domingo, 25 de noviembre de 2012

Problemas que hacen que nuestras vidas no fructifiquen para el Reino de Dios


   
Problemas que hacen que nuestras vidas no fructifiquen para el Reino de Dios
Mensaje dado por Mario Fagundes, en el encuentro de Foz,  Brasil  en Julio 2008

Introducción
    Amados, yo tengo plena convicción de que muchos de los hermanos que están aquí podrían
hablar sobre lo que yo voy a hablar con mucha mayor profundidad, con mucha más gracia. Pero
los hermanos me dijeron que era yo quien tenía que estar aquí, entonces me van a tener que
soportar un ratito.
    Esta Biblia me la regalaron en Salvador, y tiene tres cintas: una cinta amarilla, una cinta roja,
y vino,  junto con la tapa de cuero, una cinta de cuero. Entonces, conforme al tenor de la palabra,
cuando  voy a ministrar, yo elijo un color. Cuando tomo la amarilla, los hermanos saben que es
una palabra de consuelo; cuando tomo la cinta roja, los hermanos saben que es una palabra de
confrontación; y cuando tomo la cinta de cuero, los hermanos ya saben lo que va a pasar…
Ahora  voy a tomar las tres cintas, en ésta tarde  hay gente de muchos lugares, así que hay que
usarlas a todas.
    La primera cosa que quiero decir a los hermanos  es que a ninguno de nosotros nos gusta dar
una mala noticia ¿Hay alguien que le gusta dar un mala noticia?... Levante la mano. Cuando hay
una mala noticia que dar, preferimos que otro hable: “Seguramente vos hablás mejor que yo,
tenés mayor gracia”.  Pero cuando hay buenas noticias, a todos nos gusta darlas. Esto es el
evangelio: “la buena noticia”,   las buenas noticias de nuestro Padre. Por lo tanto,  todos
debemos desear ser los primeros en dar estas buenas noticias, y llenar nuestro corazón con esto y
estar listo para hablar a todos a quienes encontramos. ¿Amén?
El fruto y la salvación
     Lo segundo que quiero decir, es que la estructura que Dios nos ha revelado, de relaciones de
coyunturas y ligamentos en el cuerpo, es la mejor estructura para sustentar al que no es discípulo.
Tenemos  la mejor  estructura  para sustentar  a alguien  que no se ha convertido,  porque los
vínculos y las relaciones son intensas y son buenas.  La persona viene y se queda enganchada
con el  líder, el discipulador,  un compañero… Y el aspecto social es muy agradable, puede jugar
al fútbol, comer un asado… Estamos siempre haciendo alguna cosa juntos, el ambiente es muy
agradable. Pero no sabemos si es o no es discípulo hasta que… ¿Cuándo sabemos…? Porque la
viña está toda entrelazada y es muy difícil darse cuenta si una rama está unida al tronco ¿Cuándo
sabemos que esa rama está ligada al tronco? Cuando vemos el fruto. Está entrelazado, está unido,
pero si no da fruto no está unido al tronco. No estoy diciendo que para ser salvo hay que dar
fruto, pero estoy afirmando que el salvo da fruto porque está unido a la vid. Y él dice que el que
permanece en él va a dar fruto, va a dar mucho fruto. Amén.

La semilla que cayó entre espinos
      Entonces hermanos, quiero hablar de tres pasajes en la Escrituras que nos hablan de lo que
nos impide dar fruto, o sea fructificar.
       Mateo 13. Ahí tenemos la parábola del sembrador. Pero no quiero hablar de toda la parábola,
sino de uno de los tipos de tierra que hay en la parábola. Esta parábola es muy importante porque
está en Mateo, Marcos y Lucas. Y no está solo la parábola, sino también su explicación. Aquí
hay cuatro cosas que hacen que nuestras vidas no fructifiquen para el reino de Dios, están
insertas en ésta parábola.
      “El que fue sembrado entre espinos,  éste es el que oye la palabra,  pero el afán
de  este  siglo  y  el  engaño  de  las  riquezas  ahogan  la  palabra,   y  se  hace
infructuosa.”  Mateo 13:22

1     Hay un tipo de semilla y varios tipos de suelos. Acá habla de una semilla que cae entre
espinos y queda infructuosa, no lleva fruto. Y habla de dos situaciones que pueden hacer que esa
palabra no fructifique:

   1- Los cuidados de este mundo
     Tenemos que parar aquí y entender: ¿Qué son los cuidados de este mundo…? Porque estos
“cuidados de este mundo” pueden hacer que la semilla sea sofocada y no lleve fruto. Entonces
tenemos que tener mucho cuidado, para entender cuales son los cuidados de este mundo, el afán
de este siglo, que hace que quedemos infructíferos. Porque si yo no entiendo cuáles son estos
cuidados, a qué cuidados se refiere, entonces yo puedo no estar entendiendo si realmente tengo
este problema o no.
  ¿Qué son los cuidados del mundo? ¿A qué podemos llamar los cuidados del mundo, los afanes
de este siglo? Yo hablaría de tres cosas:
• Comida
• Bebida
• Vestuario

      Los hombres están detrás de suplir sus necesidades básicas. El Señor nos dice que no
tenemos que estar ansiosos por estas tres cosas: comida, bebida y vestuario. El Señor dice que si
nosotros buscamos su Reino y su justicia, Él se ocuparía de estas cosas. Muchos piensan que
cuando Cristo está hablando en Mateo 6:33, y dice “todas las demás cosas serán dadas por
añadidura”, significa que todo va a ser dado por añadidura. Él no dice que todas las cosas van a
ser dadas por añadidura, él dice “estas cosas”: comida, bebida y vestuario.

     Prometió, para aquellos que lo buscan en primer lugar a Él, que supliría estas tres cosas.
Algunos hermanos que tienen mayor prosperidad piensan que todos deben tener de todo. El
Señor no prometió que le va a dar un auto a cada uno, una casa a cada uno, que va a dar lo que
todos tienen a todos de la misma forma.  Pero a todos los que buscan primero el Reino de Dios y
su justicia… Él dice que les va a añadir: comida, bebida y vestuario.
    Veo que en este siglo hay un hambre muy grande por tener mucho más que esto. Ya no hay
contentamiento con solo comer, beber y vestir. Hay una búsqueda incesante de muchas otras
cosas por encima de estas tres, que hacen que el hombre termine por demás afanado .
     El Salmo 127 es un salmo actual. Ahí dice que va a ser inútil levantarse de madrugada, y
dormirse tarde y comer del pan que penosamente ganamos. A los suyos el Señor les da mientras
duermen. Yo creo que los argentinos tienen más que nosotros porque duermen la siesta (risas)…
Hay algo que está ocurriendo en este siglo: cada vez los hombres se levantan más temprano y se
van a dormir más tarde para ganar más el sustento. Casi las veinticuatro horas del día están
envueltos en esto.  Estamos siendo influenciados violentamente por esta propaganda… Entonces
nos encontramos ocupados en “estos cuidados del mundo” y no buscamos el Reino y su justicia
en primer lugar. Y nos volvemos infructíferos.

    La Palabra llega a nuestro corazón, pero nuestros quehaceres, y el ocuparnos con estas cosas
nos  impiden  llevar  frutos.  En  Efesios,  capítulo  4,  la  palabra  del  Señor,  empezando  por  el
versículo 29, dice: “que el que hurtaba no hurte más, sino trabaje con sus manos para tener su
casa propia…., para tener su auto…, para tener una casa en la playa…, para tener muchos
bienes…”. No, la Palabra del Señor dice que es para que tengas qué compartir con los que
padecen  necesidades.  Cuando  vemos  la  palabra  del  Señor  refiriéndose  a  estas  tres  cosas
quedamos shockeados, porque el Señor dice que teniendo esto estemos contentos.

      Y me parece que ha habido un cambio en la mente de la iglesia, en la mente de los hermanos.
Entró una máxima entre nosotros: que todo discípulo tienen que ser excelente en lo que hace,
tiene que competir mucho con los de afuera. Yo tengo una noticia dura para darte: no vamos a
conseguir esto ¿Sabes por qué…? Porque nuestra búsqueda no es para conseguir esto, sino para
el Reino de Dios en primer lugar. Nosotros no vamos a poder ser el mejor médico, el mejor
ingeniero, aquel que va a ganar más. No podemos competir con ellos, pues están enfocados
solamente en eso, y nosotros tenemos otra cosa, hay algo más que estamos buscando, que está en
primer lugar, es el Reino de Dios  y su justicia. Nosotros no nos vamos a destacar porque
sepamos  mucho,  porque  tengamos  un  conocimiento  vasto,  sino  por  el  carácter  de  Cristo
manifestado en nosotros. Los afanes de este siglo nos impiden fructificar, sofocan la palabra del
Señor, porque estamos ocupados en esto.
Quiero decir una cosa más antes de pasar al próximo punto. En Juan capítulo 4 cuando, Jesús
llega  y  se  encuentra  con  la  mujer  samaritana,  dice  que  Él  estaba  exhausto  y  cansado.  Si
tuviésemos  en  aquellos  días  el  vocabulario  de  hoy,  hubiese  dicho  Jesús  estaba  estresado,
extenuado, cansado al extremo. En el original se denota un estado de cansancio profundo. Los
discípulos van… ¿adonde? A la ciudad a buscar… ¿Qué?  Comida.  Pero cuando el Señor ve a
ésta mujer, Él comienza a proclamar las buenas nuevas. No estaba preocupado por la comida o la
bebida, sino que, para Él, lo más importante era cumplir con la voluntad del Padre.
    Los discípulos van a la ciudad a buscar una panadería, confitería o pescadería, querían
comprar comida. Y mientras andaban por la ciudad buscando, no le hablaron a nadie. Pero
cuando vienen, lo ven al Señor hablando con esta mujer. Y esta mujer va a la ciudad, a la ciudad
donde los discípulos habían ido, y ella llama a una multitud de personas para oír al Señor.
    ¡Cuántos de nosotros andamos detrás de los “cuidados de este mundo”, de los afanes de este
siglo, por todas las ciudades, y nos olvidamos del Señor! Y llegaron, y se asustaron… Dijeron:
¿Será que ya comió?¿Saben por qué? Porque el  Señor estaba lleno de euforia. Probablemente,
cuando ellos se fueron a buscar la comida, lo dejaron a Jesús medio cansado, exhausto. Pero
cuando Él comienza a hablar del Padre se siente fuerte. Ellos dijeron: “¿Será que le dieron de
comer…?” Y Él dijo: “Yo tengo otra comida, otra bebida...” ¡Aleluya!
“Señor, ayúdanos con los cuidados del mundo, que no sofoquen tu palabra, que no estemos
distraídos con ellos y nos volvamos infructuosos. Ayúdanos, Padre.”

   2- La fascinación de las riquezas.
      Hasta aquí hemos hablado de las cosas que son normales, naturales y básicas. Ahora vamos a
hablar del engaño de las riquezas. ¿Qué significa estar fascinado? Encantado, hechizado. Esto es
un lazo claro del enemigo, el diablo,  que  hace que nos quedemos fascinados con las riquezas.
Tan encantados con ellas que nuestros ojos brillan y nuestros corazones son tomados por este
deseo. Tanto nos envolvemos en esto que nos engañamos más y más. Nunca es suficiente,
queremos  siempre  más.  Existen  dos  sentimientos  continuamente  en  nosotros:  ansiedad  e
insatisfacción. Ansiedad porque deseamos tener, e insatisfacción porque no tenemos.
   Así que Pablo nos orienta cómo solucionar esto en Filipenses 4:6-7:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”
   “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego”. En esta parte del versículo Pablo está tratando con la ansiedad. El que quiere
ser librado de estas ansiedades, las debe colocar, a todas, delante del Padre. Y luego, tenemos
una coma y dice lo que resuelve toda ésta situación, y es la siguiente: “con acción de gracias”
• La petición quita la ansiedad;
• La acción de gracias quitan la insatisfacción.

3    La fascinación de las riquezas tiene que ver con buscar confort. Tener, tener para tener más
comodidad, facilidades. Y el mundo está ofreciendo cada vez más de estas cosas, atacando
fuertemente a nuestros jóvenes. Porque tiempo atrás, cuando yo era más joven, me acuerdo que
años atrás, no había esta presión sobre nosotros. En esos tiempos teníamos que escoger las
mejores  profesiones  para  tener  acceso  a  más.  Hoy,  cuando  vemos  a  alguien  escoger  una
profesión  mas  sencilla,  más  simple,  por  ejemplo:  pedagogía,  contabilidad,  administración…
Pensamos así: vas a ganar poco ¿Cuál es el problema? Si tenes que comer, beber y vestir. Y con
eso estar contentos.
     Hemos perdido la esencia de la palabra del Señor. Hemos sido tomados por Satanás para
preocuparnos por los cuidados de este siglo y por las riquezas. Nos trabamos y la palabra se
sofoca y no llevamos fruto.
Algunos testimonios
     Me acuerdo de un hermano que estaba en el cuarto año de Medicina. Él vino a hablar
conmigo y dijo: “No voy a continuar más esta carrera,  es muy intensa y me está sacando todo el
tiempo. Yo no he logrado producir para Dios”. Y era ese tipo de hermano que nació para ser
médico. Tenía toda la calificación y el talento para eso. Yo le dije: “No, vos no tenés que hacer
eso, tenés que terminar Medicina”. y me dijo: “¿Por qué?”.  Le dije: “Porque yo tengo que ir a la
calle, y golpear en las espaldas de alguien para que él me mire a mí y yo le pueda predicar la
palabra. Y vos vas a estar sentado en el consultorio, y el pescado te va a estar mirando a vos,
todo sufrido, esperando oír alguna otra cosa. Y vos vas a estar listo para dar, no solo el remedio,
sino la palabra de consuelo. Así que necesitas terminar medicina, vas a ser mejor que yo. La
segunda cosa: yo sé que vos vas a servir al cuerpo de Cristo, cuando los hermanos necesiten y
estén enfermos, vos vas a atenderlos sin cobrarles nada. Y también necesito que vos termines
Medicina porque si no, Marcos y yo vamos a tener que volver a trabajar (trabajo secular, risas).
Entonces, es muy importante que vos ganes y hagas unas buenas ofrendas”.

