miércoles, 31 de diciembre de 2014

Tres tipos de esclavitud. G.F.P.

Tomado del libro: El crimen de la letra - Glenio Fonseca Paranagua

Los tipos de esclavos.

Hay tres tipos de esclavos en el plano religioso: los del deber, los del interés y los del miedo. La esclavitud del deber es moral, pero deja a la persona sin alegría. Aquel que hace lo que hace por obligación es alguien responsable, no obstante vive, muchas veces, sin contentamiento real.
Normalmente realiza todas las cosas con gran empeño, con un objetivo promocional de su desempeño arraigado en la realización de las tareas.

El deber es extrañamente cómplice de la personalidad perfeccionista. Detrás de un ejecutivo con un carácter obsesionado por el deber, se encuentra un esclavo de elogios, que vende su alma carente de aprobación por recibir aunque sea el menos signo de reconocimiento. No le gusta vivir sin reflectores, por eso busca hasta el menos farolito que ilumine su silueta obesa y ávida de apreciación positiva de cualquier observador.

La imagen del deber cumplido aprecia ostentar los trofeos que le garanticen los aplausos de la gente acreditada para hacer evaluaciones.
Soportar la critica pesada es un quehacer ingrato en demasía para esos esclavos de si mismos, que viven a la caza de loores.

Luis Allen, en su tesis de doctorado sobre lideres fuertes, dijo lo siguiente: aquellos que son obcecados por el éxito, pero vienen de familias pobres y carentes, acaban cercados por ayudantes aduladores que ayudan a promover su imagen ante la opinión pública. Ellos se envician en la consagración y son esclavos de sentimientos engañosos. Si no nos lisonjeados, quedan ofendidos y dolidos, obteniendo de este modo las lamidas como masajes a su ego.

Los incentivos son instrumentos excelentes para estimular a las personas y hacerlas proseguir, pero todos aquellos que dependen el estimulo para mantenerse en la cuerda floja de la opinión pública son esclavos baratos que no valen el galanteo. Si nosotros no soportamos una condenación injusta, es porque tenemos justicia propia en demasía y somos esclavos de emociones aplastantes. El deber es el déspota que consigue reprimir la única oferta que da verdadera identidad a una persona: el amor.

Otro tirano que consigue esclavos bien baratos es el interés.

Sacar beneficio es una trampa que siempre atrapa a gente ambiciosa. Si muchos venden su alma por una buena imagen, hay un grupo mucho mayor que negocia por baratijas. La lucratividad es un impotente señor de esclavos. No es bueno perder, pues toca nuestra autoestima. Nadie quiere estar en segundo lugar, y un buen resultado siempre fomenta la garra y el esfuerzo sudoroso.

La esclavitud de mérito, tanto del deber como de la lucratividad, es una prisión de máxima seguridad. Aunque los esclavos del deber sean ética mente más admirados, los de la lucratividad son mucho mas osados y consiguen beneficios más significativos. Pero tanto el deber cumplido como el premio conquistado son generadores de esclavos.

La religión compra a mucha gente con promesas y usa un patrimonio futuro como garantía para ganarse a las personas más carentes.
Como todos nosotros somos de alguna forma necesitados de cuidados especiales, los agentes de ese comercio instigan a las pobres almas con la pericia de quien va a tener algún provecho.

Sin embargo, hay una prisión mucho mas reforzada que las dos anteriores. Es el calabozo del miedo. Una multitud tímida vive, en este mundo, dominada por el pavor y esclava en las riendas de las amenazas.
Sé que hay un temor necesario, ya que un persona totalmente sin miedo es una gran imprudencia. Aquel que no tiene temor a cosa alguna a cosa alguna termina destruyéndose en la imprudencia de sus elecciones.
Por ende, la esclavitud del miedo es la pero forma de dominación.

Nunca encontré un esclavo mas esclavo que el esclavo del pánico. El miedo ahoga la esperanza y mantiene la existencia bajo medidas cautelares. Una persona aterrorizada es una persona que no consigue celebrar la vida y festejar la aceptación incondicional de Cristo.

Job era un esclavo. Su discurso confirma el síndrome de la víctima y su posición ratifica la esclavitud del deber y del miedo de perder. Además, Job vivía bajo la sombra de la desconfianza. Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. Job 3:25 Este es el perfil del esclavo del miedo y jamas las marcas de un hijo. Una relación dominada pro un porrazo que podría acontecer es una sujeción inaceptable en la vida de alguien que conoce el amor incondicional de Dios.

EL PEOR DE LOS DICTADORES

El miedo es el peor de los dictadores. Este apareció en el mundo después del pecado en el jardín del Edén y ha controlado la historia de la raza humana con mano de hierro. Debajo de su brazo fuerte, hay una presión asfixiante que sofoca a la víctima como una anaconda. Quien vive reprimido por el miedo no consigue gozar de la intimidad de ser hijo de Dios. Aunque el temor del Señor sea el principio de la sabiduría, ningún hijo de Abba puede tener miedo de El. Mas allá de todo, la Biblia es muy clara: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor 1 Jn. 4:18

El significado del temor del Señor no es el miedo, sino el respeto, consideración, reverencia. Ningún hijo de experimenta la comunión con su padre bajo el control del miedo. Es imposible vivir relajado en un ambiente controlado por el amedrentamiento.

Abba no es un verdugo. Aunque yo tenga un profundo respeto por El, o el mismo temor ante su santidad, yo nunca puedo tener miedo de El. Mi relación con mi Padre celestial tiene que ser necesariamente amorosa y afectiva. Aunque El sea extraordinariamente majestuoso y fuera de mi compresión tridimensional, no es un ser que da miedo a sus hijos.
Yo no puedo estar desconfiando de su amor incondicional, ni esperando algún perjuicio de su parte, que me deje aterrorizado. Abba no es un ser atemorizante tratando de asustar personas. Todo lo que El hace o permite tiene un propósito maravilloso, definido en su amor para con sus hijos.

