domingo, 15 de diciembre de 2013

DIVORCIO Y NUEVO MATRIMONIO - Himitian


¿Le está permitido al hombre o a la mujer divorciarse y contraer un nuevo matrimonio?

¿Aprueba Dios que alguien se case con una persona divorciada?
Para tratar este delicado y controvertido tema, creo necesario seguir un cierto orden metodológico:

Primero, analizar los pasajes que más clara y directamente tratan el asunto y luego,
estudiar aquellos más difíciles de comprender a la luz de éstos. La revelación en el
Antiguo Testamento aparece gradual y progresiva hasta llegar a Cristo, quien es la
revelación de Dios para todos los hombres de todos los tiempos. Por eso, estimo mejor
abordar primero los pasajes del Nuevo Testamento. Creo que lo más correcto es
empezar por las palabras de Jesús registradas en los evangelios, para luego considerar
los pasajes del Antiguo Testamento a la luz de ellas.

Segundo, enfocar primero la regla general sobre el tema y luego abordar las
excepciones. Si tratáramos los casos de excepción sin primero haber establecido la
regla, terminaríamos haciendo de la excepción la regla, desvirtuando así la enseñanza
del Señor.

Tercero, resolver primero el aspecto bíblico del tema y después el pastoral. Es decir,
que el tratamiento pastoral de los casos particulares constituye la segunda instancia. Si
consideramos los casos sin tener definido el enfoque bíblico, corremos el riesgo de
emitir nuestros propios juicios basados en razonamientos o sentimientos humanos y no
en la Palabra de Dios.

LO QUE DIJO JESÚS SOBRE EL TEMA

Para seguir el orden propuesto, consideremos primero las declaraciones de Jesús sobre
el divorcio y el "recasamiento", las que sin dudas resultan claras, completas y
terminantes. Trataremos primero la regla general y luego la única excepción señalada
por Jesús y por Moisés.

En los evangelios se citan cuatro veces las palabras de Jesús sobre el particular:

"Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella;
y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio" (Mr. 10.11-
12).

"Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la
repudiada del marido, adultera" (Lc. 16.18).

"El que repudie a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere,
y el que se casa con la repudiada, comete adulterio" (Mt. 5.32),
 
"Cualquiera que repudie a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con
otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera" (Mt. 19.9).

Como se puede observar, Jesucristo establece sobre esta delicada cuestión una recta
general y una cláusula de excepción. La excepción a la regla es: "a no ser por causa de
fornicacíón" o "salvo por causa de fornicación".

Cabe destacar que ni Marcos ni Lucas incluyen la cláusula de excepción; sólo lo hace
Mateo en los dos textos citados. (El hecho de que Mateo sea el único en incluir la
cláusula de excepción, a mi juicio tiene una razón de ser que más adelante mencionaré).

LA REGLA GENERAL

Como ya señalé anteriormente, lo primero que debemos tener en claro es la regia
general establecida por el Señor. Luego abordaremos la cláusula de excepción.
Resulta obvio que la regla general abarca los casos de aquellas personas que se
divorcian y se casan de nuevo sin que exista la causa de 'fornicación", aquellos que lo
hacen porque sencillamente ya no se quieren más, o no se llevan bien, o por otras
razones no comprendidas en la cláusula de excepción.
Analicemos algunas posibilidades:
Caso l: ¿Le permite Dios a un hombre divorciarse de su esposa y casarse con otra
mujer? ¿O a una mujer divorciarse de su marido y casarse con otro hombre?
Respuesta: (No estoy interponiendo ninguna explicación o interpretación humana, sólo
me limito a transcribir la clara y terminante respuesta de Jesús); "Cualquiera que
repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer
repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio" (Mr. 10:11-12).

Caso 2: ¿Le está permitido a una mujer que ha sido repudiada casarse con otro? (Cabe
la misma pregunta en el caso de un hombre repudiado por su mujer).
Respuesta: "El que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que
ella adultere; y el que se casa con la repudiada adultera" (Mt. 5:32). 0 como dice la
Biblia de Jerusalén, "la expone a cometer adulterio".

Caso 3: ¿Permite el Señor que alguien se case con una persona divorciada?
Respuesta: "y el que se casa con la repudiada, adultera” (Mt 5.32; 19.9; Lc. 16.18).

