pero la misma palabra dice así: “sin santidad nadie vera al Señor”. ¿Quién podría hacernos pensar que alguien va a ser salvo sin ser santo? ¿Quién de nosotros puede atreverse a pensar que alguien sin santidad verá al Señor? ¿Y cuál es el nivel de santidad que Dios está esperando de nosotros?
 La palabra de Dios dice que Él no perdonó a los ángeles cuando pecaron y no va a perdonar  a los hombres que se revelen contra  su voluntad y yo pregunto así: ¿Alguien puede rehusarse concientemente a ser santo como el Padre que esta en los cielos lo es? ¿Esto no seria rebelión? Porque el Señor dice: “Sed santos porque Yo soy Santo”. Si establecemos un límite a  esta santificación por conveniencias circunstanciales nuestras ¿No estamos en franca rebelión contra el Padre de ser perfectos como El?
Amados yo estoy convencido que nosotros vivimos, y no sólo nosotros como congregación aquí, estoy convencido que la Iglesia de Dios en el mundo vive una crisis de falta de temor de Dios.
La Palabra de Dios dice que “el temor de Dios aparta al hombre del mal” (Pr 16.6) pero éste temor en muchos círculos se ha constituido en algo que llamamos “intimidad profana”.
Hay una intimidad fácil con Dios, hay muchos que están diciendo “papa” o “papito”. Qué bueno si es que hay tal relación de intimidad con Dios, pero el Señor en Malaquías 1.6 dice así: “El hijo honra al padre y el siervo a su Señor. Si pues yo soy padre donde esta mi honra y si soy Señor donde esta mi temor dice Jehová de los ejércitos”.
Estas mismas palabras dichas por el profeta Malaquías ¿no es lo que Dios nos dice cuando dice: “no todo el que me dice Señor, Señor entrara en el Reino de los cielos sino, solo, el que hace la voluntad de mi Padre esta en los cielos”?
Hermanos, he buscado rescatar en mí el necesario temor por las advertencias del Señor. El nos dice: “no alcanza con que me llames Señor si no haces la voluntad de mi Padre que esta en los cielos. Si no es así, no entrarás en los Cielos”. Y ahí hermanos, hay teologías como “justificados por la fe no por obras”, puede ser, pero cuando tomo todo este “bloque de teología” (La Biblia), si  oigo lo que Dios dice, me esta diciendo simplemente esto “si no haces la voluntad de mi Padre que esta en los cielos no vas a entrar al Reino de Dios” y punto.
Cualquier variación teológica que yo busque precisa adecuarse a esto y no lo contrario, porque esta afirmación es afirmación del dueño del Reino.
Hay muchos conceptos también acerca del temor de Dios, yo ya oí de todo acerca del
temor de Dios, pero oigamos lo que la escritura habla acerca de temer a Dios ¿Qué es
temer a Dios? Salmo 119.120Mi carne se ha estremecido por temor de ti,
y de tus juicios tengo miedo” El salmista tenía miedo, el salmista sabía que estaba lidiando con alguien que podía condenarlo, exaltarlo o derribarlo. David temía.
Temor es temor, no hay un adjetivo o un sinónimo, temer es temer y cuando temo me quedo con miedo.
Pablo dice: “cuidad vuestra salvación con temor y temblor” ¿Cómo explicamos esto? ¿Qué  es cuidar la salvación con temor y temblor?
Cuando Dios quiso restaurar Jerusalén, en el libro de Nehemías está escrito, busco de entre los hombres, aquellos que temían delante de la palabra de Dios, que temblaban ante la palabra de Dios, que no negociaban su palabra sino que temblaban delante de aquello que el Señor decía.
En Heb 12.28-29 dice “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;” ¿Por qué? “Porque nuestro Dios es fuego consumidor”. El apóstol está advirtiendo  que tenemos que servir al Señor con temor y temblor porque Dios es fuego consumidor.
Nadie podría definir la necesidad de temer a Dios mejor que el propio Jesús ¿Saben lo que Jesús dice? “No teman a aquellos que pueden matar el cuerpo pero no pueden nada contra el alma, teman a aquel que puede hacerlos perecer en el fuego del infierno, tanto el alma como el cuerpo”. ¿No es Jesús mismo el que nos dice que debemos temer a Dios en este texto?
