Creamos este blog principalmente con la intención de abrir un espacio de dialogo y reflexión, junto a todos los discípulos con los compartimos la responsabilidad de edificar la casa de Dios.
martes, 27 de septiembre de 2016
Vestiduras Blancas (Traducido y adaptado de un mensaje de Marcos Moraes)
Introducción
Hemos dicho y aclarado en otros mensajes que todas las parábolas que se encuentran en Mateo desde el capítulo 21 al 25 son parábolas importantísimas para nosotros, para estos tiempos, para los últimos tiempos.
Vamos a centrarnos en una de ellas, la cual está en Mateo capítulo 22. Es “la parábola de las bodas”.
Parábola de la fiesta de bodas
Mat 22:1 Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
Mat 22:2 El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;
Mat 22:3 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir.
Mat 22:4 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.
Mat 22:5 Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;
Mat 22:6 y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron.
Mat 22:7 Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad.
Mat 22:8 Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.
Mat 22:9 Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis.
Mat 22:10 Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
Mat 22:11 Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.
Mat 22:12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
Mat 22:13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.(A)
Mat 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
Esta es una parábola que fue enseñada hace mucho tiempo por Jesús, pero que por gracia ha llegado a nosotros, a nuestros días. Necesitamos recibir Espíritu de Sabiduría para poder comprenderla y poder vivir lo que en ella está escrito.
En medio de tantos “espíritus de error” que nos rodean y de los engaños que crecen alrededor nuestro, debemos buscar fervientemente al Señor para ser librados de ellos. Debemos caminar asidos de la mano del Señor siguiendo la verdad en amor.
La comprensión de esta parábola es muy importante para el tiempo que estamos viviendo.
Miremos algo del contexto de la parábola para poder entenderla bien. El contexto de esta parábola va desde el cap. 21 al 25 de Mateo. El contexto comienza con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Ese día la gente está alborotada porque pensaba que Jesús por fin los iba a liberar del yugo de Roma. Pero Jesús entra en Jerusalén y en vez de entrar en choque con los romanos entra a chocar con los líderes judíos y empieza un período de conflicto con ellos.
Luego viene la situación de la maldición de la Higuera. Esta es una situación un tanto extraña y ha dado mucho que hablar.
Para reflexionar un poco en esto, les cuento un suceso. Una mamá de un hermoso pequeño de 9 años, contó que su hijo cundo leyó esta situación de la higuera, quedó perplejo por lo que leyó. El niño quedó impactado que Jesús maldijo a una higuera y él le preguntaba mucho a su madre acerca de esto y ella me contó esta situación.
Esto me hizo meditar y pensar. Yo creo que es normal que un niño de 9 años se sorprenda de esta situación. Pero lo que a mí me impacta es que a muchos mayores, cristianos de años les sucede lo mismo. Muchos se preguntan ¿Cómo Jesús, que es el amor encarnado pudo hacer algo así, maldecir una higuera, destruirla?
Hermanos, yo quiero decir que en realidad, si este Jesús nos choca, si este Jesús no es parte de nuestra fe, algo está fallando.
Que un niño reciba un shock ante esta situación es normal, pero los discípulos maduros deben conocer quien es Jesús, conocer que Él es el Hijo de Dios y conocer lo que es el evangelio y el evangelio del Reino. No debería producirnos un shock leer algo así de parte de Jesús.
Es verdad que en esta ocasión Jesús hace un milagro destructivo y eso es lo extraño. Pero por favor pensemos, ¿Es extraño?
Si nos parece extraño ver Jesús juzgando, maldiciendo a una higuera, ¿Entonces que vamos a pensar de hombres y mujeres eternamente en el lago de fuego, en el infierno enviados ahí por el mismo Jesús?
Lo que sucede, es que si este Jesús es extraño para nosotros, es porque hemos mirado a Jesús en relación a la salvación pero no hemos mirado a Jesús en relación al juicio eterno.
No debemos olvidar la santidad de Dios. Cuando uno entiende la santidad de Dios, entonces comenzamos a aceptar toda acción y juicio de Dios.