     El terminó Medicina. Después de un tiempo se volvió un médico conocido, comenzó a ganar
mucho.  Muchas ofertas le llegaron y ya no tenía más tiempo para nada. Él volvió a conversar
conmigo y me dijo: “No estoy ni siquiera dándome cuenta de muchas cosas, tengo ofertas por
todos lados y mi tiempo ya no alcanza, ¿que hago?”. Y le pregunte: “¿Cuánto precisás para
comer, beber y vestir…?”. “Más o menos  tanta cantidad de reales”. Le dije: “Entonces colocá un
límite. Podés definir. voy a ganar tanto, y para ganar eso voy a trabajar aquí y aquí. O sea, voy a
trabajar de esta forma para ganar hasta este límite”. Y le sobraron tres días y ¿adonde iba a
invertir esos tres días? Todo el tiempo para el Reino de Dios. Él se limitó. Pero, ¿por qué se
limitó? Porque no estaba fascinado, engañado por las riquezas. Estaba buscando el Reino y su
justicia. ¿Amén?

         Permítanme, voy a contar otra historia. Porque si no, los hermanos que tiene más recursos
pueden pensar que tienen que deshacerse de ellos.  Recuerdo una situación de años atrás: fui a
una ciudad de Bahía, había un casamiento. Cuando llegué al lugar de casamiento, me hospedó un
hermano que tenía muchos recursos. Vivía en un edificio entero. Tenía un departamento por
piso. Tenía cinco cuartos… Una casa toda climatizada, era muy linda, maravillosa.
       Cuando él empezó a relacionarse conmigo me dijo así: “Acaba de llegar un deseo que yo
tenía de mucho tiempo. y esta en el garage, vamos a ver…”. Y cuando llegamos al garage, tenía
un auto maravilloso, un BMW.  Yo nunca había visto un BMW, y él me dijo: “¿Vamos a
pasear?”. Subimos al auto. Él y su esposa adelante, mi esposa y yo atrás. Cuando encendió el
tablero, parecía un Boeing 737. Él me dijo: “La temperatura de adelante puede ser diferente a la
temperatura de atrás”. Yo dije: “Bueno, poné 20 º acá atrás”. Puso 20º atrás y 18 º adelante.
Salimos con el auto, paseando. En ese momento yo estaba disfrutando bastante de ese momento
con él. Porque esta actitud tenemos que tener: alegrarnos con aquello que Dios da a nuestros
amados. Es mi hermano… estaba feliz juntamente con él. Yo estaba maravillado con todo lo que
ese auto tenía.
        Él paró de repente, y me dijo (por su tipo de voz me hizo pensar que era algo serio lo que
venía): “Mario, ¿es ostentación tener un auto de este tipo en la iglesia?” Yo no esperaba una
pregunta así, yo estaba muy contento con el auto. Yo dije. “Señor, por favor, ayúdame”.  La
primera cosa que vino a mi mente fue decirle así: “No tengas problema con aquello que Dios te
dio. Tu padre te dio una buena herencia. No tenés que tener vergüenza ni problema con esto. Yo
no tengo ninguna dificultad que vos tengas este BMW…” Él ya me había dicho: “ El auto que yo
tenía antes era un Omega 3.0. La diferencia entre éste y aquel era 10.000 dólares, una tontería de
10.000 dólares”. Yo hice la cuenta y esos 10.000 dólares era tres veces el valor del auto que yo
tenía.  Pero para él no era nada, me dijo esto con sinceridad. Le dije: “Yo no tengo ningún
problema que tengas este auto. Tampoco tengo ningún problema que vayas todos los años a
Disney, a pasear y a disfrutar con tu familia allá. Y que te vayas a Europa tres veces por año y
gastes 50.000 dólares en esto. Ningún problema. No hay ningún problema que gastes 5000 reales
en el fin de semana para disfrutar un tiempo con tu esposa… Pero hay una cosa que puede hacer
que yo tenga dificultades con vos: cuando  vos estés sentado con la congregación, y  comiencen
a hablar de las necesidades de los hermanos, de comer, beber y vestir y vos no estés dispuesto a
dar esta tontería  de 10.000 dólares…  Ahí sí, voy a tener dificultades…”  Porque para disfrutar
estoy dispuesto a colocar esa suma de dinero. Pero para suplir las necesidades de mis hermanos,
yo saco 10, 50 reales o 100 reales… Y cuando pongo 100, me parece que es mucho. Estamos ahí
cambiando las prioridades. No podemos quedarnos fascinados con estas cosas, envueltos en
ellas.  ¡Vamos adelante queridos!
   3- L   as codicias de otras cosas.
“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,
pero los afanes de este siglo,  y el engaño de las riquezas,  y las codicias de otras
cosas,  entran y ahogan la palabra,  y se hace infructuosa.”  Marcos 4:18-19
    Estamos acá en la misma parábola, los versículos 18 y 19 habla de lo que está entre espinos.
Vimos los  cuidados del mundo, la fascinación, el engaño de las riquezas, y ahora vemos las
codicias de otras cosas. ¿Qué son estas ambiciones?  ¿Qué podemos poner ahí que no sean
“cuidados del mundo” o “fascinación de las riquezas”  ¿Qué otras ambiciones tenemos? que nos
envuelven, que toman nuestro tiempo, que nos ocupan. Ayuden por favor, (le pregunta a los
hermanos)

o Ambición de éxito
o Ambición de poder

    Aquí incluimos todas estas ambiciones que hay en el mundo, que tienen que ver con la
competitividad. Hoy ya no basta con hacer la universidad, tenemos que tener un postgrado.
Después el post, el post del post. ¿Se entiende…?  Hay una búsqueda tan intensa de estas cosas,
que  el  diablo  puede  engañarnos  y  hacernos  atrapar  en  esta  secuencia.  Y  podamos  quedar
infructuosos...  No  hay  ningún  problema  con  hacer  la  universidad,  después  un  postgrado  y
después hacer el doctorado. No hay ningún problema… No estoy diciendo que no hagas esto.
Estoy diciendo que al hacerlo, tenés que buscar el Reino en primer lugar, y su justicia. Estás ahí
para  que  el  Reino  del  Señor  se  extienda.  Y  de  paso  obtienes  un  diploma…  Pero  la  más
importante intención tuya es: estar ahí para esparcir el Reino de Dios.  Alcanzar a todas esas
personas  que  te  rodean  a  diario.  Ahora,  algunos  me  dicen:  “Mario,  tengo  que  hacer  este
postgrado, porque si no, no voy a conseguir progresar en el trabajo ¿Qué te parece…?” Yo le
digo: “Dale,  pero hay tres cosas que no podés perder:
 Tu comunión con Dios no puede disminuir un minuto.
 Tu relación con el Cuerpo no puede disminuir una  reunión.
 Tu proclamación del evangelio a  otros no puede disminuir una sola persona
5Si podés hacer esto, entonces hacé el postgrado, hacé el doctorado, hacé lo que sea preciso. Pero
lo que vos hagas no te puede sacar de estas tres cosas, porque si no, vamos a caer en un lazo. Y
los afanes de este siglo, la fascinación de las riquezas y las codicias de otras cosas van a terminar
sacándote de la fructificación.”

   4-   Los deleites de la vida.
Cerramos aquí y vamos a ver en Lucas 8:14
¿Qué es lo que impide que tengamos fruto? Los afanes de este siglo, los engaños de las riquezas
y las codicias de otras cosas. Seguimos en la parábola del sembrador y ahora la explicación está
en  Lucas 8:14:
“La que cayó entre espinos,  éstos son los que oyen,  pero yéndose,  son ahogados
por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida,  y no llevan fruto.” Lucas 8:14

   “Y no llevan fruto…”. En el portugués dice: “Y su fruto no llega a madurar…”. Es una
diferencia en la traducción.

      Acá agrega todavía una cosa más: “los deleites de la vida”. ¿Qué son los deleites de la
vida…? Todos sabemos ¿no…? Ahí, en portugués, dice. “Con el correr de los días…”. Cuando
entramos en el Reino de Dios, renunciamos a todo lo que teníamos. Entregamos todo al Señor.
Pero  a medida  que pasan  los días,  vamos  adquiriendo  cosas,  y comenzamos  a pensar que
tenemos derechos. Comenzamos a agregar: pensamos que tenemos el derecho al descanso, el
derecho de las vacaciones y de muchas otras cosas.  Comenzamos a disminuir nuestra intensidad
de relacionamiento con el Cuerpo y con el Señor. Y nos agradan más  los deleites que los
principios de Dios, porque nuestra carne comienza a pedir esto.
     Quiero leer una profecía que habla exactamente de esto, es una profecía que está en un
pequeño periódico de los hermanos de Itabuna. Es de un hombre llamada San Nilo. Él vivió en el
siglo V, fue discípulo de San Juan Crisóstomo. Murió aproximadamente en el año 430 después
de Cristo. Dios le dio esta profecía, la cual está registrada en una biblioteca. Voy a leer la
profecía de San Nilo, del siglo V:

   “Después  del  año  1900,  a  mediados  del  siglo  veinte,  las  personas  se  tornarán
irreconocibles… Cuando se aproxime el tiempo de la venida del Anticristo, la inteligencia de
los hombres será oscurecida  por las pasiones carnales: la degradación  y la ausencia de
normas  se  acentuarán.  Y  el  mundo  quedará  irreconocible.  Las  personas  cambiarán  su
apariencia, haciendo imposible distinguir los hombres de las mujeres, a causa del descaro en
su modo de vestir y la moda de los cabellos. Estas personas serán inhumanas, como auténticos
animales salvajes, debido a las tentaciones del Anticristo.
  “No respetarán más a los padres y a las personas ancianas. El amor desaparecerá. Y los
pastores cristianos, obispos y padres, serán hombres frívolos, completamente incapaces de
distinguir entre la derecha y la izquierda. En ese tiempo, las leyes morales y las tradiciones de
los cristianos y de la Iglesia cambiarán. Las personas ya no practicarán la modestia y reinará
la disipación. La mentira y la codicia alcanzarán grandes proporciones. ¡Infelices de aquellos
que amontonen riquezas! La lujuria, el adulterio, la homosexualidad, los hechos ocultos y el
asesinato serán reglas de la sociedad. En ese tiempo, debido al poder de tan grandes crímenes
y de tal libertinaje, las personas serán privadas de la gracia del Espíritu Santo recibida en el
bautismo,  y  ni  siquiera  sentirán  remordimiento.  Las  iglesias  serán  privadas  de  pastores
piadosos y temerosos de Dios. ¡Infelices los cristianos que estén en la Tierra en esos días!
Perderán la fe, porque no habrá más quien les muestre la luz de la verdad.  Buscarán
apartarse  del  mundo,  refugiándose  en  lugares  santos,  en  la  intención  de  aliviar  sus
sufrimientos espirituales, mas sólo encontrando obstáculos y contrariedad por todas partes.
   “Todo esto se deberá al hecho de que el Anticristo querrá ser señor de todas las cosas y el
maestro del universo. Realizará señales y milagros inexplicables. Dará también al hombre
una  sabiduría  capaz  de  descubrir  un  modo  por  el  cual  una  persona  pueda  tener  una
6conversación con otra, de un extremo al otro de la Tierra (Nótese que el teléfono, la radio y la
televisión surgieron 1500 años después de este texto). En ese tiempo los hombres volarán por
los aires como aves y descenderán al fondo del océano como peces… (En el siglo V ni se
imaginaban el avión o el submarino).
    “Y cuando se encuentren en tales circunstancias, esos infelices verán sus vidas rodeadas de
confort,  ignorando  que todo  es  solo  un  embuste  de  Satanás.  Este  llenará  la  ciencia  de
vanidad, a tal punto que los apartará del camino recto, llevando a las personas a perder la fe
en la existencia de Dios… Y Dios, infinitamente bueno, viendo la decadencia de la raza
humana, acortará los días por amor al pequeño número de los que deberán ser salvos, porque
el enemigo desearía arrastrar aun a los elegidos a la tentación, si eso fuese posible. Entonces
la espada del castigo aparecerá de repente y derribará al corruptor y a sus servidores”.
       En el siglo V, este hombre vio, Dios le mostró, los engaños de Satanás: los cuidados de este
mundo, la fascinación de las riquezas, las demás codicias y deleites de la vida.¡Que el Señor nos
ayude a estar atentos! Y que no seamos engañados por estas artimañas de Satanás, y la palabra
del Señor se vuelve infructuosa en nosotros.
     Oremos amados:
      “Señor amado, Padre nuestro, no estamos de ninguna forma detrás de algo elocuente, pero
sí de la sencillez de tu palabra. Tú dices con toda claridad en tu Palabra que estas cosas
sofocan tu Palabra… Que podamos oír, en esta tarde, la voz de tu Espíritu en nuestro espíritu,
librándonos de todas estas cosas, estando atentos a cada una de ellas, para no estar envueltos
en ninguna de ellas, de manera que no minen el fruto que tú esperas de nosotros. Señor,
ayúdanos a comprender las señales que están alrededor nuestro. Estamos apercibidos Señor,
sensibles, y que no nos dejemos enredar por estos dardos, por estas ofertas de Satanás. Señor, te
pido que mantengas nuestros ojos fijos en el Autor y Consumador de la fe. Si hay algún corazón
nuestro  preso  en  alguna  de  estas  cosas,  líbranos  Señor,  muéstranos  Señor,  llévanos  al
arrepentimiento, corrige nuestra trayectoria. Señor, corrige nuestra mente. Ayúdanos Padre a
entender lo que está en tu mente, y a vivir en la sencillez de tu vivir, que es el nuestro, Señor.
Amén, Amén.”