¿Pero porque alguien debe temer a Dios? Yo debo temer a Dios porque el puede, si quiere, hacer perecer en el fuego del infierno el alma y el cuerpo.
Yo temo que algunos hayan perdido este santo temblor y yo llamo a esto “intimidad profana”, característica de aquellos que, de hecho, no conocen a Dios. Cuando Pablo escribió a los Corintios dijo “Porque algunos de vosotros aún no conocen a Dios y esto digo para vergüenza de vosotros”.
Y ahora me acuerdo otra vez de estos vicios de Iglesia que no quiero perder de vista (leer la Palabra con preconceptos), y cuando Jesús dice que “debo temer a Dios y que El puede lanzarme en el infierno” debo concluir que el puede y entonces, yo temo.
Cuando la Escritura habla sobre la Iglesia de Jerusalén en el inicio de Hechos, ahí dice que “cada alma tenia temor”, ahí el Espíritu Santo quiere comunicarnos que aquella multitud, cada uno de esta multitud, que en el principio fueron tres mil y mas adelante el número llego a cinco mil hombres sin hablar de mujeres (seguramente habría mas mujeres que hombres), digamos que quizá habría una multitud de 10.000 mínimo, cada uno temía a Dios.
En cada una de aquellas vidas había temor, ¿Sabes lo que esto trae a mi mente? Que ellos no precisaban ser vigilados porque ellos solos se vigilaban. Ellos tenían temor, esto significa que vivían en un estado de atención y vigilancia, cuidándose para no desagradar a Dios y diciendo “sirvamos a Dios de modo agradable, con reverencia y santo temor”.
La gente estaba impresionada en su espíritu  por la presencia de Dios, con la santidad de Dios. Ellos no querían desagradar a Dios,  entonces no había preguntas del tipo: ¿Tal cosa es pecado?
 A veces viene un joven y me pregunta ¿Hacer tal cosa es pecado? Y yo tengo que hacer un esfuerzo grande  porque mi impulso es ponerme mal con estas preguntas, y yo le digo ¿A quien quieres imitar?  ¿A tal artista? ¿Vos sos el que hizo esta moda de poner arito en la oreja?
Cuando se teme a Dios y se vive en vigilancia no hay espacio para estas preguntas. Un montón de cosas tontas quedan afuera del radar por consecuencia inmediata, porque uno quiere agradar a Dios, no quiere simplemente llegar a los cielos por la fe, uno anhela agradar a Dios.
Debemos pensar así: “Dios es santo entonces yo quiero ser santo, tan santo como El”. Es esta la medida que el estableció: “ser perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. Esto tiene que alcanzar todas las áreas de mi vida.
Aquellos hermanos de Jerusalén estaban impactados porque ellos sabían  que habían sido libres de una gran condenación y no querían mas, acercarse a tal estado. Ellos se querían alejar constantemente del lugar y del estado en el que fueron encontrados por Jesús. Ellos no querían estar ahí en el límite.
La falta de este temor, amados, hace que muchos hijos de Dios, estén flirteando (coqueteando) con el mundo.
El que vive así, no se lanza al pecado, “no cae en el fango” como se dice, pero se queda mirándolo casi con envidia del mundo.
Como alguna vez en el tiempo de la escuela, uno rodeado de compañeros de escuela, invitado a participar de alguna situación de pecado. El hermanito dice “yo quiero pero no puedo, soy creyente”, pero también puedo responder lo contrario “yo puedo, pero yo no quiero”, yo sirvo a Jesús, yo tengo a Cristo, yo obedezco a Cristo.

Esa actitud de “flirtear con el pecado”, produce por lo menos tres situaciones que desagradan mucho al Señor.
Primero nos expone al pecado y ocurre lo contrario a la orden de Jesús cuando dice “vigilad y orad para no entrar en tentación”.
Jesús dijo esto en Getsemaní, a Pedro y Santiago cuando los encontró durmiendo. Y dijo así “el espíritu a la verdad esta dispuesto pero la carne es débil”.