“Santo” quiere decir que Él es “diferente”, que Él es “otra cosa”, “separado”. Debemos entender que Dios es así.
También debemos entender que Él está formando” una Familia” así también, o sea, una familia diferente, separada de este mundo. Y para ser parte de esa familia hay que ser santo, diferente, separados y consagrados para Dios.
Necesitamos espíritu de quebrantamiento, para entender la justicia y santidad de Dios.
Hermanos, Dios nos demanda santidad y debemos ver que este llamado, este llamado a la separación, esta demanda de santidad, aparece en la parábola de las Bodas.
Desarrollo de la parábola
Los invitados que se consideraban dignos de ser invitados (Israel) no estaban interesados por la fiesta. Por eso el rey manda a que sus siervos salgan por todos los caminos a invitar a todos los hombres que antes no estaban convidados a la fiesta (gentiles). Entonces la historia muestra que al final toda persona termina estando invitada a la fiesta. El evangelio es para todos.
La figura aquí es, Israel por un tiempo fue dejado de lado, salió del centro de atención, para que nosotros los gentiles pudiésemos, por la rebelión de ellos, ser bienvenidos con las puertas abiertas a esta gran fiesta.
Pero veamos qué pasa. Miremos los versículos 11 y 12:
Mat 22:11 Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.
Mat 22:12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
Había un hombre ahí, que había sido invitado a la fiesta como todos los demás y él había aceptado la invitación. Pero este hombre no reparó que para participar de aquella boda el necesitaba estar vestido de la manera correspondiente y miren lo que pasó:
Mat 22:13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.(A)
Mat 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
¡¿Qué tiene de comparable una higuera secada por Jesús con lo que ahora dice en este texto?!
Debemos ver la severidad que tiene esto. Es un final muy fuerte el de esta parábola. Debemos observar que Jesús no temía a hablar fuerte. Al contrario, Él fue la persona que habló más del infierno. Jesús es el único que usa la palabra “ghena” al referirse al infierno y esta palabra alude al basurero que se ubicaba en las afueras de Jerusalén y en el cual siempre había fuego quemando la basura.
También es interesante tener en cuenta que todas las veces que Jesús habló de este lugar, el infierno, Él lo habla a los discípulos. Esto es así, porque el infierno no es tema para el mundo, para los que ya están condenados, sino que es un tema para nosotros, los cristianos, que estamos esperando la Fiesta de las Bodas.
Entonces, enfatizamos que en esta parábola hay una fiesta y que hay unas vestiduras acordes para dicha fiesta.
Sucede, que por teologías erradas y falsas enseñanzas que nos hacen pensar que el aceptar la invitación a la fiesta ya es suficiente y que esa aceptación funciona como “un boleto de garantía para ir al cielo”. O sea, muchos dicen, “yo ya me bautice, yo recibí el bautismo del espíritu Santo, yo ya me hice discípulo y aún ya trabajé para el Señor mucho” y creen que su salvación está garantizada por esto. Y olvidan la situación de este hombre que quiso participar de las Bodas “mal vestido”.
Hermanos, no hay ninguna garantía de salvación para nosotros basados en nuestro pasado. En realidad, nuestra garantía es responder al llamado de Jesús hoy. Tu garantía es vivir con Jesús hoy. La fe no es una cosa estática, sino dinámica. Cuando la fe no es dinámica, a esa fe Santiago la llama “fe muerta”.
Jesús en esta parábola está diciendo que la garantía de poder participar en la fiesta son las vestiduras correctas.
Esto nos lleva a gran pregunta: ¿Cuáles son estas vestiduras?
Es muy importante responder esto, es vital. Entonces, por eso, el resto del desarrollo del tema se va a centrar en conocer cuáles son estas vestiduras que aquí Jesús remarca como necesarias para poder participar de la fiesta, o sea de una eternidad con Él.
Para responder la pregunta anterior nos hacemos otra pregunta: ¿Dónde podemos buscar en las Escrituras? ¿En dónde encontramos estas vestiduras nupciales en él N.T.? En el libro de las bodas, en Apocalipsis. Allí se describen las bodas del Cordero.