Comentario final de Evangevaldo:
  Hermanos, creo que hay un problema con la iglesia en el mundo: La facilidad de no dejarse
juzgar por la palabra de Dios. El Señor le dijo a Ezequiel que la nación de Israel escucharía sus
advertencias como se escucha a un cantor,  pero no las pondría en práctica, porque es un pueblo
de dura cerviz. Nosotros necesitamos huir de esta actitud y dejarnos juzgar por la palabra de
Dios. Así que, hermanos, no tenemos que dejar que esta palabra entre por un oído y salga por el
otro. Yo creo que esta es una advertencia del Espíritu Santo, llena de ánimo y desafío, para hacer
una diferencia en el tiempo que vivimos, y no seamos envueltos por el mundo. Debemos ser sal y
luz, que no nos importe que nos consideren los idiotas del mundo, que seamos los despreciados
del mundo. No busquemos ser reconocidos delante del mundo. Esta palabra tiene que ser, creo
yo, recalcada. ¿Amén? ¡Amén!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Advertencia a la Iglesia


Advertencia a la Iglesia
Ze María Penna, San Pedro, 3 de mayo de 2012.

(Esta es una transcripción de una palabra dada en un charla informal. Por tanto, se
han respetado algunas repeticiones y giros propios del lenguaje oral. En pocas
ocasiones, se han corregido frases para facilitar la comprensión).
Introducción
Me gustaría compartir con ustedes algo que está en mi corazón. En nuestro corazón,
el mío y de Carlos. Cuando estuve en 1999 en San Luis, en aquellos días yo recién
estaba entendiendo sobre el Reino de Dios, coyunturas y ligamentos, sobre el
Propósito Eterno de Dios. Yo era un pastor evangélico, y comencé a entender esas
cosas, éramos una congregación de unas 300 personas en Belo Horizonte. Ahora la
congregación ya creció mucho, ya pasamos los mil; Timoteo tiene 600 hermanos, y
hemos alcanzado muchas otras ciudades de allí en Minas Gerais.
En aquel tiempo, en el inicio, oímos hablar mucho sobre la restauración de la iglesia.
Aquellas cosas que escuché en el principio sobre el Propósito Eterno, coyunturas y
ligamentos en el cuerpo de Cristo, el Evangelio del Reino, tomaron mi corazón; porque
yo era un pastor evangélico, con una visión evangélica (bautista). Estas cosas tomaron
también mi vida, y yo me entregué completamente a lo que estaba recibiendo en
aquellos tiempos.
Se oía hablar mucho sobre la restauración de la iglesia en ese tiempo, pero los años
fueron pasando. Ya hace dieciséis o diecisiete años que entendí esas cosas, y hoy
estamos viviendo las mismas cosas. Pero estamos comenzando a recibir una
advertencia del Señor para nuestras vidas. Vemos en la historia que Dios siempre
advirtió a su pueblo para que no se desviase de su propósito, de su voluntad.

Una advertencia a Israel
Si abrimos Deuteronomio cap. 32, habla del cántico de Moisés. Cuando comencé a
leer este cántico, Dios trajo un gran despertar en mi corazón para entender esa
advertencia que Dios le hace a Israel. Dios hace una gran advertencia a Israel, para que
no se desviara de su propósito. Me gustaría leer con ustedes todo este cántico de
Moisés, pero no tengo tiempo.
Dios mandó a Moisés que cante este cántico profético, que tiene tres escenas
diferentes:
1. Lo que recibiría el pueblo si se sujetaba a Dios.
2. Les advierte contra el desvío.
3. Les habla de la cura.

En el final Dios se rinde prácticamente y les dice: “En el fin, a pesar del desvío, yo los
voy a rescatar”.
En el v. 29 dice así: “ojala fuesen sabios que comprendieran esto, y se dieran cuenta
del fin que les espera”.
En el cántico de Moisés, Dios mostró proféticamente toda la trayectoria del pueblo
de Israel en la Tierra, hasta el fin; habla de la diáspora, del cautiverio en otras
naciones. Y habla inclusive de la elección de la Iglesia:
v.21: “Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; Me provocaron a ira con sus
ídolos; Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a
ira con una nación insensata”.
Dios hace una referencia de la Iglesia, una promesa de causar celos usando a otro
pueblo; y todos sabemos cómo fue el fin de Israel, a pesar de toda advertencia
(recuerden que esta advertencia Dios la dio a Israel cuando estaba en lo mejor de su
vida, en el momento que estaba entrando en la tierra, estaba poseyendo una promesa,
recibiendo una promesa y apoderándose de todas las promesas de Dios). En ese
momento, el mejor de la vida de Israel, el Señor trae ese cántico a través de la boca de
Moisés, y les habla del riesgo y del peligro del desvío de la verdad.
Un análisis de la iglesia de Efeso
Ahora a nosotros como Iglesia, ¿Dios nos ha advertido también? Sí, me parece que
Dios hoy nos advierte. Veamos Apocalipsis 2. Ahí vemos que el apóstol Juan en la isla
de Patmos escribe a las siete iglesias, siete cartas a las siete iglesias, llamadas “las siete
iglesias de Apocalipsis”. Esas iglesias existían en aquel período y estaban distribuidas
en forma de una herradura: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y
Laodicea.

El Espíritu Santo lleva a Juan hablar a las siete iglesias que existían en aquella época,
pero si ustedes analizan bien estas siete iglesias, también es una palabra profética
mostrando toda la trayectoria de la Iglesia sobre la faz de la Tierra: desde el período
apostólico hasta cuando vuelva el Señor sobre las nubes a buscar a su Iglesia.
La primera carta que él escribe es a Éfeso. Esta fue a la iglesia que mejor expresaba la
vida de los apóstoles. Cuando nosotros preguntamos cuál sería la Iglesia que más
expresaba la vida de Cristo, la gente naturalmente piensa en la iglesia de Jerusalén.
Otros dirían Antioquía, donde había profetas y maestros, y el Espíritu Santo tenia
libertad para actuar. Pero a mi entender, la iglesia que expresaba mejor la madurez, el
amor, la fe de esa primera época era la iglesia de Éfeso. Una iglesia madura, que creció
mucho. Cuando Juan escribe a la iglesia de Éfeso, él comienza a hablar de la vida de
aquella iglesia. Y hace énfasis en la vida común de la iglesia. Si ustedes leen, van a
percibir algo muy interesante, habla de las cualidades de la iglesia: “conozco tus obras,
conozco tu labor, tu perseverancia, que no puedes soportar a hombres malos, que
probaste a los que dicen ser apóstoles y no lo son y los hallaste mentirosos, tienes
perseverancia, soportaste pruebas por causa de mi nombre, (mucha prueba, mucha
tribulación, pero soportó la prueba por causa del nombre de Jesús), no desmayaste, te
mantuviste firme”. Una iglesia que el Señor honra por todo lo que ella representa de
comunión, de vida de relación, vida de compromiso, vida de perseverancia. Una iglesia
con unas cualidades impresionantes, con buenas intenciones inclusive. Pero el Señor le
dice: “tengo una cosa contra ti, solo una cosa, que ustedes abandonaron, dejaron el
primer amor.”
Yo estuve pensando en ese primer amor, cuando el Señor escribió la primera carta a
Éfeso. El apóstol Pablo también escribió siete cartas. Juan escribió las siete cartas de
Apocalipsis. Pablo durante su vida también escribió siete cartas a siete iglesias. Y él
escribe también a Éfeso. Y habla de la fe y del amor que existían en aquellos hermanos.
Ef. 1:15 “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y
de vuestro amor para con todos los santos...” Era una iglesia reconocida como llena de
mucha fe y de mucho amor, que tenia la aprobación del Señor en su vida natural.
Los peligros que enfrentaría esta iglesia
Pero cuando el apóstol Pablo estaba yendo en dirección a Jerusalén, él sabía que de
allá no volvería más, que quedaría preso. El Espíritu Santo le decía claramente que
moriría. Y manda llamar a los presbíteros de la iglesia de Éfeso. Reúne a los presbíteros
de la iglesia, -tal vez el número de presbíteros era de 40 ó 50. No sabemos cuántos
pero sabemos que era una iglesia grande- y les dice: “Y ahora, he aquí, yo sé que
ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá
más mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre
de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.” (Hechos 20:25-27)
Porque Pablo estuvo tres años en Éfeso predicando el evangelio del Reino. “Por
tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto
por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia
sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos
rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres
que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” (Vs.28-30)
Pablo llama a los presbíteros de Éfeso y les hace una exhortación, una advertencia.
Dice que después de su partida entrarían lobos rapaces, que no perdonarían al rebaño.
Pero luego va más lejos, porque dice “de vosotros mismos se levantarán hombres que
hablen cosas perversas”. El apóstol Pablo no dice que se levantarían hombres
perversos hablando perversidades, sino hombres serios, hombres comprometidos,
hombres que por el nombre de Jesús habrían sufrido persecución, tribulación,
soportarían la prueba, serían perseverantes, habrían trabajado con fervor, con mucho
entusiasmo, con mucha fe. Pero Pablo les dice “de entre vosotros se levantarán
hombres que hablen cosas perversas”. Hombres serios que hablarían cosas perversas.
Hoy tenemos muchos hombres en medio de la iglesia, hombres comprometidos con la
palabra de Dios, con Dios, pero infelizmente muchos están hablando cosas perversas.

Tal vez en español la palabra perverso tiene una connotación de inmoralidad sexual;
pero en hebreo significa torcer, desencaminar, desviar, oponerse, conspirar contra los
propósitos y planes salvadores de Dios. Desviar del camino cierto, corromper la mente.
Hay muchos líderes que conocemos, a quienes no podemos acusar de inmoralidad,
de desvío de dinero, o de avaricia, pero muchos están hablando cosas perversas.
Cuando hablan de divorcio y recasamiento, están hablando cosas perversas, y Pablo
dice que arrastrarán al rebaño, llevarán al rebaño tras ellos.