El amor es la esencia de Abba, y en su naturaleza no hay indicio alguno de déspota, tirano o incitador de cautiverio. El apóstol sabia de esto muy bien cuando dijo con precisión milimétrica:
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos ¡Abba Padre! Ro. 8:15


La religión ha producido los esclavos mas deprimentes que se pueden encontrar por ahí. Pero el evangelio de Jesucristo es el granero de los hijos de Dios que viven en la libertad del amor. Ningún hijo de Dios convive con el miedo de ser rechazado o con la posibilidad de ver evaluado su certificado de nacimiento. El Padre no engendra un hijo para después abortarlo. Y, en el reino de Dios, no hay guarderías y orfanatos con hijos abandonados o niños de la calle.

domingo, 14 de diciembre de 2014

El alcance de nuestra mision. Claudio Lancioni


Se les indico con indico que fueran a Galilea:

Despues de tres años de intenso trabajo, Jesús ve aproximarse la hora final, luego de tomar la cena en un ambiente de gran intimidad (fueron mas íntimos en la medida que la hora final se acercaba), antes de padecer en el Getsemaní y el desenlace, les da una instrucción:

Mat 26:31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
Mat 26:32  Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

La misma instrucción se repite luego de la resurrección:

Mat 28:1  Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.
2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.
3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.
4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.  (Notificacion entregada...)

Mat 28:8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,
9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

Sin embargo no fueron, y Jesús se manifiesta a ellos en Jerusalen:

¿Cuantas veces se les instruyo para ir a Galilea?

Aunque se repitio el mandato tres veces, no hicieron caso. ¡que paciencia la de Dios con sus siervos!

Como no respondieron, Jesús los va a buscar.

Jn. 20:19  Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 

¿Porque ir a Galilea?

Tiempo atrás realizando un estudio detallado sobre  todo lo ocurrido en el lapso de cuarenta días entre la resurrección y la ascención a los cielos, me encontre con este detalle que me lleno de interrogantes: 
si Jesús muere en el monte Calvario en Jerusalen , y luego asciende en el monte de los olivos (Hch 1:12  Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo), ¿para que realizar aquel viaje de casi 100 km. a Galilea.

Voy a ensayar algunas respuestas:

Hay circunstancias que requieren un momento y un lugar especial:

El novio que va a pedir la mano en casamiento. Toda una preparación!!!
El reclamo de una vieja deuda. (vamos a tomar un café)
Cuando los hijos hacen una rabieta en publico. (en casa te ...)
Cuando hay tensiones matrimoniales en presencia de otros. (en casa arreglamos)

Cuando hay que trazar una estrategia de trabajo.
Cuando el estado mayor define los planes de guerra.

Estas y otras instancias de la vida requieren espacio de tranquilidad y concentración.

En Galilea todo comenzó.
Mar 1:14  Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,

Los once apóstoles que quedaron luego de la muerte de Judas, todos eran galileos, menos el que se ahorco.

En Jerusalen había una ambiente de gran tensión, las presiones del Sanedrín y el gobierno romano, en aquella habitación donde Jesús se manifiesta a ellos, aparece una expresión muy descriptiva de lo que estaba ocurriendo no solo en la ciudad y en el corazón de los discípulos:  estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos Jn.20:19.

Cuando estamos bajo presión se hace difícil pensar, mucho mas meditar, reflexionar o planificar. 

Galilea ese era su ámbito natural, su hogar, donde se sentían confiados.

Creo que Jesús busco en su tierra natal,  en un espacio de maxima concentración. Ya las verdades eternas habían sido depositadas durante tres años en sus mentes y corazones, ahora llegaba la hora de mirar hacia delante, delegando en ellos la responsabilidad de una misión.


Mat 28:16  Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17  Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 

Podemos dejar volar nuestra imaginación, y visualizar todo lo que ocurrió en aquel momento, que seguramente no fue breve como lo es el texto que lo describe, le adoraron con una mente donde se mezclaban la alegría, el temor, la duda, como suele ocurrir cuando estamos frente a circunstancias que rompen nuestros paradigmas interiores, que confunden nuestras estructuras mentales, los temores habrán disminuido mientras el gozo se hacia rebosante en una adoración de profundo amor y gratitud.

En ese ambiente fue entregada la gran comisión, en esa adoración somos comisionados.

Adoración y servicio.
Mat 4:10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Jn 4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Joh 4:35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.


Mat 28:18  Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mat 28:19  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 
Mat 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Me siento tentado a pensar que quizá estas palabras son una síntesis magistral de una larga conversación que Jesús tuvo con los 11, o quizá no hizo falta explicar mucho mas, ya que la convivencia con el maestro dejaba mas que claro cual era la tarea que debían realizar. 

Lo cierto es que aquellas palabras que Jesús pronuncio para ellos, para nosotros y para todos los hombres de todos los tiempos que quieran servir a Dios, constituyen el eje direccional que le da sentido a todo servicio en la edificación de la iglesia.

Es esto lo que Dios hablo en Cristo, es lo que nos ha sido pedido, por lo tanto debemos concentrar nuestra atención y nuestro trabajo allí.

Este brillante enunciado de misión, define:  1) Que hacer 2) Como hacerlo 3) Donde hacerlo.

Aun las empresas que están bien enfocadas definen su enunciado de misión para concentrar allí toda su fuerza de trabajo.

Que hacer:
Discípulos, según la definición de Jesús, que es un discípulo para El. Lc. 14

Predicando el mismo evangelio que el predico, repitiendo sus palabras, las palabras que el Padre le dio para decir a los hombres. ...el me ha dado mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Jn. 12;49
Enseñándoles  a guardar, a vivir, a obedecer toda la didake.

Como hacer:
¿Como debemos cuidar a los discípulos? Jesús no los cuido en reuniones, sino en una relación cercana y familiar.

Donde hacer:

A todas las naciones.

Act 1:6  Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7  Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8  pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9  Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

Sus ultimas palabras, las mas importantes, las que quedaron mejor gravadas, 
como suspendidas en el aire.

La iglesia primitiva  o mejor dicho los apóstoles no tomaron nota de la importancia de este comisionamiento, como suele ocurrir quedaron cautivos de la problemática de la marcha de la iglesia. 

La mentalidad localista se apodera de nosotros (como vamos a salir con todo lo que hay que hacer aquí)  como nos dijo Jorge Dios tuvo que apretar el botón rojo (la persecución).

Luego del martirio de Esteban se rompió el status quo, y se levanto una persecución:

Act 8:4  Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.


Antioquia como el primer centro misionero.

Hch. 13:2  Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 

Nuevamente se repite un esquema: ministrando estos al Señor, dijo el Espíritu..., la palabra ministrando es muy amplia y da para mas de una interpretación, pero no queda duda de que este presbiterio tenia una espiritualidad vigorosa, y un corazón consagrado al servicio de la casa de Dios.

Dos hombres llamados por Dios al trabajo traslocal.

Efeso, un ejemplo digno de imitar.

Un pasaje muy inspirador.