El énfasis aquí amados, no esta en la fortaleza o en la disposición del espíritu. El énfasis está en la debilidad de la carne.
No dijo así: “Pedro y Santiago, quédense tranquilos la carne es débil pero el espíritu esta dispuesto”, no dijo así, dijo “el espíritu esta dispuesto pero la carne es débil” y por causa de esto vigilen y oren para no entrar en tentación.
La mayoría de los problemas, amados, es cuando el discípulo entra en tentación, porque es difícil retroceder.
En el interior del país se utiliza una expresión que dice así: “la vaca fue al charco” ¿Quieren saber lo que significa esto?: “El gaucho esta llevando el ganado por el pasto pero hay un charco profundo y la vaca entra en el charco. Eso es un problema porque no puede salir sola del charco y ella puede morir ahí embarrada y ahogada. Aún los perros que guían el ganado no pueden entrar al charco para sacar a la vaca. El gaucho tiene que entrar, enlazar la vaca y tirarla afuera con el caballo. De esa manera va a salir la vaca del charco”.
Cuando el discípulo entra en tentación es como la vaca en el charco, es muy difícil sacarlo.
Hay gente que con frecuencia entra en tentación. Entrar en tentación no es pecado, esta simplemente cerca de serlo. Estas personas están flirteando con el pecado, peligrosamente diciendo: “¿hasta donde puedo ir sin que sea pecado?”.
Esto no está bien, el Espíritu nos convoca, amados, a apartarnos del pecado.
Tenemos una meta, miremos hacia la meta. Cuanto más distante del mundo, más seguros. Cuando el Señor nos dice: “la carne es débil” tenemos que acordarnos que la carne no se convierte, que no se transforma, no se purifica, la carne no sirve para nada, la carne no va a heredar el Reino de Dios. Debemos acordarnos que la carne no se sujeta a la ley de Dios.
¿Crees que la carne está sujeta a tu experiencia? ¿Vos crees que la carne va a respetar tu madurez? La carne no se sujeta a Dios, tampoco se va a sujetar a vos.
Por eso tenemos que “andar en el Espíritu”.
Andar en la carne es caminar hacia la muerte. Todos aquellos que confiaron en su experiencia y madurez cayeron, y yo les digo mas, los mayores escándalos en la Iglesia no ocurren con nuevos, ocurren con antiguos, con personas mas maduras, con pastores, con lideres que se vuelven confiados que son maduros, confiados que tiene experiencia, confiados que tienen discernimiento y se olvidan que la carne es débil.
Entonces la primera consecuencia de coquetear con el pecado es que quedamos expuestos a la tentación.

La segunda consecuencia es que este flirtear con el mundo deshonra el nombre de Dios.
 Hermanos, la Biblia habla que hay una nube de testigos. No se bien que es lo que quiere decir esto, pero imagino que envuelve a los hombres, a los ángeles y envuelve también a los amados del pasado que están con el Señor.
Sea como fuere, nuestro caminar diario tiene implicaciones espirituales y eternas. Imagino que Dios aquí y allí mira al diablo y le dice: “son mis hijos, son santos que viven en la tierra, son irreprensibles  y en ellos tengo toda mi complacencia”.
El Salmo 16.3 dice: “Para los santos que están en la tierra y para los íntegros, es toda mi complacencia”.
A veces pienso que el diablo dice al Señor: “así que son tus hijos, mirarlos” (y nos señala coqueteando con el mundo).
Hay una deshonra al Nombre de Dios cuando no vivimos de acuerdo con la vocación  a la cual fuimos llamados.

La tercera consecuencia, amados, es que esa actitud de “flirtear con el mundo” evidencia una insatisfacción con Dios.
Esto sería como si le dijésemos al Señor: “tu no eres suficiente para mi, yo preciso hacer esto para ser feliz y sentirme pleno”.
¿Como vas a entrar en los cielos si Dios no te satisface? ¿Como vas a vivir en la Gloria Eterna sin estos atractivos mundanos?