Timoteo en Éfeso
Ahora, cuando el apóstol Pablo estaba en Éfeso, puso a Aquila y Priscila para que
cuidaran de la iglesia allí. Pero también mandó que Timoteo cuidara de la iglesia de
Éfeso. Timoteo llevó un buen tiempo de su vida cuidando de esa iglesia.
Veamos 1 Tim. 1:3: “Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a
Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina,”
El apóstol escribe a Timoteo y le da una directiva, y él lo dejó para dos finalidades,
según mí entender:
1. Amonestar a algunos, (ciertas personas, en portugués) porque ya existían
ciertas personas que estaban enseñando cosas perversas, enseñando otra
doctrina.
1:4 “ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas
más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.”
En la iglesia ya existían ciertas personas que estaban perjudicando, pervirtiendo a la
gente, arrastrando a los discípulos.
En una iglesia cercana a Éfeso
Es muy interesante que el apóstol Juan estuvo preso hasta el año 96, cuando
Domiciano era emperador de Roma. Cuando Domiciano murió, surgió un nuevo
emperador que dio amnistía a todos los presos políticos. Juan sale de Patmos y va a
Éfeso; allí escribe el evangelio después de Apocalipsis, después la primera, segunda y
tercera carta. Cuando él estaba en Éfeso, inclusive María estaba con él; él siguió
cuidando de la madre de Jesús y estaba allá con ella. Ella murió en Éfeso.
Cuando Juan escribe la tercera carta, la escribe para Gayo. Había tres presbíteros en
aquella iglesia. Yo estuve investigando, y esa “señora elegida” era una iglesia que
estaba en una ciudad vecina a Éfeso, dependía de Éfeso, estaba bajo su autoridad.
Cuando él escribe, escribe para Gayo, Demetrio y Diótrefes, que eran los tres
presbíteros de aquella iglesia. Era una iglesia grande, tenía tres presbíteros.
Ya en aquella iglesia tenían a un tal Diótrefes que quería ejercer la supremacía del
presbiterio. Un hombre que estaba desviando a los hermanos de la verdad. Juan honra
la vida de Demetrio, honra la vida de Gayo, pero dice: “Mira, Diótrefes ha causado
muchos problemas.” Leamos el vers. 9:”Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual
le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe.” Tal vez era una cuarta carta,
pero Diótrefes no quería que los hermanos la leyeran. Despreció el ministerio
apostólico, el ministerio de Juan.
V.10: “Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con
palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los
hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia”. O sea,
a los hermanos que recibían la verdad y querían el apostolado de Juan, no se lo
permitía.
V.11: “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero
el que hace lo malo, no ha visto a Dios.
V.12: Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros
damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero”.
El presbiterio de la iglesia estaba dividido. Con Diótrefes causando mucho problema
en la Iglesia.
La advertencia de Dios a la iglesia
Volvamos a la 1ª carta a Timoteo. Él habla también de otra cosa: exhorta a los
hermanos para que no se ocupasen de fábulas y genealogías sin fin, que solo
promueven discusiones. La Iglesia de Éfeso no recibió la advertencia.
En Belo Horizonte Dios nos está advirtiendo. Ha hablado muy serio con nosotros, que
debemos quedarnos con pocas cosas bien aprendidas, bien practicadas, bien
repetidas, para ser bien transmitidas a otros. Estamos ocupándonos con pocas cosas
que son fundamentales. Porque ¿cuándo comienzan los ministerios de los llamados
“estrellas”, los que andan en las nubes en el espacio sideral, aquellas jirafas que comen
de las copas de los árboles? Nosotros estamos aprendiendo que debemos ser como
ovejitas que comen pasto.
Tenemos que entender que esas fábulas comienzan con hombres queriendo ejercer
una autoridad en la iglesia basada en mensajes, en predicaciones. El Señor nos dio una
orden. La tarea más noble de un apóstol, de un presbítero, es hacer discípulos. Hacer
un discípulo no es predicar el evangelio desde el púlpito a las masas. Es ganar a una
persona y formar a esa persona. Dios nos está exhortando a quedar en esas pocas
cosas. Porque había en ese tiempo en Éfeso personas que querían ocuparse en fábulas
sin fin, en genealogías, para descubrir los misterios del Reino de Dios. Y despreciaban
las pocas cosas. Aquellas pocas cosas que recibieron en el principio, por ejemplo que
Dios quiere tener una familia de hijos semejantes a Jesús. ¿Cómo quiere que lo
hagamos? Siguiendo la estrategia de Dios: el servicio de todos los santos ¿Cuál es el
servicio de los santos? Ser testigos y proclamadores del Evangelio. ¿Cómo se desarrolla
ese servicio? Concientizando, equipando, relacionando, y movilizando a los santos para
el trabajo. Pocas cosas. Esa es la base, el fundamento que recibimos del Señor, y
nosotros no vamos a dejar perder esas cosas.
Dios nos está advirtiendo. Dios advirtió a Israel, pero Israel no escuchó. El Señor dijo
“si ellos supiesen lo que les espera, me oirían”. Aquí el Señor está exhortando a la
iglesia de Éfeso, y a nosotros a través de ella. Nos está corrigiendo. Pero además habla
de otra cosa. Pablo advierte a Timoteo para que advierta a la iglesia:
“Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de
buena conciencia, y de fe no fingida,” (1ª Tim.1:5)
Muchos hombres caen ahí. Son personas solas, aisladas. Se vuelven hipócritas. ¿Qué
es un hipócrita? El antónimo es sincero. Cuando los escultores hacían las estatuas de
los reyes, a veces estaban un año con un solo trabajo, con el cincel. Muchas veces se
les iba la mano un poco más pesada, y se partía la nariz, luego de mucho trabajo
paciente. Entonces tomaban un poco de cera, y tapaban el agujero. Luego venía el que
había encargado el trabajo, inspeccionaba la estatua, y cuando llegaba el momento de
pagar, preguntaba: “¿sin cera?” De allí surge la raíz de la palabra sincero. Hombres que
comienzan a andar solos, a actuar solos, a pensar solos, van perdiendo la visión. Y para
mantener el rebaño, tienen que inventar cosas. Porque Dios nos llamó para pocas
cosas. Estamos viviendo un tiempo en que Dios nos está advirtiendo.
La última advertencia a Efeso
Ahora, el Señor se vuelve a la Iglesia treinta años después. El Espíritu Santo lleva a
Juan a escribir a Éfeso. Y Éfeso ya ha caído. El Señor le dice:
“Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde
has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y
quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. (Apoc.2:5)
El candelero es lámpara, es testimonio. El Señor dice “quitaré tu testimonio de este
lugar”. Hoy en Éfeso solo quedan ruinas. No existe más esa iglesia. Se pulverizó. Son
musulmanes todos. Porque no se arrepintieron. No volvieron a practicar las primeras
obras. El Señor les dice “recuerda de dónde has caído”. El apóstol Pablo advierte aquí
en 1ª Timoteo. ¿Cuándo cayeron? Cuando comenzaron a producir sermones, fábulas,
genealogías sin fin, comenzaron a entrar en discusiones. Cuando hombres comenzaron
a tener primacía en la iglesia. Cuando dejaron entrar el espíritu del nicolaísmo. El Señor
dijo: “Odio a los nicolaítas”. ¿Quién era Nicolás? Posiblemente, uno de los que fueron
elegidos diáconos en Jerusalén. No lo podemos afirmar, pero algunos estudiosos dicen
que podría ser él. Y tal vez Nicolás estaba en aquella reunión, en la que Pablo exhortó a
los ancianos de Éfeso por el peligro de hombres que hablarían cosas perversas para
arrastrar a los discípulos. Es impresionante que aquí en Éfeso existían las obras de los
nicolaítas, pero algunos años después en Pérgamo ya era doctrina. Se había
transformado en algo legítimo. La iglesia se desvió de la verdad, se perdió. Y nosotros
estamos bajo mucho temor de Dios, porque el apóstol Pablo escribe a Éfeso, y treinta
años después Juan escribe a Éfeso. Treinta años es el tiempo para comenzar la
decadencia de un mover de Dios. Lo más difícil no es recibir una visión, lo más difícil es
mantener una visión. Mucho más difícil es mantener la visión. Y Dios nos dio una
visión, amados.

Las primeras pocas cosas
Les quiero decir que cuando escuché estas cosas por primera vez, yo era un pastor de
una iglesia evangélica. Fueron estas cosas pocas y simples que impactaron mi corazón.
Yo quedé impresionado cuando oí hablar del Propósito Eterno, que Dios quiere una
familia de hijos parecidos a Jesús. Con hijos obedientes, sujetos, con maridos que
aman a sus esposas, esposas que se sujetan a sus maridos. Pero no tenemos ambiente
en la iglesia para estas cosas, si deseamos muchas cosas. Tenemos que mantenernos
en las pocas cosas. Para mi entender, cuando hablamos del Reino de Dios, se resume
en tres cosas: hijos que se someten a sus padres, maridos que aman a sus esposas,
esposas que se sujetan a sus maridos. Esta es la mayor expresión del reino de Dios.
Cuando miras la primera familia, ¿cuál fue el resultado? Un hombre flojo, una mujer
insujeta, un hijo muerto, y el otro asesino. Pero Dios quiere restaurar ese hogar. Con
pocas cosas. Pero no hay espacio. Queremos muchas cosas, andar en las nubes. Pablo
quedó tres años en Éfeso. Y les dice “les pasé todo el consejo de Dios”. ¿Y cuál es el
consejo de Dios? Son las cosas relacionadas con todas las áreas de nuestra vida:
finanzas, trabajo, relación con Dios, relación con los hermanos, familia, carácter
personal, principios elementales de la fe en Cristo, desarrollo del Propósito Eterno.
Esto resume nuestro papel como discipuladores, como líderes. ¿Para qué llenarnos de
tantas cosas?
Yo fui pastor de iglesia evangélica muchos años, y tenía congregaciones grandes.
Pero nunca formé un discípulo. Nunca. Hoy miro a la iglesia en Belo Horizonte, y ¡tengo
discípulos hoy! Gente que agarré en las calles, y hoy está formada en Cristo. Estamos
formando líderes, presbíteros de la congregación. Amados, ¡qué más queremos que
esto! El Espíritu Santo nos está advirtiendo para que no erremos el camino. Él advirtió
a la iglesia de Éfeso, pero ella no escuchó. Así como él advirtió a Israel; vean la
advertencia que Dios hace a Israel, mostrándoles toda la trayectoria que tendrían en el
futuro. Pero Israel no oyó. Y hoy también el Señor está advirtiendo a la Iglesia.
También mostró el futuro de la Iglesia aquí en las cartas. ¿Cómo lo vamos a hacer? Yo
me siento bajo mucho temor este tiempo. Temor de Dios. Porque en Belo Horizonte
estamos ya con diecisiete años de existencia. Pero Salvador ya tiene treinta años. Otras
localidades, veintinueve. Está llegando el momento de la declinación, de entrar en la
caída. ¡Pero no vamos a caer! Vamos a mantenernos en la visión que Dios nos ha dado.
Si hemos perdido alguna cosa, ¡volvamos! Paguemos el precio que tengamos que
pagar, ¡pero volvamos! Para que Dios nos apruebe. No nos interesan los aplausos de
hombres, queremos que Dios nos aplauda, nos honre. Yo me siento advertido, me
siento disciplinado por Dios. Dios nos está corrigiendo.
Yo les quiero decir que estoy debajo de mucho temor estos días. Porque comienzo a
mirar lo que sucedió a Israel. ¿Cuándo cayó Israel? Aquel día cuando Jesús entró en la
ciudad montado en un burrito, y los niños y personas simples clamaban “¡Bendito el
que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna!” Las autoridades, los fariseos, pedían que
se callen. Porque estaban usando una expresión que era para el Mesías. Pero Jesús
dice: “Si ellos callaren, las piedras clamarán”. Y Jesús se vuelve a Israel y dice: “Vuestra
casa os es dejada desierta, hasta el día en que digáis: ¡Hosanna, Bendito el que viene
en nombre del Señor!”. Ahora, Israel es una nación como cualquier otra.
Amados, queremos volver atrás. Y ver dónde caímos. Queremos ver de dónde hemos
caído. Queremos que Dios nos ayude, que tenga misericordia de nosotros. Que nos
corrija, nos discipline. Porque queremos recibir la aprobación de Dios cuando
lleguemos allá, en el fin.

Daniel Divano: El último día de vida de Iván (él murió el viernes 30 de diciembre) yo
estuve con él desde las 10 de la mañana hasta la 1:30 de la tarde. Él falleció a las 8, ó 9
de la noche. Por supuesto que ni imaginamos que ese era el último día de su vida. Pero
a la mañana leímos juntos las siete cartas de Apocalipsis. Él me pidió que yo las lea.
Cuando terminamos de leerlas, Iván me miró y me dijo: “- Daniel, este es Dios
advirtiendo a la Iglesia de hoy, sobre cómo son sus juicios. Cómo van a ser sus juicios a
la Iglesia. A lo que hay que prestar especial atención, es a las advertencias que Dios le
hizo a las iglesias, para no equivocarnos”. Él lo tomaba como una bondad de Dios para
la Iglesia de hoy, de conocer cómo va a ser juzgada. Porque hay posibilidad de que ese
juicio no llegue, si son atendidas las advertencias. Esa fue la última palabra que recibí
de Iván.

Oración final: Padre nuestro, te pedimos que nos ayudes a mantener esta visión que
nos diste, de una Iglesia simple, con cosas simples. Espíritu Santo de Dios, llévanos a
arrepentirnos de todo aquello que no es sencillez, de lo que no pusiste en nosotros. No
queremos hacer crecer la iglesia confiando más en nosotros mismos que en tu poder,
Señor. Ayúdanos, Señor, ten misericordia de nosotros. Que podamos ser sensibles para
no salirnos del camino. Que podamos seguir en pos de la meta, del Propósito Eterno.
Llévanos a la sencillez, a las pocas cosas. Llévanos a producir lo que tú quieres que
produzcamos: discípulos, vidas. Ten misericordia de tu iglesia, Señor. Somos
instrumentos en tus manos. Abre nuestros ojos. Que podamos entender lo que tu
Espíritu nos está mostrando a cada uno. Abre nuestros oídos. Que podamos conducir a
tu Iglesia conforme a tu Voluntad, a tu dirección. Amén.

PRINCIPIOS PARA EDIFICAR


 


PRINCIPIOS (no opcionales) PARA LA OBRA DE DIOS

I. ¿Por qué necesitamos esta enseñanza?

     Muchos hermanos creen que hay varias maneras de hacer la obra de Dios. Creen que se pueden hacer de una forma, o de otra. Unos hacen “discipulado”, otros hacen grandes reuniones; unos hacen evangelismo personal, otros hacen evangelismo en masa. Unos hacen guerra espiritual, otros hacen estudios bíblicos. Algunos otros creen que la obra de Dios debe ser hecha con una combinación de todos estos métodos.
       
      Aquellos que hacen estas afirmaciones, sólo están pensando en métodos. Este es un problema con el “discipulado”. Para muchas personas no pasa de ser un método más. El método del discipulado (que en general consiste en reunir a los discípulos y pasarles la enseñanza de un apunte).  Jesús no nos mando hacer discipulado, El nos mando hacer discípulos; y esto no es un método descartable, es un principio incuestionable para la obra de Dios.
       