En Apocalipsis cap. 3 es donde por primera vez se mencionan estas vestiduras. Desde el cap. 2, Jesús se viene escribiendo cartas a las diferentes Iglesias. Desde Apocalipsis 3.14 ya es la última carta, la de Laodicea. Y Jesús habla fuerte.
Son palabras duras las que Jesús dice aquí, sin embargo debemos ver también el amor de Jesús en hablar la verdad y en llamar a la Iglesia al arrepentimiento.
Jesús nunca va a dejar de marcar lo errado en nuestras vidas. Para Dios, amar y callar no es lo mismo como lo es para muchos.
Aquí Jesús dice: “Uds. son tibios”, cuando por ejemplo Pablo había enseñado que tenemos que ser “fervorosos en espíritu”.
En esta pequeña carta de Jesús se describen los “tres estados espirituales” en los que se puede encontrar una persona. Se nos dice que podemos estar, fríos, tibios o calientes.
En nuestra lógica racional, el tibio está más cerca de ser caliente que el que esta frio. Entonces podríamos decir que es mejor ser tibio que frio. Sin embargo, esa no es la lógica de Dios. La lógica de Dios es que si alguien está tibio, esa persona está más lejos de ser caliente que el que está frio.
Se nos aclara en este pasaje que estar frio es mejor que estar tibios ¿Por qué? Porque el tibio piensa que está caliente. Y es más fácil acercar la verdad a un frio que a un tibio.
El frio tiene más posibilidad de no estar engañado, en cambio el tibio siempre está engañado.
Luego de manifestarle el engaño bajo el cual ésta Iglesia se encontraba, Jesús le aconseja cual es el camino que debe tomar y en un momento le dice que de Él compre “vestiduras blancas” para vestirse.
Aparece aquí, la necesidad de vestiduras blancas.
Enfatizamos entonces, que los que quieran estar en las bodas del Señor tienen que tener estas vestiduras. Estamos en la Iglesia para ayudarnos unos a otros a poder participar de esa gloriosa fiesta y por eso tenemos que hablar de estas cosas.
Una pregunta necesaria en este momento: ¿Cómo son estas vestiduras? Estas vestiduras son descriptas como “blancas”, sin mancha. Son vestiduras de santidad. Y si estas vestiduras son blancas hay que cuidarlas, porque si son blancas enseguida se manifiesta si están sucias. Cualquier mancha se nota.
Veamos otro pasaje, Apocalipsis 6.11:
Apo 6:11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
Al leer este versículo estamos en el quinto sello, en la gran tribulación, en la persecución promovida por el anti Cristo y vemos que muertos vienen clamando al Señor y dice que a cada uno de ellos les fue dada una “vestidura blanca”. Otra vez se destacan estas ropas. Siempre blanca, de un blanco puro, en donde cualquier manca se nota.
Surge entonces otra pregunta ¿Cómo se reciben estas vestiduras tan blancas? Para contestarla leemos Apocalipsis 7.13 y 14:
Apo 7:13 Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?
Apo 7:14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación,(C) y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
Jesús nos compró con su sangre. En Él y en su sacrificio podemos “emblanquecer nuestras ropas”.
Debemos declarar con toda firmeza y certeza en este punto que “No es posible tener vestiduras blancas fuera de la sangre de Jesús”. La única fuente de emblanquecimiento es la obra redentora de Jesús. No podemos por nosotros mismos tener vestiduras blancas. Jesús es nuestra santificación.
Pero también es necesario que digamos que esta no es la única certeza que Apocalipsis no enseña en cuanto a las “ropas blancas” que necesitamos para las Bodas del Cordero. Hay otras cosas importantes a remarcar y vamos a verlas.
En este punto del mensaje, estamos en un punto clave, donde muchos desde aquí comienzan a errar en la “postura teológica” que toman. Es en este punto donde muchos dicen “yo ya tengo mis vestiduras blancas, Jesús ya me limpió, así que ya tengo asegurada la salvación” ¿Será así? Miremos un poco más.
Apocalipsis 16.15:
Apo 16:15 He aquí, yo vengo como ladrón.(E) Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su verg:uenza.