El Señor tienen en nosotros su placer ¿No debería estar en El, nuestro placer?

Hay una figura que nos puede ayudar a entender todo esto:
 ¿Cuántos hombres casados hay aquí delante de mí? Imagino que tu esposa es para ti lo que la mía es para mi: es un deleite, es preciosa, amada, separada, exclusiva, “sea para ti solamente”, dice la Escritura, “y no para otro”, “jardín cerrado, huerto cerrado, fuente cerrada”.
Ahora, imagínate que todos los días cuando vienes del trabajo, tu esposa está conversando con un vecino, un sujeto conocido por su fama de que anda por ahí con las mujeres de los otros, y ahí esta tu mujer conversando con el. Al otro día al volver a tu casa la encuentras de vuelta charlando con el vecino y al tercer día, igual.
Amados, no importa que tu esposa no haya tenido ninguna intimidad con ese sujeto, te esta exponiendo a vergüenza.
¿Qué hacemos con nuestro novio cuando “flirteamos con el mundo”? ¿No lo exponemos a El a vergüenza? ¿No exponemos el testimonio de Dios a la vergüenza? Dios tiene celo de nosotros, Dios nos quiere sólo para El.
El nos eligió, El nos escogió, El nos compró con su vida. “O somos totalmente de El o no somos de El”. “Si vos no sos totalmente del Señor no sos de El”.
En Stgo 4.4-5 el apóstol esta acusando a aquellos hermanos que son infieles y adúlteros, y si miramos el contexto, se ve que no esta hablando de adulterio literal o humano. Yo entiendo que esta palabra usada, fuerte, es porque aquellos hermanos no estaban viviendo como una novia exclusiva del Señor y entonces eran hallados infieles, eran hallados como adúlteros porque deshonraban su alianza y compromiso con Dios. Estas personas no vivían solo para Dios. En su corazón, en su forma de vivir, ellos tenían reservas y su dedicación no era absoluta.
En Ef 4.30 dice que “podemos contristar el Espíritu Santo con el cual fuimos sellados para el día de la redención” Esta expresión  es usada en varias partes del N. T.: “el Espíritu con el cual fuisteis sellados”, aquella garantía de que pertenecemos a El y cuando el vuelva, va a saber identificar a aquellos que son suyos  por la presencia del Espíritu Santo en ellos. Ahí el apóstol dice: “no contristéis al Espíritu de Dios con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.

Cuando “flirteamos con el mundo” causamos tristeza a Dios.
En 1Jn 2.15-17 la Palabra dice así: “no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo”. Lean bien, no es solo no amar el sistema pecaminoso del mundo, es no amar nada que  sea del sistema.
Nada en el mundo tiene que ser importante para ti porque aquel que ama al mundo, “el amor del Padre no esta en El”.
¿Has pensado la gravedad de esto? Que amar al mundo es perder el amor del Padre. Entonces si yo amo al mundo no soy de El, no amo al Padre.
El apóstol esta diciendo así: “porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo”. Entonces, no debo querer nada de aquí.
En Ef 1.4 dice que “Dios nos escogió en el antes del fundación del mundo”. Nos eligió ¿Para que? “Para que seamos santos y sin mancha”.¿No pasamos demasiado rápido por esta palabra?
¿Quién es alguien irreprensible, sin mancha? Alguien que no es pacible de reprensión, alguien que no precisa ser corregido. Dios nos llamo para ser así, santos, separados del mundo, separados para El, exclusivamente de El, irreprensibles.
Y dice así: “delante de el y en amor nos predestino para El”. Detengámonos en estas palabras: “delante de El”.
Somos santos e irreprensibles ¿donde? “Delante de El”. Aquí no se habla de una posición física geográfica, es más bien una la posición  espiritual de aquel que vive en su presencia, delante de El.
El discípulo no puede experimentar lo que Jacob experimentó cuando se levanto del sueño y dijo: “en verdad Dios estaba en este lugar y yo no lo sabia”. Jacob dijo así, pero amados, nosotros tenemos que tener la conciencia de que Dios esta a nuestro lado en todos los lugares donde andamos y que el Señor que está nuestro lado, precisa estar cómodo para ver lo que vemos, de oír lo que oímos, para agradarse de las palabras que hablamos, de los gestos que hacemos.