Hch. 19:1   Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, 2  les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3  Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.4  Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

Hch. 19:5  Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6  Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7  Eran por todos unos doce hombres. 8  Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. 

Hch. 19:9  Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. 

Hch. 19:10  Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. 

Hch. 19:11  Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12  de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. 

Act 19:18  Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19  Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. 20  Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. 

Un nacimiento muy interesante y positivo, doce hombres arrepentidos y llenos del Espíritu Santo, la palabra confirmada por muchas señales (milagros extraordinarios) por mano de Pablo, las conversiones posteriores eran radicales de tal manera que aun los magos decidieron renunciar a sus artes, quemaron libros muy costosos por el valor de 50.000 piezas de plata (200 jornales durante un año, $10.000.000)
Hch. 19:10  Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. 

Después de ser rechazado por los judíos, Pablo se retira a la casa escuela de un hombre llamado Tiranno (según la tradición se cree que se enseñaba la Tora), y ahí cada día Pablo enseñaba la palabra con perseverancia y alta intensidad (desde la hora quinta a la décima – de 11 a 16 hs.) de tal modo que todos los que estaban en Asia (sur de Turquía) escucharon la palabra. 

En este periodo de intensa accion misionera nacieron, entre otras, las siete  iglesias de Asia a quienes son dirigidas la 7 cartas de Ap. 2-3, digo entre otras porque allí también esta Colosas que no figura entre las siete.

Según nos enseño J. Himitian la escuela de Tiranno era un centro misionero de accion regional. Asia comprendía la región sur/este de la actual Turquía, no encontré referencia concretas de la superficie que abarcaba, pero mirando el mapa considero que serian aproximadamente uno 200 km a la redonda.

Pablo se quedo en Efeso durante tres años enseñando la palabra y formando discipulos y obreros con la alta intensidad con la que trabajaba. Hch 20:31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

El ejemplo inspirador de Pablo. ¿Que significo su vida para estos hombres?

Hch.20:36  Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37  Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38  doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.

¿que deberíamos hacer?

1ro. Abrir el corazón y Orar mirando con espíritu de FE.
2do. Aprovechar en forma diligente los contactos que van surgiendo en forma natural.
3ro. Planificar salidas.
4to. Mover obreros.
5to. Ser generosos para ofrendar.
6to. Oír al Espíritu.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El santo debe andar solo. A. W. Tozer



La mayoría de las grandes almas del mundo fueron solitarias.
La soledad parece ser el precio que los santos
tienen que pagar por la santidad o la santificación.
En la mañana de la Tierra (o deberíamos decir, en esa extraña oscuridad que llegó pronto después de la aurora de la creación del hombre) esa alma piadosa, Enoc, caminó con Dios y dejó de ser, porque Dios le llevó; y aunque no se declara en tantas palabras, podemos
deducir que Enoc caminó un sendero bastante aparte de
sus contemporáneos.

Otro hombre solitario fue Noé quien, de todos los
antediluvianos, encontró gracia delante de Dios; y todas
las evidencias señalan hacia la soledad de su vida aunque
estaba rodeado de su gente.

Otra vez, Abraham tenia a Sara y a Lot, como también
muchos sirvientes y criados, pero ¿quién pudiera leer su
historia y el comentario apostólico acerca de él sin
percibir instantáneamente que era un hombre «cuya
alma era como una estrella y moraba aparte"? Hasta
donde sepamos. Dios no le habló una sola palabra en
la compañía de otros hombres. Postrado sobre su rostro
tuvo comunión con Dios, y la dignidad innata del hombre
impidió que él asumiera esta postura en la presencia de
otros. ¡Cuán dulce y solemne fue la escena esa noche
del sacrificio cuando él vio las lámparas de fuego que se
movían entre las piezas o partes de su ofrendal Allí, solo,
con un horror a la gran oscuridad que se cernía sobre
él, oyó la voz de Dios y supo que él era un hombre
destacado para el favor divino.

Moisés también fue un hombre separado. Mientras
todavía formaba parte de la corte del Faraón, hizo largas
caminatas, y durante una de estas caminatas, lejos de
las multitudes vio a un egipcio y a un hebreo luchando
y vino en rescate de su conciudadano. Después de su
rompimiento resultante con Egipto, moró en una reclusión
casi exclusiva en el desierto. Allí, mientras cuidaba
sus ovejas, solo, la maravilla de la zarza ardiente se le
apareció, y más adelante, sobre la cumbre del Sinaí, se
postró, solo, para contemplar en reverencia fascinada la
Presencia de Dios, parcialmente escondido, parcialmente
a la vista, dentro de la nube y el fuego.

Los profetas de tiempos pre-Cristianos diferían
vastamente uno de otro, pero una característica o marca
que tenían en común era la soledad obligada. Amaban
a su gente y se gloriaban en la religión de los padres,
pero su lealtad al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y su
celo por el bienestar de la nación de Israel les llevó lejos
de la multitud y a largos períodos de pesada soledad.
«Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para
los hijos de mi madre», exclamó uno en representación
de los demás en el Salmo 69:8.
Lo que más revela es la visión de Aquel de quien
hablaron Moisés y todos los profetas en Su solitaria
caminata hacia la cruz. Su profunda soledad que no
conoció alivio por la presencia de las multitudes.

Es noche, y en el Olivar,
La estrella su luz escondió.
Es noche y en el huerto allá
Orando está el Salvador.
Es noche, solo Él quedó,
Luchando con el cruel temor.
Aun el discípulo que amó
No escucha el llanto del Señor.
-G uilleromo B. Tappan

Jesús murió solo en la oscuridad, escondido de la
vista del hombre mortal, y nadie Le vio cuando Él resucitó
triunfante y salió caminando de la tumba, aunque
muchos Le vieron después y dieron testimonio de lo que
vieron. Hay algunas cosas demasiado sagradas para que
lo vean otros ojos que los de Dios. La curiosidad, el
clamor, el esfuerzo bien intencionado pero desatinado o
disparatado para ayudar, sólo pueden impedir la espera
del alma y hacer poco probable, si no imposible, la
comunicación del mensaje secreto de Dios al corazón que
adora.

A veces reaccionamos con una especie de reflejo religioso
y repetimos como deber las palabras y frases
apropiadas que fracasan en expresar nuestros sentimientos
reales y carecen de la autenticidad de la experiencia
personal. Ahora mismo es ese momento. Una
cierta lealtad convencional tal vez lleve a algunos que
escuchan esta verdad poco familiar expresada por primera
vez a decir con alegría: «Oh, yo no me siento nunca
solo. Cristo dijo: «No te dejaré, ni te desampararé» (Hebreos
13:5), y «He aquí Yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). ¿Cómo
puedo estar solitario cuando Jesús está conmigo?»