Aquí se nos habla claramente de “guardar las vestiduras”. No solo es recibir vestiduras sino mantenerlas cuidadas, limpias.
Hermanos, debemos manejarnos con cuidado con respecto al pecado. Es verdad que todos pecamos después de bautizarnos, pero debemos arrepentirnos de cada uno de estos pecados e ir a la perfección. Esto es lo que enseña Juan en su primera epístola.
Sucede que algunos piensan que pueden pecar y esto no traerá consecuencias. Otros no mantienen sus vestiduras blancas porque ni siquiera saben que sus vestiduras están todas sucias. Esto sucede porque falta temor de Dios y falta oído para el E.S. que nos habla a nuestro espíritu y que nos habla a través de la Iglesia.
Muchos hoy, menosprecian la necesidad de mantener blancas las vestiduras a través del esfuerzo, del quebrantamiento, arrepentimiento y la búsqueda del perdón de Dios y de la disposición a cambiar.
Quiero que sepan hermanos que hay dos maneras de relacionarnos con el perdón de Dios, dos maneras de apelar a la sangre de Jesús.
Una es la que agrada a Dios, es cuando uno busca de todo corazón una vida de santidad y uno ve que no alcanza a lograr esa medida de santidad que Dios pretende para nosotros y entonces uno va en oración y quebrantamiento y recibe perdón, misericordia y transformación.
La otra manera de apelar a la sangre de Jesús, incorrecta, es aquella que entra al cabeza de las personas cuando ellas viven una vida liviana y pecan con facilidad. Estas personas buscan perdón de Dios y se siente aliviada por recibirlo, pero no tienen “un temor de Dios creciente” en ellas y por eso vuelven a pecar otra vez con el tiempo. Entonces vuelven a realizar el ciclo de pedir perdón a Dios y recibir de Él su misericordia y viven así hasta que se apartan totalmente o aún puede ser que vivan engañados el resto de sus vida aquí en la tierra. Pero debemos saber que serán sorprendidos en la eternidad.
Hermanos, para estar en la eternidad con Cristo debemos “guardar nuestras vestiduras”.
Hoy es muy común una enseñanza de que Jesús ya hizo todo y que nosotros no debemos hacer nada, al hablar de salvación y esto no es así. Debemos guardar la santidad que Dios nos ha dado.
Hay un menosprecio hacia Dios y su obra al pensar “peco porque Dios es bueno y me perdona”. Esto es querer abusar de su misericordia. En Hebreos cap. 10 se nos dice que el que “peca voluntariamente”, que el que vive así, está pisoteando el sacrificio de Cristo.
Una frase que describe y encierra estas dos actitudes que nombramos antes es esta: “Aquel que guarda sus vestiduras, es aquel que está arrepentido, contrito y que busca que la sangre de Jesús limpie sus pecados pasados. Aquel que profana la sangre del nuevo pacto es aquel que considera la sangre de Jesús como un boleto que asegura su salvación y que le permite continuar pecando en el futuro”.
Tengamos cuidado. Algunos piensan que la condenación viene por cometer pecados muy grandes. Pero aquí se nos está enseñando en contra de una actitud de menosprecio hacia la salvación, lo cual es mucho más sutil.
Debemos saber que no se juega con el Señor. Hay un momento donde el Señor dice basta y juzga nuestra actitud. Como le pasó al profano Esaú que vendió su primogenitura y que aunque después con lágrimas procuro perdón ya no pudo, porque ya era tarde.
Tarde o temprano Dios va a juzgar nuestra actitud. Por favor guardemos nuestras vestiduras.
Un pasaje más. Apocalipsis 19.5 al 8:
Apo 19:5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.(C)
Apo 19:6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas,(D) y como la voz de grandes truenos, que decía: !!Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
Apo 19:7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Apo 19:8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Sobre el final del libro de Apocalipsis, ya han pasado muchas cosas en la tierra, ya paso la tribulación y Dios ahora está por derramar su ira. Se está llegando a la consumación de todo y antes del Armagedón se habla otra vez de las Bodas del Cordero.