¿Esta el Señor cómodo a nuestro lado? En los ambientes por donde pasamos ¿Dios esta tranquilo, diciendo “hijo yo tengo placer en ti”?.
El Señor dijo de Jesús: “este es mi hijo amado en quien tengo complacencia”. “En la carpintería, en la calle, en la sinagoga, donde estuviese, yo tengo placer en El”.
Dios nos llama santos, nos llama irreprensibles y dice que tiene placer en nosotros, agradémoslo.
Amados, la mejor manera de mostrar nuestra lealtad al Señor no es exponiéndonos al pecado o a la tentación, es esquivándola.
Amo a mi esposa, la elegí para ser mía, pero al segundo año de nuestro casamiento tuvimos una crisis difícil, yo entre en crisis. Yo fui el causante y yo pensé así “me case con la mujer equivocada ¿Qué voy a hacer de mi vida ahora?”. Y ahí me acorde de un concepto que había aprendido hace muchos años atrás: “El amor no es un sentimiento, es una decisión”. Y yo pensé, “yo no tengo derecho de hacer esto con ella, yo la elegí, yo la escogí, es mía y para ella voy a vivir”. Y hoy vivo para ella.
Toda pasión y encantamiento fue construido sobre esta base sólida de alianza en Dios. Estoy más enamorado ahora que antes, pero hermanos esto no me exenta de estar tentado hoy por otras mujeres. Yo soy tentado, el mundo esta complicado, es muy apelativo.
 ¿Que hago yo para demostrar mi lealtad y amor a mi esposa? Tengo alianza con ella, yo digo “no tengo ojos para otra, mis ojos son para mi esposa”, puedo andar por el mundo porque mi corazón es solo de ella.
Yo salgo de ambientes donde soy expuesto a la tentación,  porque yo solo quiero ser de mi esposa.
La mejor manera de mostrar lealtad, no es ex ponernos para demostrar de que somos fuertes, es lo contrario, es huyendo, es distanciándonos.
El mundo tiene sus atractivos amados, y nuestra vida agitada nos ha impedido disfrutar de la Gloria  y compañía de Cristo y cada vez mas, somos atraídos por los atractivos del mundo.
A algunos no les gusta pensar sobre la muerte. Yo me identifico con lo que Pablo habla en 1 Corintios 15, “el deseo de librarse de este cuerpo para ser revestidos  de su habitación celestial”. Tengo deseos de irme de este mundo, uno de los motivos es “yo no quiero ser más tentado”. “Yo quiero poder disfrutar de Dios, de su presencia. Nno me gusta el mundo”.
Fuimos creados para El, somos eternos, prefirámoslo. Pero este “asunto llamado carne”, dice la Biblia: “que en ella no habita bien ninguno y ella se inclina al pecado”. Entonces ¿Por qué voy a alimentar la carne? ¿Por qué voy a crear una oportunidad para que la carne sea tentada? ¿No me basta con la simple debilidad de la carne? Cuantas veces nos exponemos al pecado innecesariamente.

Muy bien, volvamos al texto de 2Cor 6.18 y 7.1Por lo cual salid de en medio de ellos”, ¿Qué significa esto? ¿Significa que ahora vamos a hacer agujeros y nos vamos a meter adentro como los monjes? “Separados del mundo” ¿Será esto?.
Ahora, ¿Como se concilia esto con la palabra  de Cristo que nos dice que “nosotros somos la sal de la tierra y la luz del mundo”? ¿Como se concilia esto con la palabra de Pablo a los corintios (1Cor 5.10) en donde dice que “tenemos que tener comunión con injustos y ladrones porque sino tendríamos que salir del mundo”?
O sea, el Señor no quiere que salgamos del mundo.
En 2cor 5.20 dice que “somos embajadores de Dios”. Entonces, no tenemos que salir físicamente del mundo, tenemos que guardar nuestra mente y corazón, nuestro espíritu de la contaminación del mundo y reprobar las obras del mundo.



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