Caso 4: Ya hemos visto que si un hombre se divorcia de su mujer y se casa con otra,
adultera. Pero, ¿su adulterio libera a su primera mujer para casarse con otro?
Respuesta: "Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se
casa con la repudiada del marido adultera" (Lc. 16.18).

¿Cuál es la condición espiritual de estas personas delante de Dios?
Según las declaraciones de Jesús, los que se divorcian v se casan de nuevo, o los que se
casan con personas divorciadas, están en adulterio. Todos los textos lo reiteran de un
modo claro y terminante.
Lo grave de esta condición es que mientras las personas continúen con esa relación
ilícita siguen estando en adulterio. Jesús, cuando se encontró con la mujer samaritana
que estaba en esta situación, le dijo: "Cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes
no es tu marido" (Jn. 4.17-18).
 
JESÚS INTERPELADO POR LOS FARISEOS
Mateo 19.3-12
La pregunta de los fariseos. Los fariseos fueron a Jesús con la siguiente pregunta:
¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?"'
Mateo, al igual que Marcos, aclara que la intención de los fariseos era tentar a Jesús.
Querían sorprender a Jesús en alguna contradicción con Moisés, a fin de desacreditarlo
como enviado de Dios. Pero Jesús nunca contradijo a Moisés. El declaró: "No he
venido para abrogar (la ley) sino para cumplir" (Mt. 5.17-19). Moisés no habló por su
propia cuenta, sino de parte de Dios, lo mismo que Jesús. En lo referente a la ley moral,
Jesús y Moisés coincidieron en todo. Jesús no exigió una justicia mayor que la de
Moisés, sino mayor que la de los escribas v fariseos, quienes hacían una aplicación
tendenciosa y errónea de la ley.

La respuesta de Jesús
Ante esta pregunta de los fariseos, la respuesta de Jesús fue un rotundo "no'. Y
fundamentó su "no" citando justamente a Moisés en el texto de Génesis 2.24. Se trata de
la ley fundacional establecida por Dios al instituir el matrimonio: "Por esto el hombre
dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne". Y Jesús
lo reforzó añadiendo: "Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto lo
que Dios unió, no lo separe el hombre".

(Resulta interesante que
Marcos en su evangelio,
al relatar el mismo
episodio, dice que los
fariseos le preguntaron “
si era lícito al marido
repudiar a su mujer",
sin agregar "por
cualquier causa”; y la
respuesta de Jesús en
ambos casos fue la
misma).

El contraataque de los fariseos
Ante la respuesta negativa de Jesús, los fariseos creyeron haber descubierto finalmente a
Jesús contradiciendo a Moisés; Preguntaron: "¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta
de divorcio, y repudiarla?'. Como diciendo ¿cómo es que tú dices que no cuando
Moisés dice que sí?
Jesús no ignoraba la única excepción que la ley hacía en cuanto al divorcio, según
Deuteronomio 24.1-4. Pero los fariseos, escudándose en esa excepción, (texto que luego
analizaremos), habían convertido la práctica del divorcio en una alternativa válida y
permitida por Dios, y la excepción se había constituido casi en una regla general, tal
como sucede también en nuestros días,
Jesús les señaló a los fariseos la razón de la excepción: "Por la dureza de vuestro
corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así".

El único caso de divorcio permitido en el Antiguo Testamento
¿En qué caso Moisés permitió el divorcio?
Según las declaraciones de
Jesús, los que se
divorcian y se casan
de nuevo, o los que se casan
con personas divorciadas, están en
adulterio. Todos los textos lo reiteran de
un modo claro y
terminante.
 