No quiero reflexionar sobre la sinceridad de cualquier
alma Cristiana, pero este testimonio común es demasia195
do conciso para ser real. Es obviamente lo que piensa
el orador que debería ser. más bien que lo que ha comprobado
que es la verdad por la prueba de la experiencia.

Esta alegre negación de la soledad prueba sólo que el
que lo dice no ha caminado jamás con Dios sin el apoyo
y aliento que le proporciona la sociedad. El sentido de
compañerismo que él erradamente le atribuye a la presencia
de Cristo puede, y probablemente surge de la
presencia de gente amable. Siempre recordad que no
podéis cargar una cruz con una compañía o en medio
de una. Aunque un individuo estuviera rodeado por una
vasta multitud, su cruz es solamente suya y le marca
y caracteriza como un hombre aparte y separado. La
sociedad se ha vuelto en su contra; de otra forma no
tendría una cruz. Nadie es amigo del hombre con una
cruz. «Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
(Mateo 26:56).

El dolor de la soledad surge por la constitución de
nuestra naturaleza. Dios nos hizo los unos para los
otros, para gozamos mutuamente. El deseo de tener
compañerismo humano es completamente natural y
bueno. La soledad del Cristiano resulta de su caminar
con Dios en un mundo impío, un camino que a menudo
le separa del compañerismo de buenos Cristianos, como
también del mundo no regenerado. Sus instintos dotados
por Dios lloran y claman compañerismo con otros
de su género, otros que pudieran comprender sus anhelos,
sus aspiraciones, su absorción en el amor de
Cristo: y porque dentro de su círculo de amistades hay
tan pocos que comparten su experiencia interna, se ve
obligado a caminar solo. Los anhelos no satisfechos de
los profetas por la comprensión humana fue la causa de
su queja, y aun nuestro Señor Mismo sufrió de la misma
manera.

El hombre que ha pasado a la Presencia Divina en
una experiencia interna real no encontrará a muchos
que le comprendan. Una cierta cantidad de compañerismo
y comunión social, por supuesto, será suyo mientras
tiene contacto con las personas religiosas en las actividades
comunes de la Iglesia, pero será difícil encontrar
la verdadera comunión espiritual. Pero él no debería
esperar que las cosas fueran diferentes. Después de
todo, él es un extraño y un peregrino, y el viaje que él
hace no es sobre sus pies, sino en su corazón. Camina
con Dios en el jardín de su propia alma -y ¿quién sino
Dios puede caminar allí con Él? Es de otro espíritu del
de las multitudes que caminan en los atrios de la Casa
del Señor. Ha visto aquello de lo cual ellos sólo han oído,
y él camina entre ellos tal como Zacarías caminaba
después de su retomo del altar, cuando las personas
«comprendieron que había visto visión en el santuario»
[Lucas 1:22).

El hombre verdaderamente espiritual en realidad es
una rareza. No vive para sí mismo, sino para promocionar
los intereses de Otro. Trata de persuadir a otras
personas a darle todo a su Señor y no pide ninguna
porción, ni parte, ni nada para sí mismo. Se deleita no
en ser honrado, sino en ver glorificado a su Salvador a
los ojos de los hombres. Su gozo es ver promovido y
exaltado a su Señor y él mismo menospreciado. Encuentra
a pocos que quieren hablar acerca de aquello que es
el objeto supremo de su interés, así que con frecuencia
está en silencio y preocupado en medio de la conversación
religiosa bulliciosa. Por esta razón, se gana la reputación
de ser aburridor y demasiado serio, así que se
le evita y el golfo entre él y la sociedad se ensancha.
Busca amistades sobre cuyas ropas él pueda detectar el
aroma de mirra y áloes de los palacios celestiales, y
encontrando a pocos, o a nadie, como Maria de antaño,
él guarda estas cosas en su corazón.

Es esta misma soledad que le hace avalanzarse sobre
Dios. «Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con
todo, Jehová me recogerá* (Salmo 27:10). Su falta de
habilidad para encontrar compañerismo humano le
conduce a buscar en Dios lo que no puede encontrar en
ningún otro lugar. Aprende en la soledad interior lo que
no podía haber aprendido entre la multitud que Cristo
es Todo y en Todo, y «el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención» (Ia
Corintios 1:30). En Cristo poseemos la suma total de los
bienes de la vida.

Dos cosas quedan por decir. Una, que el hombre
solitario de quien hablamos no es un hombre altivo ni
orgulloso, no es el santo que se cree más bueno que
otros, que aparece en la amarga sátira de la literatura
popular. Es probable que se sienta como el menor de
todos los hombres y. seguramente, se culpará a sí mismo
por su misma soledad. Desea compartir sus sentimientos
con otros y abrir su corazón a alguna alma de sentimientos
similares que le comprenderá, pero el clima
espiritual a su alrededor no le alienta, así que permanece
en silencio y cuenta sus penas a Dios y a nadie más.
La segunda cosa es que el santo solitario no es el
hombre retraído que se endurece contra los sufrimientos
humanos y pasa sus días contemplando los cielos. Precisamente
lo contrario es la verdad. Su soledad le hace
sentir simpatía por los de corazón quebrantado, y los
caídos, y los lastimados por el pecado que se le aproximan.
Porque está separado y desapegado del mundo, con
más razón lo puede ayudar. El Maestro Eckhart enseñó
a sus seguidores que si os encontráis en oración y
exaltados en el tercer Cielo y en ese momento os acordáis
que una viuda pobre necesita alimento, deberíais cortar
la oración instantáneamente e ir a atender a la viuda.