En el versículo 19.8, se nos muestra que las vestiduras no solo deben ser blancas, sino que se muestra otro detalle muy importante. Se nos dice que las vestiduras deben ser “de lino fino, limpio y resplandeciente” y se nos enseña que “ese lino fino” son “los actos de justicia de los santos”.
O sea, el tejido con que están hechas las vestiduras para participar de las Bodas del Cordero no son de cualquier tejido, sino que han de ser de ese material, lino fino que son “las acciones justas de los santos”.
Hermanos. Ese lino finísimo representa una vida de justicia, una vida según la voluntad de Dios. Una vida así es necesaria para la salvación.
Yo sé que ante esto un teólogo puede decir que estamos predicando salvación por las obras. Pero ese a ese sofisma tan común hoy, que habla enfatizando solamente lo gratuito de la salvación, respondemos con sencillez, simplemente apelando a la Palabra de Dios, con estas verdades y muchas otras que enfatizan la necesidad de cuidar nuestra salvación.
No estamos predicando nuestro evangelio. Estamos predicando la salvación que Jesús y los apóstoles predicaron. Una salvación que proviene de una “fe viva”, una “fe verdadera”, una fe que produce obras, produce santidad, servicio, transformación, acción. Si no es así, esa fe será una “fe muerta”.
Nadie debería “vivir con una fe muerta”. Por eso Jesús habla tanto de esto, por eso Él advierte y dice que “el que persevere hasta el fin será salvo”. Hermanos ¿Perseverar en qué? No es perseverar en una religión, no es perseverar en declarar fórmulas de salvación, no es perseverar en ir a reuniones. Debemos perseverar en Cristo, andando como el anduvo, siendo fervientes para Él.
Por la gracia somos salvos, somos salvos por medio de la fe, no fuimos salvos por las obras. Pero fuimos creados para andar en las buenas obras que Dios preparo de antemano para nosotros. Entonces, las “buenas obras” son indispensables en la vida de un discípulo.
Hermanos, tengamos la actitud correcta. Debemos esperar el regreso del Señor, pero debemos velar y estar con la actitud correcta. Debemos saber que Él ya está en medio nuestro, con nosotros, por su E.S. y debemos querer andar con Él hoy, caminando en santidad. Esta es la actitud correcta.
Teniendo esta conciencia vamos a poder llegar a aquel día glorioso con vestiduras blancas.
Link: https://www.youtube.com/watch?v=HzQMlEj6yfE
miércoles, 14 de septiembre de 2016
La Idolatría de la Tecnología - Marcos Moraes
Pues todo lo que Dios creó es bueno y recibido con acción de gracias y nada es rechazado ni desestimado.
El Espíritu afirma expresamente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe.
2da Timoteo 3: 1-5
“Esto también debes saber: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin dominio propio, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los deleites más que de Dios, 5 teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; a éstos evita”.
Si usted lee esta lista que Pablo habla de cómo serán los hombres en el fin de los tiempos, en los últimos días, quizás usted se quede con una duda, porque en Romanos 1, Pablo hace otra lista de la pecaminosidad del hombre, ¿recuerda de Romanos 1?, y ahí él habla de todo hombre en todo tiempo; ahora él habla una lista parecida como aquella, y dice “en los últimos días”. Nosotros leyendo Romanos 1 podríamos preguntar a Pablo: “Pablo, ¿los hombres no fueron históricamente siempre así?”.
Este es un tema sobre el cual no vamos a poder hablar hoy, más yo creo que debemos hablar otra vez con los amados en algún momento el próximo año.
Nunca en la tierra, en la historia de la tierra, estas cosas fueron tan propagadas, defendidas, aceptadas como normales, como en estos tiempos de globalización, donde a través del internet, ese pensamiento de los hombres es publicitado como nunca en la historia humana; es publicitado, es vendido.
El hombre no se volvió más pecador en el fin de los tiempos, el hombre se volvió más libremente pecador, libremente pecador, el hombre está cumpliendo hoy más que nunca aquella expresión que nosotros vemos en elSalmo 2, cuando Dios dice que las gentes y los pueblos se rebelan contra él, contra el Hijo de Él, y dicen: “Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas”, el gobierno de Dios, el gobierno moral de Dios, es visto como una cadena, como un lazo que prende, que esclaviza, y la raza humana está gritando como nunca antes: “rompamos, terminemos”.