La respuesta está en Deuteronomio 24.1-4. El primer versículo dice: "Cuando alguno
tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna
cosa indecente, le escribirá carta de repudio...".
Este texto señala dos cosas. La primera es el tiempo. El momento en el que se puede
producir el divorcio es apenas se ha consumado el matrimonio. : "Cuando alguno
tomare mujer y se casare con ella”. La segunda tiene que ver con las condiciones en
las que este divorcio se permite: "Si no le agradare por haber hallado en ella algo
indecente". Como esta expresión no resultaba muy explícita, había dado lugar a
diferentes interpretaciones entre los judíos. En los días de Jesús, los más liberales, de la
escuela del rabino Hillel, sostenían que el hombre podía repudiar a su mujer por
cualquier causa. Otros seguían la interpretación del rabino Sammai, quien afirmaba que
"alguna cosa indecente" se refería al adulterio.
Los versículos 2 al 4 de Deuteronomio 24 señalan varias cosas:
* Que la ruptura o el divorcio debía hacerse formalmente, por escrito, y era de carácter
definitivo.
* Que en este único caso, los divorciados quedaban libres para casarse con otra persona
Prácticamente constituía una anulación del matrimonio recién contraído.
* Que el primer marido no podía volver a tomar a la mujer que había repudiado si es
que ella habla tenido otro marido después.
La dificultad principal de este pasaje radica en el versículo 1, por su aparente falta de
claridad.
Ante esto, Jesús (que nunca cayó en contradicciones con Moisés) dio la correcta
interpretación, al declarar: "Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo
por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada,
adultera" (Mt. 19.9).

La cláusula de excepción
 ¿Qué significa "salvo por causa de fornicación"? La clave para interpretar bien estas
palabras de Jesús es conocer el significado de la palabra 'fornicación" específicamente
en este pasaje. Nos equivocaríamos si aplicáramos a este texto los diferentes
significados que tiene la palabra "fornicación" en toda la Biblia, pues es bien sabido que
en las Escrituras una misma palabra puede tener diferentes sentidos.

Veamos algunos ejemplos.
La palabra "mundo" (en griego: "cosmos"), tiene en las Escrituras distintos significados:
en Efesios 1.4, es sinónimo de "universo"; en Salmos 24.1, de "planeta tierra"; en Juan
3.16, de "toda la humanidad"; y en 1 Juan 2.15 ("no améis al mundo") se refiere al
sistema de sociedad actual, rebelde y enemiga de Dios.
Sería un error de interpretación hacer una suma total de los diferentes significados y
aplicarlo a cada versículo de la Biblia donde aparece el término "mundo".  5

Lo mismo sucede con la palabra "carne" ("sarx",
en griego). A veces significa la carne física, el
cuerpo; otras veces, la humanidad; en otras, la
fragilidad humana; y en otras ocasiones se refiere
a nuestra naturaleza pecaminosa. Del mismo
modo, la palabra "fornicación" (en griego:
"pomeia") tiene en la Biblia por lo menos cinco
significados diferentes:
*Fornicación: Relación sexual entre solteros (por
ej.: 1º Co. 7.2; Dt. 22.21; Lv. 19.29; 1º Ts. 4.3-4).
*Fornicación: Unión ilícita, prohibida por la ley
de Dios (1º Co. 5.1; ver Dt. 22.30; Lv. 18.8; Dt. 27.20).
*Fornicación: Todo tipo de pecado sexual incluido el adulterio (1º Co. 6.13-18; Nm.
25.1).
*Fornicación: Prostitución y comercio sexual de remeras. La palabra "ramera' en
griego es "porne", tiene la misma raíz (Le. 15.30; 1º Co. 6.16).
*Fornicación: Infidelidad espiritual, idolatría. (Jer. 3.6; Ez 23; Ap 17.1-2).