«Dios no permitirá que perdáis nada al hacerlo», les dijo.
«Podréis seguir vuestra oración donde la dejasteis y el
místicos y maestros de la vida interior desde Pablo hasta
el día actual.
La debilidad de tantos Cristianos modernos es que
ellos se sienten demasiado cómodos y en casa en el
mundo. En sus esfuerzos de lograr «acomodamiento» o
integración a la sociedad no regenerada, han perdido su
carácter de peregrino y se han convertido en una parte
esencial del mismo orden moral contra el cual ellos son
enviados a protestar. El mundo les reconoce y acepta por
lo que son. Y esto es lo más triste que pudiera decirse
acerca de ellos. ¡Ellos no están solitarios, pero tampoco
son santos!

viernes, 3 de octubre de 2014

La vida hogareña de los mártires anabaptistas del siglo XVI

 El hogar debe ser un refugio ante las tentaciones del mundo y los pecados. Debe ser un lugar donde reine el amor de Dios; lleno de paz y gozo. Pero, tristemente, no son así la mayoría de los hogares cristianos. Los padres discuten entre sí, casi nunca se sientan juntos todos de la familia para comer a la misma mesa, faltan miembros de la familia en muchos de los cultos públicos de la iglesia y un tiempo diario de culto familiar falta en muchos hogares.

Pero, Dios quiere cambiar todo esto. Y para animar a los padres en el quehacer ante esta falta, se les da estas "Historias del Hogar" de cristianos muy conocidos. Tengo que decir que tal vez no fueran buenas todas las doctrinas y prácticas de las personas quienes se escriben. De igual modo, las denominaciones mencionadas no fueran siempre rectas en cuanto a sus doctrinas y prácticas. Sin embargo, podemos aprender de los puntos correctos y desechar lo demás.

LA CRIANZA EN MEDIO DE LA PERSECUCIÓN

Un profundo amor y dedicación a Jesucristo fructificará en una sobreabundancia de gracia y poder en la vida de las personas. Esta gracia y poder luego será una dulce influencia a muchas de las almas en rededor nuestro. El alma que busca a Dios experimentará una delicia al gustar de esta influencia, pero el alma dura e impenitente experimentará sinsabores. Todos los que viven piadosamente sufrirán persecución. Este sufrir produce más gracia, un amor más profundo y una carga mayor por los perdidos. Con el tiempo, todo esto resulta en una iglesia poderosa y dinámica, la que es el cuerpo de Cristo en la tierra. Los anales de la historia de la iglesia son adornados con los testimonios de tal avivamiento entre el pueblo de Dios, acto que arde con el combustible de los efectos de la persecución.

Había un precioso grupo de tales personas que vivía en Europa durante el siglo XVI. Sus perseguidores los llamaban ‘Anabaptistas’ o anabautistas (Estas palabras significan: ‘Bautizar otra vez’.); porque, creyeron en el bautismo del creyente y renunciaron a su bautismo infantil, realizado por la Iglesia Romana o Reformada. Oh, ¡cuánto amaban al Señor Jesucristo! Oh, ¡cuánto amaban la Palabra de Dios y querían obedecerla en cada asunto! La persecución y el martirio les esperaban a esas preciosas personas por dondequiera que iban. Desde el año 1525 al año 1600, multitudes de ellos dieron sus vidas por la causa de Cristo. Estos años abarcaron tres generaciones. Hace tiempo pensaba: “Esos pequeños rebaños eran gente poderosa.” Debe ser que ellos tenían hogares potentes.

Pero hay un problemita. No hay escrito mucho acerca de ellos, tampoco hay mucho acerca de sus hogares. Hace tiempo se sugirió investigar la historia de los mártires de esa época, en cuanto a sus hogares. Hay un libro grande titulado, The Martyr’s Mirror, (El Espejo de los Mártires) que está en las libreras de casi todos los hogares de la comunidad donde vivo. Tiene más o menos 1100 páginas sobre cartas e historias, con hechos vívidos en los juicios, confesiones y muertes de esos mártires.

Hemos escrutado este libro, encontrando una inspirante e instructiva mina de oro. En el mismo, hay muchas cartas escritas en la prisión. Hay cartas de un padre o de una madre, escritas a sus hijos un poco antes que los quemaran en el poste. Hay cartas de un marido a su esposa o viceversa. También hay cartas de los jóvenes, escritas para sus padres. Yo tenía que leer entre líneas en mi búsqueda del tesoro, porque no hay enseñanza directa sobre el hogar. Sin embargo, el tesoro está allí.

Hace un tiempo había enseñado que una vida dedicada, que se vive real y a cada momento ‘detrás de las puertas cerradas’, producirá hijos piadosos. Este principio no se había revelado tan claramente antes, como en este estudio de los anabaptistas y sus hijos. A través de la persecución, la gracia fluía como un río desde los padres hacia sus hijos. Quiero hacer notar de varias maneras como esto pasó. Ya que por la falta de historias e interesantes eventos escritos, actualmente no hay tales registros. 

Creo que la Iglesia Católica y las autoridades de ese entonces quisieron destruir la memoria de esa gente que servía a Dios fielmente. Pero en lugar de esto, sus vidas produjeron otra generación de cristianos fulgentes, que frustraron y confundieron a esas autoridades. Creo que nosotros y nuestros hijos vamos a enfrentar la persecución en el futuro. Es muy bueno que nosotros averigüemos si estamos en el mismo y correcto rumbo. Tal cual rumbo, que dirigió a aquellos padres del siglo XVI a criar a otra generación de jóvenes preparados para morir por “la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3) Vamos a leer ‘entre líneas’, para ver lo que se esconde allí.

EL AMOR Y LA UNIDAD EN EL MATRIMONIO

Una de las piedras fundamentales de un hogar santo es el amor que fluye dentro del matrimonio. Es una de las influencias quietas y misteriosas que moldean las fuerzas y seguridades interiores de los hijos. Cuando el papá y la mamá se aman el uno al otro, los hijos pueden soportar muchas pruebas y tribulaciones. Así eran los anabaptistas. Fui inspirado y desafiado leyendo una y otra carta de, y para, los prisioneros. Hay unos principios que captaron mi atención, leyéndolas. Primero, noté que el compañerismo que tenían con el Padre y Su Hijo era dulce y los esposos se llamaban el uno al otro ‘hermano’ y ‘hermana’, aunque eran esposos. Segundo, a menudo encontré las palabras ‘uno’, ‘unidad’ y ‘una carne’ en las cartas. Sin duda, tenían ellos una potente unidad en sus matrimonios, la cual se mencionaba una y otra vez. Creo que esto era a razón de vivir con la unción del Espíritu. Hay una unidad que proviene del Espíritu y ésta no es fabricada al hacer un acuerdo entre dos personas, sino es el fruto de dos vidas caminando juntas a Dios. Fíjate en el corazón de este matrimonio piadoso, en la carta citada a continuación:

Yo, Martín van der Straten, tu querido esposo y hermano en el Señor, te deseo mucha gracia y misericordia de parte de Dios, nuestro Padre Celestial. De un corazón cariñoso y lleno de amor, mi querido amor, te saludo con fervor. Oh, mi amor queridísimo, a quien amo yo con todo mi corazón, de acuerdo con la Palabra de Dios, que un hombre debe dejar a su padre y a su madre y unirse a su esposa. Porque realmente, mi querida corderita, eres carne de mi carne y hueso de mis huesos. Mi querida amada, de quien tomé la mano con lágrimas de gozo, espero y confío que estés bien, en alma y cuerpo.