    Algunos nos preguntan si  creemos tener el “método” correcto, si pensamos que todos deben copiar nuestra manera de hacer la obra. Otros llegan a acusarnos de que esto es lo que en realidad pensamos. Pero además hay otros, que sinceramente quieren hacer discípulos, y nos preguntan hasta qué punto necesitan hacer como nosotros hacemos. Quieren saber qué cosas son indispensables, y cuáles las que pueden cambiar de acuerdo a circunstancias locales en donde se trabaja. El objetivo de este estudio es traer claridad sobre estas cuestiones.    

 
II. ¿Métodos o Principios?

     Primero debemos entender algo básico: LOS MÉTODOS SON RELATIVOS, PERO LOS PRINCIPIOS SON ABSOLUTOS. Esto es, los métodos pueden cambiar de acuerdo al momento, el lugar y las circunstancias, pero los principios no cambian nunca. Los principios son incuestionables y permanentes. Por eso, descubrir y practicar principios, es fundamental en la obra de Dios.
         
    Todas nuestras prácticas y métodos deben originarse en los principios. No importa cuántas prácticas tengamos, o cuánto estas prácticas cambien, las mismas deben emanar de principios inmutables.


                     Principios------------------------------------------------- Prácticas
                    (Absolutos)                                                         (Relativas)

     Respecto a estas cosas, encontramos hoy un engaño muy común: se piensa que solo la meta es absoluta en la obra de Dios, pero que la estrategia es relativa. “lo que” Dios quiere es absoluto, pero “como” Dios quiere que lo logremos, es relativo. Lo que importa es el objetivo, pero cada uno procura  alcanzarlo de la manera que le parece bien. AFIRMAMOS QUE ESTO ES UN ENGAÑO. No podemos hacer la obra de Dios de la manera que se nos ocurra. Los objetivos de Dios son sublimes, son divinos. El no nos encarga la obra diciendo: “hagan como quieran”. Tampoco quiere decir que  nos va a dar todos los detalles sobre las prácticas. Pero nos va a orientar en cuanto a los principios de la obra, respecto “de lo que” El quiere, y “de cómo” lo quiere.

III.  Principios absolutos de la obra en general

1. EL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS.
      Ninguno puede cuestionar Ro 8:28-29. Si queremos cooperar con Dios, tenemos que trabajar en función de esto. No podemos trabajar para salvar mucha gente, llenar el salón, mantenerlos en la iglesia, tener un trabajo grande y reconocido,  etc. Si no trabajamos como Pablo (Col 1:28; Ef 4:13), no cooperamos con Dios de manera completa.

2. JESÚS ES NUESTRO ÚNICO PUNTO DE REFERENCIA.
    No debemos mirar solo a Jesucristo en la cruz, en la resurrección o en el trono. Debemos mirar a Jesús como obrero, su manera de operar, su estrategia de acción. Los hombres de éxito, los ministerios reconocidos mundialmente, no nos sirven como punto de referencia. Sólo en la medida que ellos sigan a Jesús. (Ver Mt 17:1-5; He 1:1-3).

3. LA PALABRA APOSTÓLICA ES NUESTRA ÚNICA FUENTE DE INFORMACIÓN EN CUANTO AL FUNCIONAMIENTO DE LA IGLESIA.
     El Antiguo Testamento es útil (2 Ti 3:16), pero no nos sirve como base, ya que contiene las sombras y figuras (Col 2:16,17; He 8:5; 9:23; 10:1), pero el Nuevo Testamento contiene la realidad de Jesús y de la Iglesia. Si quisiéramos edificar una nación terrena, deberíamos buscar los principios para esa obra en el A. T., pero la iglesia es una nación celestial (Efe 2:6; Hb12:22), y los principios para su edificación están en el Nuevo Testamento (Gal 4:8-11).

4. LA ORDEN DE JESÚS ES QUE HAGAMOS DISCÍPULOS. (Mt 28:18-20)
     Para entender bien qué obra es esta, tenemos que ir al Nuevo Testamento e inquirir con cuidado:
A) Qué era un discípulo para Jesús (Lc 14:26-27; 14:33; Jn 8:31; 13:34,35; 15:8);
B) Cómo Jesús hacía discípulos, qué mensaje predicaba y qué condiciones ponía (Mt 4:18,19; 9:9; 19:16-22; Lc 9:57-62; 14:26-33);
C) Cómo  cuidaba de los discípulos (Mc 3:14; Jn 17; Mt 5:1,2).
             NO PODEMOS CONSIDERAR ESTA MANERA DE TRABAJAR DE JESÚS COMO ALGO RELATIVO. DEBEMOS HACER COMO ÉL HIZO.

5. LA ÚNICA PREDICACIÓN QUE FORMA DISCÍPULOS ES LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO DEL REINO.
    Tenemos que conocer bien la diferencia entre el Evangelio del Reino y el evangelio de las ofertas. Si predicamos la salvación sin las condiciones del discipulado, no vamos a formar discípulos, sino un montón de gente sin compromiso y sumisión a Dios.

6. LA ESTRATEGIA DE DIOS PARA CUMPLIR SU PROPÓSITO ES EL SERVICIO DE TODOS LOS SANTOS.
  Si no entendemos bien Ef 4:11-16, podemos reunir mucha gente, pero nunca vamos a cooperar a fondo con el propósito de Dios revelado en Ro 8:28,29 y Ef 4:13.

7. TODO RECONOCIMIENTO DEL MINISTERIO DEBE SER POR EL FRUTO DEL SERVICIO. (Mt 7:16)
    Debe haber fruto de vidas alcanzadas, transformadas y edificadas para que alguien vaya creciendo en el ministerio. En los sectores más tradicionales de la iglesia, el reconocimiento viene a través de un curso teológico. En los sectores llamados “renovados”, el reconocimiento es por el carisma, o por la elocuencia en la enseñanza. En los tiempos del Nuevo Testamento, los presbíteros surgían en el seno de la propia iglesia, y eran reconocidos por su vida recta y por el servicio (Tit 1:5-9).

8. LOS PASTORES Y OTROS PRESBÍTEROS DEBEN SER Y HACER TODO AQUELLO QUE QUIEREN QUE  LOS DEMAS DISCÍPULOS SEAN Y HAGAN. (Hch 1:1; He 5:1-3).
   Deben ser el ejemplo, no sólo en cuanto a su santidad personal, sino también en cuanto al servicio. Deben relacionarse mediante las coyunturas y ligamentos, predicar el evangelio, hacer discípulos, edificarlos, formar iglesias en los hogares, etc.

9. TODA ENSEÑANZA DE LA ESCRITURA DEBE MANTENERSE EN LA SENCILLEZ. (2Co 11:3)
     No debemos tener un “paquete” muy grande. Pablo dio todo el consejo de Dios a los efesios en sólo tres años (Hch 20:27). Jesús mandó guardar todas las cosas que Él enseñó (no toda la Biblia). Si la Iglesia está llena de intelectualismo bíblico, o está siempre detrás de las novedades, será muy difícil edificar discípulos. La novedad en la Iglesia es que el amor y la obediencia aumentan, y muchos incrédulos se convierten al Señor.

10. TODO LA OBRA SE HACE  EN LAS CASAS. (Hch 2:46; 5:42; Ro 16:10; 1Co 16:15-19; Col 4:15)
      El Espíritu Santo llevo  la iglesia a las casas, no para que se hicieran reunioncitas  con oración, canciones y predicación, sino para que sea todo lo que la Iglesia debe ser (principalmente desarrollar el ministerio de los santos). En grandes reuniones, con mucha gente, no se puede ordenar a los santos para su ministerio. Por eso debemos reunirnos en las casas, en grupos pequeños.


IV. Principios absolutos específicos de los grupos caseros.

1. QUE SEAN GRUPOS PEQUEÑOS.
    No siempre es posible mantener los grupos tan pequeños como se desearía por causa de la lentitud en formar nuevos líderes. Pero debemos hacer todo esfuerzo en esta dirección, porque con mucha gente es muy difícil supervisar concretamente todos los ministerios del grupo.

2. QUE TODOS LOS MIEMBROS DEL GRUPO ENTIENDAN CUÁL ES LA OBRA DEL GRUPO.
    Deben tener una mente libre del “reunionismo”. Deben entender que la principal obra no es la que ocurre en el encuentro del grupo, sino la que se hace durante toda la semana, por todos los integrantes del grupo: el compañerismo, la evangelización en las calles, las visitas a los contactos, el cuidado de los discípulos, los encuentros con los discipuladores, los encuentros con el núcleo del grupo, los encuentros de lideres, los viajes a ciudades próximas, etc.

3. QUE LOS LÍDERES SEAN FORMADOS EN TODO AQUELLO QUE DEBEN PRODUCIR LOS GRUPOS.
  Si alguien no tiene una sólida experiencia de compañerismo, evangelización, edificación de discípulos, y formación de discipuladores, ¿cómo va a llevar al grupo a tener estas experiencias?

4. QUE SE TRABAJE POR NIVELES.
  Esto es porque Jesús es el modelo de la obra, y Él trabajaba por niveles: tenía las multitudes, los 500, los 120, los 70, los 12, y entre éstos, Pedro, Juan y Santiago. Para cada nivel corresponde una intensidad de acompañamiento. Podemos tener, en una determinada iglesia local, una manera especifica de distinguir los niveles en los grupos. La manera en que hacemos esto es una  relativa. Cada uno debe procurar la mejor forma de hacerlo. Pero el que no distingue niveles en el grupo, está dejando de lado un principio absoluto que se observa en el ministerio de Jesús.

5. QUE EL ENCUENTRO DEL GRUPO ESTÉ LLENO DE PARTICIPACIÓN.
     Los discípulos que son parte del grupo, no solo deben trabajar durante la semana, sino también durante los encuentros: deben participar con sus oraciones, testimonios de su trabajo, salmos, profecías etc. (1 Cor. 14:26)

6. QUE HAYA TRABAJO EN LAS CALLES.
  Jesús pasó la mayor parte de su ministerio en las calles. Mientras edificaba a sus discípulos, estaba en la calle. Esto creaba amplias posibilidades de evangelización. Discípulos miedosos, que siempre quieren quedarse dentro de casa, difícilmente van a tener continuidad en la obra. Debemos salir en grupos, salir con el (la) compañero(a), con los discípulos, con los más maduros, con todo el grupo, de todas las formas y en todas las oportunidades posibles.  

miércoles, 21 de noviembre de 2012

La cruz en el Joven cristiano.


La Cruz del Joven Cristiano
11 Nov 2012
Cristian Lopez


Quisiera compartir algunas cosas que como joven cristiano me han enseñado y que dieron orientación a mi vida. Son pensamientos acerca de algunas áreas de nuestras vidas que siempre tienen importancia, pero que entre los 20 y los 25 años, son cruciales para el resto de nuestras vidas. De ahí lo relevante de atenderlas. La charla no es un estudio, tiene muchísimo carácter testimonial, (como nunca he abierto en mi vida) y por momentos será muy cruda: algunas cosas quizás cuesten digerirlas o quizás hasta no sea posible digerirlas. Escucharla pensando en que me está quedando en todo esto..
De todo lo que comparta sin embargo, hay una que sobresale por sobre el resto y que comentaré al final de la lista.

1) La primera en la lista y la base para las que vienen me recuerda a un Proverbio que Salomon escribió y decía algo como compra la verdad y no la vendas. La Sabiduria, la inteligencia y la enseñanza. Yo utilizando su expresión diría hoy día: Jovenes amigos, en esta étapa de sus vidas tan importante y tan singular, por sobre todas las cosas no dejen de pensar en esto, no dejen de adquirir esto: Por favor, cómprense un CARÁCTER.