Resulta claro que no se le puede dar a la palabra "fornicación" la suma de todos los
significados.
Ahora bien, quién es la autoridad que determina cuál es el significado de la palabra
"fornicación" en cada caso, o por lo menos en la cláusula de excepción que estamos
considerando. La interpretación correcta está dada por el sentido lógico del mismo
texto, del contexto y del resto de las Escrituras.
Cristo afirma en Lucas 16.18 que "todo aquel que repudia a su mujer y se casa con
otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera". Observemos
que el adulterio cometido por el hombre no libera a su esposa inocente para poder
casarse con otro.
El mismo texto de Mateo 19.9, si lo leemos con cuidado, nos impide darle a la palabra
"fornicación" en este pasaje el significado de adulterio, pues aunque el marido haya
cometido adulterio al divorciarse y casarse con otra mujer, Cristo nos advierte que la
mujer repudiada e inocente adultera si se casa con otro.
Por lo tanto, no se puede considerar el adulterio como causal de divorcio con la
posibilidad de contraer un nuevo matrimonio.
Según el sentido del texto, y de otros textos comparativos, la palabra "fornicación" en
Mateo 19.9 y 5.32, no tiene el significado de adulterio. Los dos sentidos posibles son:
Haber tenido relaciones sexuales siendo soltero/a, o estar en una unión ilícita, la que
debe ser disuelta.
Es también importante notar que Jesús nunca dijo: "Salvo por causa de adulterio" (en
griego: "moicheia"). Siempre dijo: "Salvo por causa de fornicación" (en griego:
"porneia"). Y cuando una persona divorciada se casa con otra nunca dice que comete
"porneia" sino "moicheia". "Cualquiera que repudie a su mujer, salvo por causa de
“porneia” (fornicación), y se casa con otra “moicheia” (adultera)”; y el que se casa
con la repudiada, moicheia (adultera)" (Mt. 19.9).
Las mismas declaraciones de Jesús impiden darle a la palabra "porneia" en Mateo 5.32
el significado de adulterio.

Esto explicaría lo dicho por Moisés: "Cuando alguno tomare mujer y se casare con
ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá
¿Que significa “salvo
por causa de
fornicación”? La clave
para interpretar bien
estas palabras de
Jesús es conocer el
significado de la
palabra “fornicación”
específicamente en
pasaje.
 
carta de divorcio...... El hombre al casarse, ¿qué puede encontrar en la mujer que sea
indecente? El sentido más probable es que encuentre que su mujer no es virgen.
Cuando aparecía este tipo de situación al casarse existían, según la ley, dos
procedimientos a seguir: Si había en la pareja litigio, el marido podía encarar un
JUICIO PUBLICO. Si la cosa fuera sin litigio, y él no la quisiera como esposa, debería
redactar una CARTA DE REPUDIO y despedirla definitivamente.

Deuteronomio 22.13-21 explica el procedimiento a seguir en caso de litigio entre el
marido y la mujer y que requiriera para su resolución un juicio oficial. Si se comprobaba
la inocencia de la mujer y su virginidad, él debía pagar una multa al padre de ella "y la
tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días" (v. 19). Pero si se
demostraba que ella no era virgen al momento de casarse, debía ser apedreada y muerta
(vv. 20-21).
Deuteronomio 24.1-4 señala el otro procedimiento a seguir cuando surgía el problema.
Si el marido quería anular el reciente casamiento "por haber hallado en ella algo
indecente", indecencia que ella no negaba, redactaba una carta de divorcio, se la
entregaba y ambos quedaban libres.

Cristo se refiere a estos casos al decir: "Salvo por cansa
de fornicación". Es decir, sólo en estas circunstancias si
el hombre se divorcia y se casa de nuevo no comete
adulterio, y si la mujer repudiada se casa con otro no
adultera (tampoco el que se case con ella).
Por supuesto, el marido tiene otra posibilidad: perdonarla
y recibirla como su esposa.
De modo que la enseñanza de Moisés y la de Cristo
coinciden. Cristo no contradice a Moisés sino lo ratifica
y lo esclarece.
¿Por qué Mateo es el único que incluye la cláusula de excepción?
Según mi parecer, como Mateo escribe su evangelio para los judíos, toma el cuidado de
mencionar la excepción para que no aparezca que hubiera una contradicción entre
Moisés y Jesús. La cláusula de excepción en realidad tiene una utilidad práctica muy
remota.
¿Cuál era la intención de la ley en Deuteronomio 22.13-21 y 24.1-4?

*"Advertir a todas las niñas y doncellas de Israel que mantuvieran su virginidad hasta el
día de su casamiento.
*"Que si alguna doncella hubiera pecado y perdido su virginidad, sabiendo los riesgos
que corría, confesara antes de casarse su verdadero estado a su pretendiente (lo mismo
debería hacer el varón).
*“Que en caso de que la mujer estuviera en falta y él no la quisiera como esposa,
tuvieran una opción pacífica para resolver el conflicto sin necesidad de recurrir al juicio
público y la consecuente pena de muerte.
*“Proteger a la mujer repudiada para que el hombre que la había repudiado no tuviera
de allí en más ninguna facultad sobre ella.
* Dejarlos libres a ambos para contraer nuevo matrimonio, pues prácticamente se
trataba de una anulación del casamiento recién realizado.