LA VERDADERA FE

Oh, ¡Cómo poder trasladar a los hijos una fe viva y vibrante, real, y con frutos en la actualidad! Este es el sincero anhelo de cada padre y madre. He notado que se necesita tal fe en los padres, para que los hijos tengan la misma. Una buena iglesia no es suficiente para esto. La buena predicación tampoco lo alcanzará. La antorcha tiene que arder en el corazón y en la mano de una generación para que se pase a la siguiente. Esos mártires morían por su fe; no era por la teología, nada más. La fe, para ellos, era en verdad una fe interior, pero a la vez, práctica. Por esto, muchos sufrieron el martirio. ‘Cual el cuervo, tal su huevo’ se dice, y es muy veraz en cuanto al hogar. ¿Cómo es nuestra fe? ¿Están nuestros hijos listos a morir por ella? O, ¿es nuestra fe igual a la de millones que se dicen son cristianos, pero cuya fe no trae nada de persecución? Fíjate en el corazón de este padre piadoso, en sus finales palabras a su hija:

Mi queridísima hija, busca con diligencia las Santas Escrituras. Hallarás en ellas que tenemos que seguir a Cristo Jesús y obedecerle hasta el fin. También, hallarás al rebañito que Le sigue. Esta es la señal: viven una vida penitente [en el sentido de dolor por los pecados, con deseos por la santidad]. No son conformes a este mundo. Evitan todo lo malo y se encantan en hacer lo bueno. Tienen hambre y sed de justicia. Crucifican su carne pecaminosa más y más cada día; hacen morir al pecado que hace guerra en sus miembros. Buscan y pelean por conseguir lo honesto y lo de buena reputación. No resisten a sus enemigos y su palabra es fiel. Sienten tristeza por no vivir más santificadamente, por la que frecuentemente lloran y suspiran.

LA PALABRA DE DIOS

No creo que nosotros, los cristianos americanos, entendamos el potente efecto que la Biblia puede tener en nuestros hijos. Algunos hasta piensan que leyendo demasiado la Biblia, se volverán locos. Así dijo un maestro al apóstol Pablo (Hechos 26:24). Algunos dicen que eso es el lavado de cerebro. Bueno, yo creo que sería bueno, si nuestros cerebros fueran lavados de la sucia sociedad en que vivimos. Si llenamos la mente de un niño con la Palabra de Dios, pensará en ella durante todos los años en formación. Y, ¿qué pasará? "Todo lo que hace, prosperará." (Sal. 1:3)

Esos anabaptistas estuvieron enamorados de la Biblia. Tenían un Nuevo Testamento a su lado, siempre. Lo abrían y leían en cualquier momento que pudieran, sea en su trabajo o en la casa. Es sus cartas, los padres animaban a sus hijos a leerlo en cada oportunidad. En el hogar, se leía y se enseñaba. Se alimentaban de la Biblia en la mañana, al desayuno y al almuerzo. Reverenciaban la Palabra de Dios de tal manera. Los niños fueron enseñados a leer y a escribir en el hogar. ¿Para qué? Solo por una razón— leer y escribir con la Palabra de Dios.

Leyendo las muchas cartas y discusiones que son registradas en The Martyr’s Mirror, notarás algo inmediatamente: ésas se leen como la Biblia misma. Muchas de las oraciones que se escribieron en las cartas son citas directas de la Biblia. Las cartas fluyen como una carta normal, sin embargo, contienen uno y otros versos de las Escrituras. Unas mil páginas así, bastan para convencer a cualquier persona que aquella gente conoció la Biblia. Tenían que haber memorizado cientos de versos. Estoy seguro que no se permitían Biblias en la prisión, mientras escribían las cartas. Por esto, tenían que escribir de memoria tantos versos. ¿Cómo pasó esto? "…Que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación." (2º Tim. 3:15) Los padres tenían que sembrar la preciosa semilla en los corazones de sus hijos. Tenían que llenar los tiempos vacíos con el agua de la Palabra, no con el diario ni la televisión. ¡Despiértense, cristianos americanos, despiértense! Preparémonos y preparemos a nuestros hijos.

SE NECESITA— PADRES HUMILDES

Frecuentemente los padres vienen a mí con muchos fracasos por confesar. Y, me preguntan, " ¿Qué debo hacer?" y " ¿Cómo puedo compartir mis fracasos a mis hijos?" Siempre les doy el mismo consejo. Les digo que deben reunir a la familia y humillarse por medio de la confesión. Muchos padres están opuestos a esto. Temen que perderán el respeto de sus hijos y luego los hijos no les obedecerán. Nada puede estar más lejos de la verdad. Cuando tú, padre o madre, te humillas ante tus hijos, realmente te darán mucho más respeto, a causa de tu honestidad. Tus hijos saben cuando te conduces mal. Si tú guardas silencio y no lo confiesas, actuando como hipócrita, vas a perder.
Examinando esas cartas, noté algo interesante en las palabras y pensamientos de los padres que estaban en la prisión. Hablaron de cómo fallaban en sus hogares, tantas veces. Bueno, yo podía discernir a través de su consejo, que realmente ellos eran cristianos poderosos, tanto los hombres como las mujeres. De hecho, se pudiera escribir de las muchas y buenas cosas que lograron, pero esto no está de acuerdo con el Sermón del Monte. Ellos eran pobres en espíritu y llenos de lloro hasta el día de sus muertes. Si los poderosos, que son ejemplos para nosotros, pueden confesar sus fracasos, ¿cuánto más nosotros, que fallamos en muchas áreas? Quizá sea el tiempo para tener un avivamiento familiar a la forma antigua y luego andar humildemente, ante la familia.