Por carácter no estoy pensando en una persona de malos modales. O en un temperamental, o en un tipo áspero. Esas no son las descripciones de carácter que tengo en mente.
No voy a definir que es un carácter, pero si quiero ilustrar en estos puntos como es un hombre CON carácter y uno SIN carácter.
Leer los puntos.
Como verán son cosas muy importantes para todos nosotros y quisiera hacer notar que en esta etapa de la vida, el carácter en algunas cosas ya esta fijado y en otras sigue amoldándose, de ahí la urgencia en dedicarse a construir una vida con el hábito de hacerse a uno mismo un hombre con un comportamiento de las características que mencionábamos antes.
Quiero resaltar profundamente que los beneficios y las consecuencias de tener o no un carácter formado, a lo largo de nuestras vidas, las recibiremos nosotros. Es como también dice otro Proverbio hablando de la lengua, cuando dice que la vida y la muerte están en su poder y el que la ama comerá de sus frutos. Nosotros llevaremos nuestro carácter en nuestra vida hasta la tumba o hasta las nubes, según cual sea nuestro fin, y nadie mas que nosotros será beneficiado o perjudicado por el carácter que hayamos decidido construirnos.
Porque con nuestro carácter nos relacionaremos con nuestros anhelos mas íntimos, con nuestras personas mas amadas, con nuestros compañeros de trabajo con quienes pasaremos más horas de nuestras vidas que con otras, con nuestros amigos, conocidos, etc. Si nuestro carácter no fue tratado por Dios y trabajado por el ES y puesto en la cruz por nosotros, este nos será de estorbo para todo lo que hagamos. Ej Jacob/ Israel.
¿Querés arruinar lo que hagas? Ignora cualquier obra que construya el carácter. Seguí como hasta ahora y negate a transformar lo que sos.
Voy a mencionar cuatro elementos de carácter que a mi me han orientado. Dos son internos y dos son externos. Los externos se apoyan sobre los internos.
Los externos son Amor y Firmeza. Tienen que estar presente en nuestro trato e intenciones. Amor para con los demás. Firmeza, en primer lugar para conmigo mismo, para cumplir las normas morales, las responsabilidades, la negación de mis derechos, la actitud frente a la liviandad, el pecado, lo vacio de espiritualidad. Estos dos rasgos perfectamente pueden auto equilibrarse.
Los internos son Integridad y Coherencia. Mas que cualquier otra cosa en este tiempo comprá esto!! Integridad, significa que sabemos quien sos. Que sos la misma persona que se ve, que la oculta, que la que conoces vos solo. Coherencia significa que lo que pensas y hablás, no contradice lo que vivis y decidis. No procuren tener un auto, una play, una bicicleta, unas vacaciones, un noviazgo antes que estas cosas… Son el fundamento de una vida recta que dure por décadas.
Además, hay una gracia especial que Dios añade a estas características cuando a El le place. Un aroma de sensibilidad y dulzura del que brota consuelo, gracia, riqueza interior. Estos deleites son los producidos por los quebrantos del sufrimiento. Como la perla es producida por la arenilla que lastima a la ostra, los dolores de la juventud producen en nosotros algo valioso a los ojos de Dios y un carácter mas hermoseado. En especial aquellos problemas que no se relacionan con nuestra corrección inmediata, aquellos que padecemos sin que hayamos tenido nada que ver con eso; circunstancias familiares, discordias, enfermedades, padecimientos económicos, y muchas otras maneras que la vida tiene para amargarnos un poco la existencia.. je.
Jesús fue varón de dolores, experimentado en quebranto. Entre nosotros algunos han sufrido mas que otros y por momentos, créanme que se nota. Pero esto no es algo que hay que buscar activamente como las cuatro cosas anteriores que antes comentaba, pero hay que estar atento para que seamos dóciles a lo que el Señor y el ES quieran hacer con nosotros. Entreguemos también al Señor en una disposición a sufrir pacientemente si así el lo quisiera permitir para nuestro bien.
Esto es necesario pero no es comparable a lo ultimo que voy a decirles..

2) Lo segundo que voy a mencionar como parte de nuestra cruz juvenil es la necesidad de hacernos de un BUEN TESTIMONIO
Hay un Proverbio que dice: “aún el joven es conocido por sus hechos cuando su conducta fuere limpia y recta”. En esta etapa de nuestras vidas es donde las decisiones que tomamos en cuanto a estudio. Trabajo, responsabilidades, pureza, respeto, van a formar parte de nuestro futuro.
Una buena familia cristiana y buen liderazgo cristiano, se asienta sobre un buen testimonio. Y eso se construye desde joven. Conozco casos de personas que aún en la congregación estuvieron en su juventud y que no construyeron una buena fama de ser buenos cristianos en esa edad, sino que se hicieron conocidos por otras cosas o cualidades. A pesar de haber cambiado y de haberse arrepentido de algunas de esas cosas, hoy día les cuesta despegarse de esa fama adquirida durante la juventud.
La fama la vamos a tener queramos o no. El asunto es: ¿Por qué rasgo quisiera ser conocido? Por mi sentido del humor? Por mi mal carácter? Por que me vendo como el mas lindo? O como el mas popular? O pq soy el campeón de los comentarios acidos? O el que mas sabe de determinado tema? Por lo que consegui con mi trabajo?.. No están mal estas cosas.. si es que vienen después de que sea conocido por mi profundo e innegable amor por Cristo.
Nuestra luz tiene que alumbrar la Iglesia como alumbro la de Timoteo. Y alumbrar al mundo como alumbraron Daniel, José, David en sus juventudes. Y porque no Jeremias también.
Si no tenemos un buen nombre sobre nuestras cabezas, cuanto limitaremos al Señor en su plan de salvación al mundo.. tiemblo con la idea de que podemos desprestigiarlo y tirar por la borda todo lo que el puede hacer por los inconversos por una mala decisión que yo tome..
Considerad dice un pasaje sobre los pastores el resultado de su conducta.. e imitad su fe…
Lo mejor esta al final.

3) Lo tercero que quiero remarcar y enfatizar es que como varones tenemos la posibilidad de diseñar un futuro ordenado y previsor. 

Pero es posibilidad es también del otro lado una responsabilidad. La responsabilidad de tener entre los 25 y los 28 o 30 años un oficio o profesión con el que sepamos que vamos a encarar la vida. Y digo así primero encarar la vida y luego encarar a la fulana… porque no somos ignorantes de los propósitos de Dios con la familia y con el rol del varón para invertir los términos… Dios nos mostró lo que espera de nosotros como hombres y debemos prepararnos para eso.
Terminar la carrera o aprender un oficio o profesión. Somos futuros proveedores de cuatro o cinco personas que dependerán de nosotros para su subsistencia. Sintamos ese peso de responsabilidad que cae sobre nosotros y pensemos si vamos a tener en nuestras vidas un mejor momento que este para prepararnos, no.
Quiero abusar de una expresión grosera para despertarnos de algún sueño que algunos de nosotros podamos tener en este tiempillo, no esta dirigida a nadie en particular, solo pretendo alarmar... y lo digo en este marco de confianza y aprovechando que somos todos varones y jóvenes y les pido que no lo saquen de este espacio… y les traigo mi experiencia como estudiante universitario que durante 10 años estudio en una facutad publica y trabajo desde el segundo, les quiero decir que para recibirse; hay que ponerle garra. Si, no queda otra. Se que es chocante. Pero es el camino, mucho mas si estudias algo de 5 años. Mas incluso si trabajas. ..¿O alguien piensa que por ser buenas personas nos vamos a recibir? ¿O alguien cree que por ser hijos de Dios la facultad la vamos a pasar de taquito?.. Les digo que no, sino ponen lo que tienen que poner, no se van a recibir. No van a terminar la carrera. No van a llegar al titulo.
No es el único camino. Uno puede elegir una profesión u oficio y con eso hoy en dia se gana a veces mas dinero que con un titulo universitario. Sean inteligentes. Y si no queda otra, sino hay titulo o profesión, cosa criticable en un joven cristiano que pudo haberse preparado, si tenemos carácter y buen testimonio podremos encontrar un medio para progresar. Todo se relaciona…
Si alguien tiene una abuela o padres generosos, pídanle que le paguen un bauen o un cooperativa de vivienda Rosario.. Haganse la pregunta, y respóndanla por favor.. ¿Dónde viviré cuando me vaya de casa? Se que Dios es soberano, pero se que no podemos dejar de hacer trabajar el talento que nos ha dado, sean cinco neuronas, dos, o tan solo una. Quizas como lideres cristianos no siempre vamos a estar hablándoles de estas cosas, pero es un gran aporte traerles estas preguntas para que no los agarré del día de mañana desprevenidos. Vayamos dando una idea a esta pregunta a esta edad, los treinta llegan rápido, a esta edad uno esta muy activo y el tiempo vuela, pero si tomamos alguna decisión sabia en este tiempo, también va a tener un impacto poderosísimo en nuestros próximos años.
Lo mejor está por venir.

4) Relación con los padres. 

Este es el momento en donde se puede empezar a disfrutar de la familia desde otra perspectiva. Cuando eramos niño, la distancia entre nuestros padres y nosotros era muy grande lógicamente. En la adolescencia nos distanciamos de ellos y nos acercamos a nuestros amigos.. En la juventud, seremos sabios si comenzamos un camino de retorno que nos posicione bien para el resto de nuestras vidas. No estoy hablando de padres cristianos o incorversos, sino de padres en general, porque este sencillo proceso se da naturalmente en mayor parte de las personas.
Permitanme decirles algo de lo mas fuerte de la tarde: Nuestros padres se van a morir. Y no podremos evitarlo. Entonces sabiendo esto, vivamos con la perspectiva de que el tiempo pasa rápido y muchas veces no se cicatrizan a tiempo las heridas, ni los golpes se curan antes de que la muerte llegue.
Excluiré la predicación del evangelio. Porque cada situación ahí comienza a ser diferente y no hay tantas posibilidades de generalizar. Y porque esto que voy a decir es una plataforma fuerte para dicha predicación; Amemos a nuestros padres. Nuestro desafió es ese, amarles, imperfectos y por momentos estúpidos como son, pero amarles. Y que lo sientan. No alcanza con amar, es necesario que se sepan amados para que eso tenga efecto sanador en sus vidas y en nuestras relaciones.
Dios proveerá de situaciones si tenemos este anhelo en nuestro corazón: Incluso me atrevo a decir que Dios tiene todo poder para concedernos respuestas especiales a nuestros deseos del corazón. Como por ej, lo que pasó cuando fui a visitar a mi abuela un viernes de Junio del 2000…
Ora por ellos.. y acercate. . Atesorar buenos momentos.. para que cuando las personas falten, agradezcamos a Dios por ello.
Quiero dar un paso mas en este sentido y volverme mas incisivo y agudo. Y cortar algunas fibras para que crezcan otras…
Les digo que no tenemos que acercarnos mas a nuestros padres por igual. No. Tenemos que acercarnos mas a nuestro papá, que a nuestra mamá. Tenemos que dar un paso a nuestra madre y dos a nuestro papá. Dos a nuestra mamá y cuatro a nuestro papá. Porque la mayor distancia la generamos en nuestro corazón y en nuestras vidas, con nuestro padre. La mama, siempre se va a pelear con nosotros y mas de una vez nos va a ser la vida imposible. Verdaderamente, por momento se ponen insoportables.. aún a Jesús le costo con María en las bodas de Canaa.. pero asi y todo siempre nos van a amar y a dar cariño, y eso a nosotros nos basta..
Pero a nuestros padres les pedimos más. Y siempre vamos a tener motivos para menospreciarlo en nuestro corazón; siempre vamos a tener presente sus fallas para con nosotros o con nuestra mama o con nuestra familia. Es imposible que no pensemos que en su lugar lo vamos a hacer mejor que el. Y eso genera distancia. Y nos podemos volver críticos, porque nos decimos a nosotros mismos: yo no voy a ser como mi papa, a mi papá le faltó amor. O por el contrario, le faltó firmeza. O bien, mi papá siempre se dedico al trabajo.. o peor, mi papá nos hizo padecer necesidades.. mi papá fue un ausente.. casi ni se comunicaba.. o mi papa era un invasivo, intimidaba a toda la familia.. mi papá era un egoísta.. o mi papa corría para todos y se olvidaba de nosotros… Siempre vamos a encontrar motivos para alejarnos... Y muchas veces no solo motivos sino también heridas. Consecuencias de sus malas decisiones y de sus pecados, nos hemos vuelto lastimados. Tenemos que recuperar el perdón para ellos y para nosotros. Tenemos que sanarnos y admitir que nos ha dolido y perdonar para que el resentimiento no gane nada en nuestro corazón.
Sus heridas todos las hemos sufrido y esta es la edad en donde podemos, perdonar, y libertarnos de todo rencor, de todo padecer y quizás hasta llevar vida a nuestro padre.
Acerquémonos a ellos, si los tenemos. Tengamos presente que la mujer al principio une a la familia, pero después, interfiere, siempre habla mucho. Desayunemos con ellos, miremos futbol, comamos, compartamos algo solo entre ellos y nosotros.
Dios bendecirá estos deseos de manera generosa y asombrosa. Gracias a El, entre los 22 y 23 tuve un cambio en mi actitud en este sentido.. Experiencia el 29 de Septiembre 2001. El último Sábado en casa de mi padre…
Lo mejor esta al final.

5) Conocimiento.

 Pablo fue de joven instruido a los pies de Gamaliel, Jesús a los doce ya estaba pensando como grande.. Sería un aporte si esta etapa vislumbramos nuestro futuro y trabajamos en obtener sabiduría, conocimiento práctico de Dios y también de la Biblia.
Es un tiempo espectacular para poner en nuestra mente conceptos, recuerdos y referencias que duren para toda la vida. Una buena inversión en nuestro crecimiento mental en estas cuestiones bíblicas y espirituales nos ayudara cuando de edificar y conducir vidas se trate. Es una edad ideal.
Ej Cal cuando teníamos que vender la empresa. Conocimiento y dominio del tema.
Ser expertos en las herramientas con las cuales edificar las vidas. Los 10 pecados. Que en realidad son pocos, falta la idolatría, la pereza, la incredulidad, etc. El Proposito eterno de Dios, El Reino de Dios.. ser hábiles en estas cosas. Capos. Magistrales.
No todos harán caso a esto, pero algunos además profundizaran sobre estas cosas y añadirán algunas otras… esos, serán sus líderes en el futuro. Los que se preparan para dar respuesta. Recuerden esto, porque es una máxima que me ha guiado siempre; un líder, un maestro, es tan grande como las preguntas que responde. Eso determina la trascendencia de un liderazgo y de su sabiduría. Ej. Un sindicalista, Ej Jesús, cada uno responde según su domino. ¿Qué preguntas seré capaces de responder..?
Porque tiene importancia esto? Por lo que busca la gente en Comunidad. ¿Qué busca el que va a Mc Donalds? Pastas? No!! Y el que va a Comunity church, principalmente va a encontrarse con un cambio en el modo de vivir como consecuencia del gobierno de Dios sobre su vida. Esa es nuestra especialidad. Por eso lo importante de la consejería y la sabiduría en medio nuestro. Edificamos con estas cosas..
La luz del que se prepara, alumbrará el camino de las muchedumbres.