LAS INSTRUCCIONES DEL APOSTOL PABLO

Observemos que el
adulterio cometido
por el hombre no
libera a su esposa
inocente para poder
casarse con otro.
  7
1º Corintios 7:
Este es el pasaje más extenso y quizás el único de las epístolas que aborda esta cuestión.
Por lo que dice el versículo 1, Pablo está respondiendo a una serie de cuestiones que le
habían planteado los hermanos de Corinto.
Se trata de una de las pocas ocasiones en las que Pablo distingue con claridad lo que
dice el Señor y su parecer personal.

Encuadrado dentro de ese consejo personal, Pablo recomienda a los solteros, las
doncellas y los viudos que, si tienen el don de continencia, sigan su ejemplo de
mantenerse célibes, porque "el tiempo es corto", y para dedicarse más al Señor. Pero
les hace ver muy claro que si se casan "no peca"; si se casan "hacen bien" y si no se
casan "hacen mejor". Pero en ningún lugar les dice a los divorciados que si se casan
no pecan.

En los versículos 10 y 11 habla de la situación de los casados: "Pero a los que están
unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: que la mujer no se separe del
marido; y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su marido; y que el
marido no abandone a su mujer".

El Señor dice claramente que no se separe". Pero si la separación de todos modos se
produjera, ya sea por desobediencia al Señor, o porque la convivencia se ha vuelto
insostenible, o porque el cónyuge incrédulo decide separarse o divorciarse; las
alternativas son dos: "Quédese sin casar o reconcíliese con su marido".

La separación es un primer mal (al cual a veces hay que resignarse). Contraer un nuevo
matrimonio constituiría un segundo error, mucho más grave que el primero, pues sería,
según las palabras de Jesús, cometer adulterio. Por eso Pablo enfatiza: "Mando, no yo,
sino el Señor".

En los versículos 12 al 16, el apóstol aborda una situación puntual: el caso de un
matrimonio en el que uno de los dos se convierte y el otro no. Leyendo cuidadosamente
estos versículos, notamos lo siguiente:
*El cónyuge creyente no debe abandonar al no creyente.
*Si el cónyuge no creyente se separa, el creyente debe aceptar con paz esta situación.
*En ningún lugar de este capítulo dice que el creyente abandonado por su cónyuge infiel
puede volver a casarse.

Los que ven en el versículo 15 una
libertad para casarse con otro, están
sacando el texto fuera del contexto.
En los versículos 10 y 11, Pablo
deja bien establecido que si se
produce la separación, se debe
quedar sin casar.
Aquellos que argumentan que la
palabra "corizo" significa
"separación por divorcio vincular",
se equivocan pues el mismo verbo
"corizo' aparece en los versículos 10
y 11 del mismo capítulo, donde se señala claramente que ninguno de los dos tiene
El Señor dice claramente
“que no se separe”. Pero si la
separación de todos modos se
produjera, ya sea por desobediencia
al Señor, o porque la convivencia
se ha vuelto insostenible, o
porque el cónyuge incrédulo
decide separarse o divorciarse;
las alternativas son dos: “Quédese
sin casar o reconcíliese
con su marido”.  8
libertad de casarse de nuevo. Además, el mismo término se usa en Hechos 1.4 y 18.1.
Fácilmente se aprecia que no se refiere a un divorcio vincular sino simplemente a una
"separación", y a veces a una separación temporal como en el caso de Onésimo y
Filemón (Flm. 15). De modo que a la luz de las declaraciones de Cristo, y de lo escrito
por Pablo en 1º Corintíos 7.10 y 11, el versículo 15 se debe interpretar sencillamente
como que una mujer creyente, abandonada por su marido incrédulo, no está obligada a
seguir siendo su esposa, puede quedarse sola y en paz. Pero el texto no dice que está
libre para casarse con otro varón. Los que tal cosa afirman, simplemente lo hacen por
una deducción.
El único caso en donde Pablo explícitamente dice que la mujer está libre para contraer
nuevo matrimonio es en el caso en que enviude: "la mujer casada está ligada por la ley
mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien
quiera, con tal que sea en el Señor" (1º Co. 7.39).
Aunque Pablo en Romanos 7 está hablando sobre otro tema, está señalando el mismo
principio en los versículos 2 y 3: "Porque la mujer casada está sujeta por la ley al
marido mientras éste vive, pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del
marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adultera;
pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro
marido, no será adultera"
Pablo dice aquí exactamente lo mismo que Jesús. Es que no podría ser de otro modo.
La mujer casada, si en vida del marido, se casa con otro hombre será llamada "adúltera".
Tanto para Jesús como para Pablo, la segunda unión es adulterio.