UNA VIDA DE DEVOCIÓN

Enoc caminó con Dios, Noe caminó con Dios, Abraham caminó con Dios y los hijos les siguieron a ellos y a su Dios. Hay un secreto en esto; un secreto sencillo que no queremos perder. Ellos vieron al invisible y vivían para mostrar a la siguiente generación sobre esto. Hemos estudiado muchas historias de los hogares y encontrado esta importante llave en cada una de ellas. Los queridos mártires anabaptistas son ejemplos también. De hecho, es algo más destacado entre ellos, que cualquier otra historia estudiada anteriormente. Pues, hemos encontrado acá y por allá a unos cuantos padres que caminaban con Dios, entre los anabaptistas hallamos una multitud de los tales. Yo sé que no es correcto orar para que venga persecución, pero ¡qué grupo de cristianos débiles somos! Necesitamos una dosis de sufrimiento y purificación.

También, hallé oración por todos lados entre los anabaptistas. Oraban en la mañana, al levantarse. Oraban antes de comer y otra vez al terminar. Oraban antes de acostarse por la noche y oraban mientras andaban de un lugar a otro. Parece que oraban sin cesar. Tenían que orar, porque no sabían si las autoridades vendrían en cualquier momento para echarlos en la cárcel. Hermanos, tenemos que orar igualmente, pero no comprendemos cuánto lo necesitamos.
Sus vidas manaban devoción a Cristo. Los padres exhortaban a sus hijos a leer y a meditar en cada momento y ponían en práctica lo que exhortaban. Esto promueve una completa devoción a Dios, no sólo por un momento apurado de la mañana. Muchos de nosotros hemos caído tanto, que ni siquiera tenemos éste momento. ¿Esperamos convencer a nuestros hijos que Dios vive, sin tener comunión con Él? ¡No creo!

ODIO AL PECADO Y AL MUNDO

A los mártires anabaptistas y a los que sobrevivieron la persecución, el pecado y el mundo eran cosas peligrosas. Parece que a cada mártir, padre o madre, tenía algo que decir en cuanto a esas hermanas gemelas de destrucción. El pecado te separa del Dios Viviente, y para los padres a punto de sufrir el martirio, esto era la tragedia mayor que pudiera pasarle a una persona. Entonces dieron aviso a cada hijo, una y otra vez, a fin de prepararles para aguantar el día malo. "El mundo es un lugar de donde vienen el sufrimiento y la persecución. No entres en él, más de lo necesario." Se hizo muy claro, leyendo las historias: El mundo no es un campo de recreo, sino un gran campo de guerra, donde las fuerzas del bien y del mal pelean para ganar las almas de los hombres.
¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos acerca del pecado y el mundo? A través de nuestras palabras y hechos, les enseñamos algo sobre estos dos. El mundo; ¿Cómo le parece a los ojos de nuestros hijos? ¿Un lugar para ganar dinero? ¿Un lugar para jugar y divertirse? ¿Luces brillantes, movilidades rápidas, mucha música y películas? Y, el pecado; ¿qué tal? ¿Cómo les parece? ¿Piensen hijos como es el cristianismo moderno de hoy día, ‘Todos pecan, casi todo el tiempo, aleluya por la sangre’? Queridos padres, "las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres."(1º Cor. 15:33) Escuchen las palabras de un padre que iba a ser quemado en el poste en días postreros:
Mi única y queridísima hija: Considera a la maldad del mundo, a los eruditos y a los maestros, observando cómo ellos derraman la sangre inocente y son llamados cristianos espirituales. Te ruego, hija queridísima, no los sigas. Lee las Escrituras y al llegar a ser adulta, ora a Dios, que te muestre cuál es lo bueno y cuál es lo malo; qué es la mentira y qué es la verdad; el camino de la perdición y el angosto, que lleva a la vida eterna. Cuando veas la pompa, la jactancia, el bailar, la mentira, el engaño, la maldición, el pelear y otras cosas malas, sepas hija mía, que esto no es el camino correcto. No sigas sus caminos, aunque te seduzcan con atracciones lindas y te prometan cosas finas. Por esto, mi querida hija, sigue a Cristo y cuídate del pecado, no lo cometas, porque siguiéndole a él, te salvarás.

EL AMOR PREVALECIENTE

La ley del Reino de Dios es el amar— el amor poderoso y vencedor. Creo que a veces pasamos por alto esta palabra como si fuera un ‘el’, ‘a’, ‘de’ u otra palabra pequeña. No es. Es la palabra de más influencia en la Biblia. Yo sé que hoy se ha rebajado hasta una mera experiencia emocionante nada más. Sin embargo, busquemos en las vidas de los mártires anabaptistas para saber como realmente debe ser. Se entiende hoy que la unción recibida durante la persecución los llenó de la naturaleza divina. El amor es el atributo sobresaliente de ésta. Esa querida gente tenía una doble porción del amor ‘ágape’ en sus hogares. Encontré este fuerte pegamento saliendo de todas sus cartas. ¿Cómo es que los despreciados y odiados son los que son bautizados en el amor? Esta es una de las paradojas que solamente realizan los sufridos.
A mí, es claro que el amor reinaba en sus hogares: el amor entre todos los miembros de la familia. Sabes qué, puede pasar uno cualquier prueba, si es amado y vive en un ambiente amoroso. En las cartas, este amor rebosaba en los destinatarios de las cartas. Rebosaba desde el esposo a la esposa y viceversa. Fluía de los padres a los hijos y de los hijos a los padres y, aun de un hijo al otro. Esta clase de amor se siente profundamente, pero a la vez es un amor que hace lo correcto y habla la verdad, en buen consejo. Esto es lo que necesitamos en nuestros actuales hogares, un amor profundo y sincero que no necesita la pretensión. Un amor que puede mirar al otro a los ojos y al corazón y decir: ‘Te amo’ y se entiende que es veraz por la sinceridad del corazón y los hechos de su vida. Escucha el corazón de un hijo que escribió a su madre, un poco antes de sufrir la muerte:
Mi querida mamá: Deseo que el eterno y misericordioso Padre de gracia esté contigo, así como el amor de Dios y el consuelo del Espíritu Santo. Mi muy querida mamá, a quien amo con ahínco, quién me llevó en su propio cuerpo y me trajo a este mundo con dolores. Sí, tus pechos me alimentaban, me diste de comer y me instruiste en toda verdad. Tú, querida madre, me has guardado de todas las pecaminosas compañías, sí, me has guardado de la ramera de Babilonia. Me has llevado a la iglesia del Dios Viviente. Me has guardado del pecado, según tu mejor capacidad.