6) Cuidado del cuerpo. 
El cuerpo es de Dios. Y la calidad de vida que tengamos por delante tiene directa relación con el cuidado y fortaleza que tenga nuestro cuerpo. Si pretendemos ser personas sanas y activas durante los 30 a 50 años, podemos tomar acciones en esta edad…
Hay algunos casados que se descuidan en este aspecto. Esta mal. Es porque no se dan cuenta que el cuerpo no es solo estética, es salud. Y la salud es vida. Y la vida es de Cristo. Deberiamos agregar dentro de los puntos del Señorio de Cristo este aspecto, nuestros cuerpos no nos pertenecen y tenemos que darle el cuidado que le daríamos al cuerpo de Jesús…
Los casados que se dejan, tienen una posibilidad para remediar su negligencia en esta área: Sus esposas. Ya que ellas son su ayuda idónea. Por eso y con una buena comunicación, ellas debieran colaborar con sus maridos para que no suban de peso, para que se cuiden en sus problemas físicos. Por qué sino hacen esto: ¿De quien son ayuda entonces..?!! Sino suplen las negligencias de su marido.. ¿A quien ayudan? Y si el marido no le permite ejercer su rol…¿Para que se casó..?! para tener sexo cada tanto..??!!
Hay otro sentido en donde el cuerpo comienza a cobrar relevancia y es formando parte de nuestra persona. El cuerpo es una parte nuestra. Somos espíritus, pero habitamos en un cuerpo con el que estamos neuroconectados. Por eso, una actividad que potencie y que vigorice nuestros cuerpos tienen un impacto positivo, sobre otros aspectos de nosotros, como los pensamientos y incluso los sentimientos.. al igual que si hacemos algo negativo puede tener consecuencias trágicas en lo espiritual. Pero siempre nos centramos en lo negativo. En no hacer pecado con el cuerpo. Pero si el cuerpo esta conectado para lo malo, seamos conscientes que también puede haber una conexión estimulante y legitima que podemos usar y que Dios así lo ha diseñado desde el inicio.
Ahora si.. hemos llegado al final. A lo mejor de la charla. Al punto máximo. Al que por si vale matemáticamente mas que todos los anteriores. Al que puede justificar nuestro paso por la juventud y otorgarle sentido, valía y propósito. Algo que por favor, pero por favor, les ruego que no dejen de experimentar en esta etapa de sus vidas. Quiero que hagan esto...

7) Hagamos Discípulos.

 La máxima obra del ser Humano. Dar a luz, criar, sostener, formar y presentar a una persona ante Dios, con la imagen de su Amado Hijo, Jesucristo. Le vamos a llevar al Padre un humano con el reflejo de su Gloria..!! Todo lo demás tiene sentido, para que hagamos esto. Es como Messi sacándose de encima rivales, para en algún momento, pegarle al arco y hacer el gol. Pegarle al arco, es predicar el evangelio. Hacer el gol, es obra del ES, pero lo festejamos nosotros...jajaja.
No puedo exagerar la importancia de esto al tratarse de algo que llega a la eternidad… donde no hay límite de tiempo. Por eso es que comparado con este punto, todos los otros que son importantísimos y necesarios, quedan disminuidos. Quedan relativizados por este que es trascendente y es urgente.
Es trascendente, porque nos excede a nosotros mismos. Nos sobrepasa. Lo demás nos queda. Pero esto no. Es trascendente porque su resultado quizás no lo veamos cumplido.. quizás no seamos conscientes de las consecuencias de lo que sembremos.. Es un milagro al que hemos sido invitados a participar, por soberanía de la Santísima Trinidad.
Y es urgente porque hay un enemigo mortal. Es el diablo. Y también el pecado de nuestros corazones, y juntos forman ese velo corrupto que impide que el Evangelio brille en los ojos del hombre.
Nuestro mayor aporte a la humanidad es Cristo! Que más podemos dar..? Quiero contarles que las tres personas a las que mas les debo en esta vida son: mi Papá, mi Mamá y a quien me predico el Evangelio 19 años atrás. Silvio Galvano. Nunca podré saldar esa deuda. Jamás. Nada de lo que haga se comparará con que me haya rescatado del infierno. Podria venir todos los días y ofenderme, ultrajarme, podría insultar a mi familia, maltratarla y aún así, yo sería su deudor. Porque nada es más importante que el ayudar a reconciliar a un pecador con Cristo. Hablar de estos testimonios para alentar la fe y la evangelización. No solo hablar de Marcos Moraes, Ivan Baker o Spurgeon.. hablar de nuestros padres en la fe..!
Por supuesto, también esta la edificación, que continua y sostiene esa obra. Por supuesto. Pero hay algo especial en quien habla. Me convertí porque un día Silvio Galvano me predico y me pasó a buscar por mi casa, y no hay nada con que pueda saldar ese gesto que el tuvo para conmigo. Lo que hizo tuvo un impacto eterno, en mi alma, un impacto terrenal, en mi vida y un impacto colateral, en mis conocidos. He pensado y quizás la única manera en que pueda equiparlo es si por ej, algún dia el tiene a uno de sus hijos perdidos y yo lo conduzco a Cristo… como para igualar los impactos. Pero nunca deseare que algo así pueda suceder.
Durante mucho tiempo en mi vida pasada tuve conciencia del infierno. Vivía bien, pero quería hacer la mía, aunque tenia un fuerte sentido de la justicia divina y de sus consecuencias. Cuando me hablaron entendí que Dios me estaba llamando y no me atreví a resistirme. Intuía que si lo hacia me iba a perjudicar a mi mismo. Desde entonces, jamás nos separamos.
Hoy traigo un poquito de conciencia del infierno, como una sal. No es necesario que todo el tiempo vivamos pensando en esto. No nos haría bien y no es la voluntad de Dios. Pero es como una pizca de sal.. que da sentido al plato. Y esta pequeña conciencia en esta etapa de la juventud es muy valiosa, porque puede llevarnos a la acción, puede mentalizarnos para dar nuestras vidas por el evangelio. Para salvar a otros. Para hacer de su salvación nuestra alegría. Ej Leandro cuando en el Parque España dijo que alguien había creído.. quiero condicionar en un pequeño porcentaje mi sentido de felicidad, a la salvación de los hombres. Quiero que en mi vida esto sea importante. Al punto tal que si no estoy haciendo algo en pos de eso, no me permita ser feliz. Aunque no carezca de nada. No quiero tener tranquilidad en mi vida sin tener intranquilidad por los perdidos.
Seamos Silvios. Seamos Mensajeros!! Prediquemos. Oremos. Creamos que Dios va a hacer el gol. Gambeteemos los otros temas. Pateemos al arco. 

Vivamos humildemente, haciendo cosas gloriosas. 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un corazón que agrada a Dios.



UN CORAZÓN QUE AGRADA A DIOS 
MARCOS MORAES – 11 DE OCTUBRE DE 2012

Introducción
Yo no comenzaré con un texto específico sino que leeré pasajes del Antiguo Testamento. Una de las cosas que más pesan en mi corazón en los últimos dos o tres años (quizás como resultado del tema de mirar a Jesús, de estar con los ojos puestos en Él), y que me ha llamado la atención, es Jesús en relación al Padre, a su Padre. Porque esta era la gran conversación de Jesús. El gran tema de Jesús no era el Reino, sino el Padre. Y para que el Padre volviera a ser padre era necesario que volviera a tener Reino, porque no podía ser Padre de rebeldes.
Por eso es que necesitamos del Reino de Dios sobre nuestras vidas; pero la intención de Dios, desde el principio, fue el ser Padre.


Jesús hablaba del Padre más que de cualquier otra cosa. Me encanta, cuando leo el evangelio de Juan, las cosas que dice del Padre y de la relación que tenía con él. Me llamó la atención que encontré una sola vez que declara que Él ama al Padre. No encontré otro texto, aunque busqué insistentemente en las concordancias.


Jesús, la felicidad del Padre
Y me puse a meditar, y me di cuenta que Jesús no necesitaba decir que amaba al Padre, porque lo expresaba de una forma mucho más elocuente. Y me parece que con esto nos empieza a comunicar cuál es el amor que realmente tiene por el Padre.

El norte de la mente, del corazón, de la vida, para Jesús, era agradar al Padre. Él dijo: “Yo hago siempre lo que le agrada”. Y también: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió. Es fuerte la figura que usó aquí. Porque no hay en nuestra naturaleza nada más fuerte que el deseo de comer cuando tenemos hambre. Uno logra subsistir aún sin amor, pero sin comida, sin pan, no se puede. Y Jesús usó esta figura. Me puse a imaginar, por ejemplo cuando hacemos un ayuno largo y va llegando la hora de comer… Salimos del trabajo, llegamos a casa, tal vez ni nos bañamos, primero comemos, porque no aguantamos las ganas de comer. Es, yo creo, en la naturaleza humana, la fuerza mayor que hay. No hay ninguna otra fuerza como el deseo de comer. Es nuestra necesidad como seres humanos.

Y Jesús usó esta figura para ejemplificar su relación con el Padre. Es como si nos dijera: “Así como Uds. tienen deseo de comer, desesperación por comer cuando están mucho tiempo en ayunas, así está mi corazón, todo el tiempo, por hacer la voluntad de mi Papá, por agradar a mi Papá.”

Entonces empiezo a pensar que quizás esta sería la más definitiva y fuerte forma de amor entre dos personas. Dedicar la vida a agradar al otro. ¿Cómo sé que amo a mi esposa, Rejane? Porque hay algo dentro mío que me obliga a querer agradarla. Quiero que ella esté feliz. Su felicidad es mi felicidad. Es algo que está dentro de mí. Y Jesús dijo: “Yo hago siempre lo que le agrada”.

Lo que más agradó al Padre fue que Jesús, siendo el Verbo que estuvo con Él desde el principio, se anonadó, se despojó a sí mismo. Dios buscaba esta característica en la criatura, y no la encontraba. La quería ver en un hombre, pero no había ninguno. Y cuando la vio en Cristo, se regocijó por tener un Hijo así.
Cuando decimos que el Propósito Eterno de Dios es hacernos como Jesús, tenemos que recordar siempre que en primer lugar, no es tanto hacer como Jesús hizo: esto viene por consecuencia. Podemos estar siempre buscando hacer lo que Jesús hizo, buscando tener una vida como la suya. Pero toda la vida de Jesús, todo lo que hacía, era un reflejo del estado de su corazón. Podríamos decir que Jesús no podía vivir con la idea de que el Padre no estuviera contento. Sería la mayor tristeza de Jesús que el Padre no estuviera contento. Y la alegría de Jesús era que el Padre estuviera feliz.

Entonces, si queremos crecer a la imagen de Jesucristo, creo que siempre tenemos que volver a lo mismo. Volver a esta pregunta, buscar que el Espíritu Santo nos esté examinando. ¿Para qué vivo? ¿Por qué vivo? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Cuál es la motivación de vida que tengo?

Porque creo que lo que Dios está buscando es que nuestra motivación de vida sea igual a la que tenía Jesús. Y Jesús buscaba la felicidad de su Padre más que nada, porque lo conocía. Conocía la intimidad del Padre, cuán digno era, y cuán propio era que el Padre fuese agradado.

Muchas veces habló del conocimiento que tenía del Padre. Yo creo que nuestro conocimiento de Dios tiene que llevarnos a agradarle. Conocerlo hasta el punto que todo nuestro ser esté tomado por esta esclavitud. O sea, ser esclavos de este sentir: ya no quiero vivir más, no me interesa vivir, no me interesa nada sino consagrar mi vida para que sea agradable a Él.


El corazón de David

Últimamente empecé a meditar en un personaje de la Biblia que no fue Jesús, pero que tuvo muy marcados algunos rasgos del carácter de Cristo. Aunque pecó terriblemente, tenía algo en su interior tan fuerte, que el Padre llegó a decir que fue según su corazón. Según el corazón de Dios. Estoy hablando de David.

Comencé a orar: “-Bueno Dios, si David era según tu corazón, necesito entender qué tenía. Porque si tiene cosas que yo no tengo, las necesito tener. De lo contrario, ¿cómo puedo ser según tu corazón?”. Porque lo que el Espíritu clama dentro de nosotros es que seamos según el corazón de Dios. Este es el clamor del Espíritu. Está dentro de nosotros intercediendo, y llevando todo nuestro hombre interior a buscar más que nada, ser agradables al Padre.


La relación de David con Dios

En la penúltima vez que hice una lectura del Antiguo Testamento, me impresionaron algunas cosas en la relación de David con Dios, y de Dios con David. Algunos aspectos que no había observado. Estaba enamorado del enamoramiento que David tenía por Jehová, y que Jehová tenía por David.

Me acuerdo que fui tomado por un gran llanto cuando leí que David pecó contra su amigo de la manera que lo hizo: cómo violentó la amistad que tenían, cómo agredió David la amistad haciendo lo que hizo. Jamás pensé que que alguien podía llorar sintiendo lástima por Dios. Yo pensaba: ¿Alguien puede tener pena por Dios?