Él lo llama de hipocresía, terminemos con esa hipocresía judaica cristiana, y eso se propaga, se esparce todos los días por la internet como nunca en la historia humana.
Quiero hablar un poquito con ustedes de un tema que yo no recuerdo cuando yo lo hablé con ustedes, si yo ya lo hablé, no hay problema, vamos a repetir.
El ídolo del siglo XXI no es el celular, el ídolo del siglo XXI es la Tecnología y la capacidad de información instantánea, y comunicación instantánea.
Este ídolo tiene un potencial de hacer un daño inmenso, Roberto Santos que fue reconocido ayer, muchos de ustedes estaban allí, Roberto Santos me contó hace un tiempo atrás, que un día llegaron cuatro jóvenes aquí en casa, los cuatro son de lo mejor dentro de un grupo, son de la gente top en la iglesia, son los exigentes, disciplinados, aplicados, se sentaron los cuatro aquí y se quedaron un tiempo largo, sin conversar, cada uno con sus Smartphone, “chiquichiqui”, tecleando, alienados de los demás, indiferentes a los demás, y sumergidos en sus smartphones, ¿qué piensa usted sobre eso?, la comunicación moderna puede ser una bendición, y muchas veces lo es, pero pocos están entendiendo y sabiendo usarla como una bendición, pocos, estos cuatro por ejemplo, están subyugados debajo de la pata de la tecnología, colocan su cabeza ahí en el piso y la pata encima, la pata es la tecnología, y esto hace que estén alienados de la comunión de los santos, chiquichiquichiqui.
Este asunto envicia, esclaviza, y contribuye en los efectos de una plaga, y los hermanos no disciernen; si ustedes van a ser modelos para esta generación nueva, ustedes tienen que entender lo que está aconteciendo en el mundo, ustedes no pueden dejarse robotizar, la tecnología es uno de los instrumentos finales del hombre de la iniquidad, para formar una generación de robots que no piensan, y que no se relacionan a fondo.
Un neurólogo, yo no me recuerdo quien, pero hasta me parece que es brasileño, yo tengo un libro de él en mi computadora, yo no tengo tiempo para estar leyendo libros enteros, pero yo di una mirada superficial, y lo que yo leí es que los neurólogos están descubriendo que el cerebro humano está cambiando, el cerebro de nuestra raza está cambiando; voy a recordarme el nombre de ese libro para recomendarles que lo lean, entonces al dar una hojeada descubrí que existe gente que están hablando verdades, ¿qué cambios está viendo en el cerebro?
Cada vez que tu cerebro recibe algunas informaciones nuevas, para intentar guardar esas informaciones o para evaluarlas delante de montones de informaciones, tu cerebro tiene que hacer sinapsis (la sinapsis o articulación interneuronal corresponde a las estructuras que permiten el paso del impulso nervioso desde una célula nerviosa a otra) que van en una dirección de tu fisiología cerebral.
Cuando usted tiene que parar para pensar en un tema y meditar en aquel tema, no es esa misma área de cerebro que actúa, es otra área que actúa formando sinapsis, hay un médico aquí, si por favor me ayudas a explicar, yo entiendo que es la ligazón que es hecha entra neuronas cuando el cerebro está en funcionamiento, las neuronas se ligan conformando ligazones entre ellas, eso es sinapsis.
Y este neurólogo dice que cuando está mapeando el cerebro, comienza a descubrir áreas que están quedando atrofiadas y otras áreas que están quedando estropeadas, esta raza actual está quedando cerebralmente lisiada, ¿qué es un lisiado?, un sujeto que tiene una pierna enorme y la otra cortita, él está lisiado, el cerebro humano está quedando lisiado, y ese hombre se dedicó a escribir un libro entero para explicar eso, y él cuenta el testimonio de él, y él descubre que él había perdido el gusto por la lectura.