LA POBREZA BENDITA

La última ayuda santa que quiero hacer notar es el efecto que la pobreza tuvo en la siguiente generación de los anabaptistas. Fueron perseguidos y cazados de un pueblecito a otro. Nunca sabían cuando tendrían que sufrir la pérdida de sus bienes otra vez. Nunca sabían cuando tendrían que levantarse en la noche, para huir con las pocas cosas que pudieran llevar en la mano. Muchos de los padres de ese entonces escribieron con tristeza a sus hijos, <> Esto dejó a la madre con toda la carga de mantener a la familia. A menudo un hijo muy joven tenía que madurarse urgentemente, para poder ayudar en suplir las necesidades. Esto trajo bendiciones a los hijos. Aprendieron a trabajar duro desde su niñez y trabajando fue su manera de vivir. No tomaron a mal esto. Era por la causa de Cristo. No tenían mucho tiempo para jugar.
Aprendieron también vivir sin muchas cosas materiales. Esto los enseñó en los ejercicios de la abnegación. No hicieron tesoros en la tierra. ¿Por qué? Los ladrones vendrían y se los robarían. Su pobreza material obró en ellos una pobreza espiritual en lo interior. Esto les provocó confiar en Dios de continuo.
Hay mucho más que pudiéramos aprender de esa querida gente. Sólo he tocado la superficie. Acuérdate, ¡ese libro tiene más de mil páginas! Te animo a que consigas una de las porciones traducidas al español y leerla, fijándote en lo que está entre líneas.
El reto que quiero poner delante de nosotros es este: ¿Qué tal de nuestras familias? ¿Estamos listos para soportar la persecución? ¿Hemos preparado a nuestros hijos para tales pruebas? Los anabaptistas entendieron que sus hijos probablemente enfrentarían el martirio, quemándose en el poste. Entrenaron a sus hijos para tales cosas. Hay una teología del martirio: era un honor para la iglesia primitiva sufrirlo. ¿Cómo lo miramos nosotros? No pasará sin dejarnos libres. Nosotros, la iglesia actual, no escaparemos el martirio. No te engañes. Si el arrebatamiento nos protegiera de todo, ¿por qué sufren muchas personas el martirio, hoy en día? Hay más mártires en el siglo pasado que en todos los 19 siglos anteriores.

Oh, querido Padre Celestial, ¡despiértanos! Antes que sea tarde, ¡despiértanos! Danos la fuerza y la gracia para criar generaciones de hijos que se gocen en la oportunidad de morir para el Señor Jesucristo. Amen.

martes, 12 de agosto de 2014

LA ORACIÓN PRIVILEGIO SAGRADO Por: Edwards M Bounds


La palabra ORACIÓN expresa el más amplio y comprensivo acercamiento a Dios. Es una estrecha relación y auténtica comunión con EL. Es disfrutar de Dios y tener acceso a ÉL. La Oración llena el vacío del hombre con la plenitud de Dios. Suple la debilidad humana con la fortaleza del Todopoderoso. La Oración es el plan de Dios para suplir la más grande y continua necesidad del creyente. Es un trabajo serio y difícil, ES LA LABOR MÁS IMPORTANTE QUE LOS HOMBRES PUEDAN REALIZAR.

La Oración no es el pequeño atavío prendido sobre nosotros, mientras estuvimos atados a las faldas de nuestra madre, ni una acción de gracias de un cuarto de minuto hecha sobre una comida de una hora. Emplea más tiempo y apetito que nuestras más grandes comilonas o más ricas fiestas. Debe penetrar tan fuertemente en el corazón y vida como penetró en las Lágrimas y Clamor de Cristo, Y Cristo, en los dias de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su clamor reverente Heb.5:7. La Oración debe desarrollar el alma en una agonía de deseo como lo hizo con Pablo y ser un fuego como la oración ferviente y efectiva de Santiago, aquella cualidad que, cuando la ponemos en el incensario de oro delante de Dios, obra poderosas revoluciones espirituales.

La Oración como un mero habito, refrescado por medio de la costumbre y la memoria, como un deber que debe realizarse para desligarse de una obligación y aquietar la conciencia, como un mero privilegio, una indulgencia sagrada de la cual sacar ventaja, un cumplimiento llevado a cabo por rutina o de manera “profesional” es una cosa muerta. Tal Oración no tiene conexión con la oración por la  que abogamos, aquella que empeña y coloca sobre el fuego cada elemento elevado del ser del creyente. ORACIÓN que es nacida de una unidad con Cristo y de la plenitud del Espíritu Santo, la que brota de lo profundo, sobreabundando en fuentes de tierna compasión, solicitud inmortal por el bien eterno del hombre…..Un celo consumidor por la Gloria de Dios y de la necesidad imperativa de la mas poderosa ayuda de Dios. La Oración fundada en estas convicciones es la oración verdadera.

La destilación celestial del Espíritu Santo es en respuesta a la Oración , ella impregna, difunde, ablanda, filtra, corta y calma. Es el don de Dios, el distintivo del Cielo dada a los verdaderos escogidos y valientes, quienes lo han buscado a través de Muchas Horas de Oración batalladora y llena de Lágrimas. El ungimiento celestial es lo que necesita la iglesia hoy y debe tener, un aceite divino y celestial puesto en ello por la imposición de la mano de Dios, que ablanda y lubrica al hombre íntegro, -espíritu, alma y cuerpo-, hasta que lo aparta de todos los motivos y designios terrenales, seculares, mundanales, egoístas y ambiciosos, y lo acerca a todo que es puro y agradable a Dios. Lo más maravilloso es que esta unción no pertenece a la memoria o época del pasado, ni es un don enajenable, sino que es un don presente y perpetuo, primeramente obtenido: Por LA ORACIÓN incesante a Dios, por apasionados deseos en pos de lo divino, por estimarla, por buscarla con incansable ardor y devoción.

La Oración es un Privilegio Sagrado. Es una deber, una obligación imperativa para todo creyente. Es también un medio, un instrumento y una condición. El NO ORAR ES PERDER EL GOCE DE UN ALTO PRIVILEGIO.  

Padre Celestial en el nombre de Jesucristo tu hijo, y por el poder de tu Santo Espíritu, te pido que nos cubras con espíritu de Oracíon, cúbrenos con un manto de Oración, para anhelar estar en tu presencia, con tu guía y las motivaciones correctas. ¡Cuán amables son tus moradas oh Dios de los Ejércitos! Anhela mi alma y aún ardientemente desea los atrios de Jehová, mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Salmo 84:1-2. Como el Siervo brama por las corrientes de las  aguas, Así Clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed del Dios Vivo. Salmo 42:1-2.