Pero seguí la lectura, y vi todo el castigo terrible. La mano de Dios cayó sobre David de una forma espantosa. En su casa, en su familia. Si me sucediera algo así, entraría en una depresión para siempre. Imagínate: un hijo viola a la hermana, después viene otro y lo mata. Después otro hijo quiere el trono del padre. Toda una catástrofe. Fue un juicio sobre la casa de David muy fuerte.

Pero sigue la historia. Pasan cincuenta años, cien, doscientos, y Dios sigue hablando de David. Tres siglos después, Dios seguía comparando a cada rey con David. Si fue o no fue como él. Decía: “No me gustó porque no fuiste como mi siervo David”. Siempre comparándolos con este rey que había sido en un momento tan malo, y pecado de forma tan seria.


Una comparación con Saúl

También me alertó Evangevaldo, uno de los pastores en Salvador, haciendo una comparación con Saúl. No sé si nosotros juzgaríamos como juzga Dios. Yo pensé: Si hubiera uno en mi congregación uno que obedeció la orden pero no de forma completa, que no fue totalmente obediente; que le mandé a matar todos pero mató a casi todos, todo excepto el rey y parte del ganado, yo lo disciplinaría. Pero Dios dijo: No quiero nada con Saúl.

Pero si hubiera un hermano que adulteró con la esposa de otro hermano, que además buscó la manera de matar al esposo, yo diría: Peor, mucho peor que el primero. Al primero le daría una disciplina grande. Pero a este, que cometió el mismo pecado que David, le daría diez veces más.
Pero Dios no vio la cosa como yo la vería. Dios estaba cansado de Saúl. Y después, tuvo muchos problemas con David, pero lo perdonó. Y siguió con su reino. ¿Qué pasó ahí? ¿Qué tenía este hombre? ¿Qué fue lo que hizo para que Dios estuviera tan contento con él, siendo que su pecado no fue nada menor que el de Saúl?



La “visión” de David

Miremos el Salmo 132:3-5. Es una de las explicaciones de la amistad tan grande entre Jehová y David:

No entraré en la morada de mi casa,
Ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
No daré sueño a mis ojos,
Ni a mis párpados adormecimiento,
Hasta que halle lugar para Jehová,
Morada para el Fuerte de Jacob.”

Me parece que había algo que reinaba en el corazón de David. Él tuvo una visión. No como la que tenemos nosotros, que recibimos de los apóstoles Pablo, Pedro y los demás. David no tenía una visión del Propósito Eterno como nosotros. Pero tenía una visión.

La visión de David, más que nada, era: Jehová habitando en Israel, teniendo Gloria en medio de su pueblo. Ser conocido por su pueblo y ser conocido en los pueblos por la Gloria que tenía en Israel. En la dispensación en que vivía, eso dependía de una casa donde Dios haría su morada: El Templo. Y fue la razón de la vida de David: Construir lugar para Jehová. Que Jehová tuviera la Gloria que merecía tener en Israel. Y para eso, necesitaba un templo.

Pero Dios dijo a David: “Tú no me vas a construir casa, porque tus manos están llenas de sangre”. Y no vemos a David reclamando nada. Poco le importaba si la casa se haría bajo su reinado, bajo el reinado de su hijo, o cuando fuera. Lo que le importaba era que Dios tuviera esa casa.

Cuando Dios le dijo que no, él no tuvo problema. Y comenzó a dedicar su vida a abastecer a Salomón de todo lo necesario para que él construyera el templo. El resto de la vida de David se consumió en poner en mano de su hijo, los materiales para que Dios tuviera su presencia y su Gloria en Israel.

Me parece que el corazón de David queda aún más evidenciado cuando lo comparamos con otro rey muy bueno, como Ezequías.



Una comparación con el rey Ezequías

¿Por qué hacer una comparación con Ezequías? Porque fue un rey muy justo. Leamos 2 Reyes 18:3

Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.”

Está comparando la acción de Ezequías con el comportamiento de David. Y luego comienza a hablar de un montón de logros que tienen que ver con la acción de Ezequías:

Él quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán.” V. 4

Aquí nos muestra que luchó contra la idolatría.

En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.” V. 5

Puso su confianza en Jehová. Además, hace una comparación que parecería que es superior a David, porque dice: ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.Incluye a David y lo pone sobre él, porque dice que antes no hubo otro igual.

Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.” V. 6

¡Qué hombre! Había muchos idólatras. Y, de repente, surgía uno como Josías, y después otro como Ezequías. Este fue un hombre, en muchas cosas, como David.


El corazón de un rey bueno

En el capitulo 19 se narra la historia con Senaquerib, rey de Asiria, quien invadió la nación e hizo amenazas diciendo que Jehová no los podría defender, porque ningún dios de ninguna nación había podido. Llega al vs. 34, cuando Dios dice a Ezequías que lo libraría de Senaquerib, que lo salvaría, que no permitiría que este rey lograra sus objetivos. Dice así:

Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.” V. 34

Aquí se nos muestra que Ezequías no fue superior a David, porque dice: “te voy a salvar por amor a mí mismo y a David”. Lo mismo dice en 2 Reyes 20:6:

Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.”

Pero a continuación sigue una historia que, según mi óptica, mostrará que este rey justo, bueno, obediente, no tenía el corazón como David.

Después de estar enfermo, después de lo de Senaquerib, en 2 Reyes 20:17 viene un juicio. Y no es el comportamiento de Ezequías lo que se va a manifestar, sino su corazón. Y lo que le interesa a Dios, más que cualquier cosa, es el estado del corazón:

He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.” 2 Reyes 20:17-18

Pero Dios había prometido que en los días de Ezequías no sucedería. Se cumpliría en los días de sus hijos. Leamos el siguiente versículo:

Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.”
V.19

Aquí se descubre el corazón de este rey. Donde está el gran contraste. El rasgo más importante en la vida de David, que agradó tanto a Jehová, fue que no estaba buscando de ninguna manera su propia gloria. Y era un rasgo verdadero. El corazón de David quería la Gloria de Jehová en Israel. A él no le importaba si sería en sus días o no. No le importaba si sería con su hijo. Le importaba que Jehová tuviera la Gloria de la cual era digno. Es es lo que gobernaba el corazón de David en su relación con Jehová.

El corazón de David

Así fue toda su vida. Cuando enfrentó a Goliat, por ejemplo, dijo: “¿Cómo puede este hombre hablar así del ejército del Dios vivo? No puede hablar del ejército de Jehová de esta forma”.

Era lo que gobernaba las acciones de David. Agradar al Señor. En esto, David era semejante a Jesús. Porque así Jesús fue agradable al Padre. Viniendo para ser una criatura que rechazó toda Gloria para sí mismo, que solo buscó la Gloria para Dios.

Este rasgo lo tenía David, y no lo tenía Ezequías. Aunque no pecó como David. El peor pecado que la Biblia puede referir en contra de Ezequías fue la exhibición de sus tesoros al rey de Babilonia. Fue lo peor, no hizo nada más serio.
¿Pero por qué, 300 años después, Dios no compara a los reyes con Ezequías sino con David? Porque David tenía aquello que Dios está buscando en el hombre: Gente que lo ame.

Solo hay una forma de amar realmente a Dios: Vivir, desde nuestro interior, para su Gloria. Tener este sentir gobernando dentro nuestro. Y entiendo que es es el clamor del Espíritu Santo en nuestro corazón. Es lo que quiere hacer el Espíritu Santo: Que nuestra vida esté entregada a agradarlo.



¿Cómo podemos tener este corazón?
Podemos hacer una pregunta práctica: ¿Cómo podemos tener hoy un corazón conforme al corazón de Dios? Lo diría de la forma más sencilla posible:

1- Buscar, de todo corazón, la indispensable ayuda del Espíritu Santo. Para que nuestro hombre interior sea gobernado por este sentir. Que Dios nos libre de las cosas, dentro de nosotros, que compiten con el clamor del Espíritu para que seamos como fue Jesús, como también fue David.

2- Mirar a Jesús. Nos ayuda muchísimo. Algunos de ustedes me lo han oído predicar. La mejor herramienta que conozco, hasta hoy, es mirar a Cristo. Mirarle a Él, cómo es Él. Porque es encantador, es apasionante. Contemplarle produce un efecto cautivante.

Dios quiere que le amemos. Pero somos muy malos para amar, no sabemos cómo. ¿Cómo voy a amar siendo tan inepto? Llego a la conclusión de que el amor no viene porque nos volvamos capaces para amar. El amor viene porque vamos descubriendo cuán fácil de amar es Él. Nos vamos dando cuenta cada vez más a fondo, cada vez de forma más dominante, cuán amable es y qué ridículo es vivir para otra cosa que no sea amarle y agradarle a Él. No es porque sabemos amar, sino porque Jesús es amable.

El peor hombre, el más duro, si se pone a mirar a Jesús, no va a tener salida. Si comienza a mirar a Jesús, lo va a amar, porque es amable.

3- Dar oído vivo a su voz. David tenía una visión. Nosotros hemos recibido una visión. Tenemos de Dios una visión, que nos dieron los apóstoles, que los antiguos no tenían. Los de antes de Jesús no tenían esta visión. Pero después, por medio del Espíritu Santo, la visión fue dada a los apóstoles, y la recibimos.


Si nos ha sido revelada la visión, debemos decir como David: “No me doy descanso, no puedo estar en paz, no puedo estar cómodo, no me puedo sentir bien, si esta visión no se cumple.” La visión es para la Gloria de Dios, la visión es para agradar a Dios. Para que Dios tenga la familia que merece tener.


Un corazón para Dios y el Propósito Eterno

Entonces, en esto podemos ser como David. Podemos disponer nuestra vida por completo para la visión de la Familia Eterna, y transmitirla.
Dios necesita que se levanten muchos profetas para hablar de la visión. Pero no se necesita ser un gran vidente o un experto, para ser profeta. Solamente hay que tener un corazón para Él. Estamos hablando de dos cosas: conocer el Propósito Eterno de Dios, y tener un corazón totalmente entregado a su Propósito.

Debemos dedicar la vida a la visión. El año pasado Daniel Divano estuvo en Florida. Lo invitamos desde Boston para que subiera y estuviera con nosotros. Estuvo ahí dos o tres reuniones con la congregación. La gente esperaba oírlo, y él dijo: “No tengo nada que hablar, solo del Propósito Eterno de Dios”. Le respondieron: “Por favor, háblanos todo lo que puedas”. Qué importante y qué maravilloso poder oír otra vez. Me daban ganas de decir: “Prohibido por tres años hablar de cualquier otra cosa”.
Tenemos que comprender que no hay otra manera de agradar a Dios. No hay otra forma de que nuestra vida tenga valor. No es posible que nuestra vida sea agradable a Dios si no está absolutamente consagrada a este Propósito.


La fábrica de motivaciones
No debemos desistir nunca; no debemos permitir que otros intereses entren y ganen lugar en nuestro corazón. Hermano, cuida tu corazón porque la Palabra de Dios dice que “de él proceden las fuentes de la vida”.* ¿Qué es la fuente de la vida? Son las motivaciones. Y descubro que mi mente es una fábrica de ideas, pero mi corazón es una fábrica de motivaciones. Es una fábrica que siempre quiere producir alguna motivación.

El otro día me puse delante de la congregación a examinar mi vida, y las motivaciones de vida desde mi conversión. Fue vergonzoso, pero tuve que decirlo. Yo tenía una relación muy estrecha con mi discipulador, Moacir. El pobre me aguantaba porque yo absorbía todo su tiempo. Me acuerdo de situaciones en las que iba a su casa después del trabajo, su esposa ponía la cena, comíamos. Y después sacábamos la Biblia, los libros y había preguntas. A las 12 de la noche la esposa decía: “¿Quieren otra cena?”. Y nosotros decíamos: “Bueno, queremos”. Sacábamos la Biblia, comíamos. Y después seguíamos con la Biblia, y así, hasta las 5 de la mañana. Era una locura.

Un día, escuché a Moacir decir de mí a otro pastor: “Este es el mejor de los discípulos que tengo”. ¿Saben qué sucedió? Mi corazón se alimentó de lo que oí. Permití que mi corazón comiera esa comida. Mucho tiempo de mi vida hice las cosas para agradar a mi discipulador.

Dios me mostró lo que me sucedió en esa época. Nuestro corazón es una fábrica de motivaciones. Y cada una viene para competir con la motivación básica que el Espíritu quiere poner en nuestras vidas. Hay que estar siempre preparados con la tijera para cortar esas cosas que surgen. Algunos no se dan cuenta, y después necesitan un hacha. Es terrible. Hay que cortar con la tijera. Después, cuando no se puede con la tijera, vienen los hermanos, quieren cortar, y no lo logran, Entonces vienen con un hacha… Y si no sale, es terrible.

Oración final
Oremos. No hay oración más importante para nuestras vidas, porque necesitamos alcanzar el ser agradables al Padre. De lo contrario, nuestra vida no tiene ningún valor.

Señor, qué precioso es tu Hijo Jesús, cómo nos encanta. Nos gozamos en que tengas un Hijo como Él. Nos alegra que Jesús fue tan perfectamente agradable para ti. Y necesitamos que reproduzcas su corazón en nuestra vida. Por amor de tu Nombre, y por amor de Jesús, que tanto sufrió para que se pueda producir su vida en nuestra vida. En su Nombre te pedimos el socorro, la asistencia del Espíritu Santo, de la Palabra, la reprensión a nuestros oídos, y la ayuda de los hermanos. En el nombre de Jesús. Amén.”