Él descubre que tenía que auto-disciplinarse, disminuir drásticamente las horas de internet, para volver a tomar libros y leer, un libro te hacer razonar en una historia, usted lee hoy algo que está escrito en función de lo que usted leyó ayer, y usted va a recordar de lo que usted leyó ayer, y usted tiene que razonar sobre eso; y él descubre que él había perdido el gusto por la lectura, y la capacidad de leer, ¿por qué?
Porque aunque necesitemos y que tenemos que usar el internet para investigar, en realidad la raza no está usando el internet para investigación, fue medido, se dieron el trabajo, deben de haber sido americanos, el que me contó esto fue Manoel Rocha allá en Estados Unidos, fueron a medir como es que está el comportamiento humano delante de una computadora, el tiempo promedio en que una persona, acá se está tomando el promedio de las personas, no todas las personas son así, el promedio de las personas y el promedio del tiempo en que esas personas dan un nuevo click detrás de una nueva información.
¿Cuánto tiempo las personas quedan delante de una computadora sin dar un nuevo click? ¿Saben ustedes cual es la media descubierta?, menos de 6 segundos; hace cinco años atrás estaba en 98 segundos; es decir: click, uno, dos, tres, cuatro, cinco, click, siete, ocho, nueve, diez, once, click.
Una raza que está siendo bestializada, yo les voy a decir a ustedes de qué forma eso afecta a un discípulo, ustedes no tienen como proseguir en los caminos del Señor sin la meditación.
Está siendo formada una raza cerebralmente incapaz de parar para contemplar, porque en la contemplación no hay un click, novedades; la contemplación exige una concentración, exige una dedicación, donde se involucra el corazón, la mente, todo, está envuelto en la contemplación, en abrazar a Dios, en besar los pies de Cristo Jesús.
Mas hay instrumentos que están siendo usados, insisto, como inocentes, inicuos, como si no tuviesen capacidad maligna, pero la tienen; estamos viviendo la era del endiosamiento de la tecnología.
Pocos saben usar de manera apropiada el Facebook, déjeme decirte que mi esposa tiene Facebook, y es una bendición para ella, amén, ¿por qué?, ella ve a amigas que ya no veía, está en contacto con las fotos de sus nietos, ¿usted quiere ver a mi esposa sonriendo?, ella está toda embelesada sonriendo viendo a los nietos, que bendición.
Mas el Facebook por otro lado, es un instrumento de enseñanza de relacionamiento superficial, el relacionamiento exige conversación seria, oírse mutuamente; esos cuatro jóvenes que fueron a la casa de Roberto, estuvieron allí, me dijeron casi una hora, una hora que pudo haberse usado para un relacionamiento profundo, conversación de peso, ¿qué es lo que usted puede comunicar con profundidad con aquellos deditos en su celular?, díganme.
Son instrumentos útiles, más no son, anoten ahí, todos los medios de comunicación que tiene que ver con aquella media social, no son instrumentos, no son y nunca lo van a ser, instrumentos de relaciones profundas, no son, ¿nosotros necesitamos de relaciones superficiales?, necesitamos; ¿necesitamos comunicarnos con aquellos que no podemos conversar?, necesitamos.
¿Es útil para nosotros el WhatsApp? Muchísimo; ahora, mi relacionamiento con Mario no es por WhatsApp, nosotros usamos el WhatsApp, pero no nos vamos a sentar los dos juntos para quedar wasapeando con otros, cuando estamos juntos conversamos, lloramos juntos, oramos, y no existe un medio de comunicación que te posibilite a hacer eso.
Entonces abramos nuestros ojos queridos, abramos nuestros ojos, hay una generación que está siendo entrenada para no pensar, no pensar políticamente, no pensar moralmente, no pensar en nada, nada, pensar en cómo tener el próximo placer, esta es la mente de esta nueva generación, seamos sabios y coloquémonos contra esa corriente en nuestra vida, manteniendo lo valioso de nuestro tiempo para cosas profundas, para la oración, para la meditación en las escrituras, para cosas que son profundas y no para la superficialidad de los medios modernos de comunicación.
Seamos ejemplo para los demás en relación a esto.
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