DIOS ABORRECE EL DIVORCIO

En el último libro del Antiguo Testamento, Dios, a través del profeta Malaquías, habla
muy airado contra los sacerdotes de lsrael. En su enérgica protesta les dice: “Maldeciré
vuestras bendiciones, y aún los he maldecido...” (Mal.2.2) ¿Por qué? En el capítulo 2
de Malaquías, Dios les señala concretamente tres pecados: El hacer acepción de
personas (vv. 9-10); el profanar el santuario casándose con mujeres paganas (vv. 11-12);
y el divorciarse de sus esposas (vv. 13-16). Este pasaje es tremendo:
"El Señor es testigo de que tú has faltado a la promesa que le hiciste a la mujer con
quien te casaste cuando eras joven. ¡Era tu compañera y tú le prometiste fidelidad! El
Señor, Dios de Israel, el Todopoderoso, dice: ¡Cuiden pues, de su propio espíritu, y no
sean infieles; pues yo aborrezco al que se divorcia de su esposa y se mancha cometiendo
esa maldad!" (V. D.H.H.).

Dios aborrece al que se divorcia de su esposa, porque falta a su compromiso, al pacto
que hizo al casarse con ella.
Sencillamente, Dios aborrece todo tipo de divorcio, y tolera únicamente la excepción
señalada por él.

LO MINIMO Y LO IDEAL
Algunos sostienen que lo ideal es no divorciarse y vivir toda la vida con el mismo
cónyuge, pero dada la realidad del pecado y la complejidad de los seres humanos,
debemos ser más flexibles y admitir el divorcio y la posibilidad de que la gente pueda
rehacer su vida contrayendo un nuevo matrimonio.

Yo pregunto: "¿Quién es el que manda, nosotros o el Señor?". "¿Cuál es la palabra que
define, la nuestra o la de él?".  9
Si para Cristo el divorciarse y casarse de nuevo es adulterio, pregunto: "¿El no cometer
adulterio es lo ideal o lo mínimo que Dios exige?".
¿No dice la Palabra de Dios que los adúlteros no heredarán el reino de Dios? (1º Co.
6.9-10).

Lo ideal es que el marido ame siempre a su
esposa como Cristo amó a la iglesia.
Lo ideal es que la mujer siempre, con un
espíritu afable y apacible, respete a su marido y
se sujete a él.
Lo mínimo que Dios exige es que seamos fieles
a nuestro pacto matrimonial y que no
cometamos adulterio abandonando a nuestro
cónyuge y contrayendo un nuevo matrimonio.

RESUMIENDO
Divorciarse y casarse de nuevo es cometer adulterio.
Casarse con una persona divorciada es cometer adulterio.
El repudiar al cónyuge es exponerlo al adulterio.
El adulterio de uno de los dos, no libera al cónyuge inocente para casarse con otro.
Si un matrimonio se separa, ambos tienen sólo dos alternativas: quedarse sin casar o
reconciliarse.
En un matrimonio mixto, el cónyuge creyente no debe tomar la iniciativa de la
separación.
La única excepción permitida de divorcio con la posibilidad de contraer nuevo
matrimonio es cuando al casarse se descubre que ha habido inmoralidad sexual; y esta
permisión es por causa de la dureza del corazón.

El hecho de que las leyes de un país permitan el divorcio vincular no modifica en nada
la situación de los cristianos, pues nosotros estamos bajo el gobierno de Dios y de sus
leyes que permanecen para siempre.

(Para un estudio más amplio sobre este tema, recomiendo el libro:
"Hasta que la muerte los separe", por Keith Bentson, de Editorial Logos).

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